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Tomó entre sus manos el pequeño bote blanco, leyendo con mucho cuidado las letras pequeñas que indicaban los ingredientes y los tiempos de consumo.

Un día había pasado desde los terribles sucesos del bosque, el primer día en el que Taehyung se mantenía en casa y podía descansar con tranquilidad. El día que todo pasó, se había planeado el llevar al pelirrojo al departamento y cuidarlo ahí, siendo Jimin el encargado de cuidarlo y mimarle todo el tiempo que fuera necesario, pero los dolores de Taehyung eran tantos, que pensaron que era mejor idea llevarlo al médico.

Jimin explicó de forma muy breve la situación, explicando que sí, había sido abusado sexualmente. Los doctores le preguntaron si se estaban haciendo cargo del caso de forma legal y Jimin tuvo que decir que sí, ya que no podía explicarles que quien había abusado de su mejor amigo, no era alguien al cual se pudiese denunciar.

Le brindaron atención médica, diciendo que no encontraron muestras de infecciones, pero que las paredes anales de Taehyung estaban heridas y por ello los brotes de sangre. Le recetaron unas pomadas y medicamentos para sobrellevar de mejor manera el dolor, siendo dado de alta al día siguiente por la mañana.

Jimin sabía que el cuerpo de su mejor amigo podría curarse con medicinas y cremas, pero donde realmente estaba el daño más complicado, era en la salud mental de su amigo. Es lo que le tenía mayormente preocupado.

Sabía que Taehyung es una persona fuerte, pero una violación no es cualquier cosa, por lo que necesita mucho apoyo para poder superarlo. No olvidarlo, porque esas cosas nunca se olvidan.

Suspiró y tomó una de las pastillas que debía llevarle a su amigo, llevando consigo también un postre de fresas que le había comprado en la espera del hospital.

Caminó a la habitación y entró con sigilo, viendo al pelirrojo acomodado sobre la cama con los ojos abiertos y la mirada perdida, como si estuviera dormido con los ojos abiertos.

―Taehyungie, te traje el medicamento y un postrecito de fresas―el pelinegro se sentó en la orilla de la cama, dejando las cosas sobre la mesita de noche.

Taehyung no respondió con palabras, pero miró a su amigo con ojos cansados, asintiendo sin ganas.

―Le pregunté a la chica de la tienda y me dijo que era el postre más vendido, que es delicioso―Jimin intentaba animarle de cualquier forma que le fuera posible, pero sabía que ese tipo de cosas no permitían a la mente en enfocarse en algo más. ―Podemos ver algún capítulo de tu serie favorita mientras comes el postre.

Jimin tomó la botella con agua de su amigo y la pastilla, tendiéndoselo para que pudiera beberlo.

―Solo quiero dormir.

La voz del pelirrojo fue tan baja, que Jimin sintió su corazón doler. Estaba acostumbrado a ver al Taehyung brillante, que saltaba de un lado hacia el otro, que verlo de esa forma le hacía querer llorar. Llorar más de lo que lo había hecho en la sala de espera del hospital.

―Está bien, podemos dormir un poco. Le dije a un compañero que me pase las clases de hoy, por lo que soy todo tuyo―Jimin intentó sonreír, pero era más una mueca que una sonrisa. ―También le dije que Hobi hyung que viniera por la tarde, dice que extraña mucho el vernos.

Taehyung se tomó la pastilla con una mueca en el rostro, cerrando los ojos ante el espantoso ardor de su garganta, la cual también estaba lastimada.

Sin decir una palabra más el pelirrojo se acomodó en la cama, quedando enredado entre las mantas.

Jimin se mordió el labio para no soltarse a llorar, inclinándose hacia el otro para dejarle un beso en la mejilla, tomando el postre para poder dejarlo en la nevera nuevamente.

Fairytale 🍃 YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora