-¿qué pasará cuando lleguemos a Italia?- Dalila pregunta mientras hace círculos en mi pecho con su dedo, la habitación estaba oscura, ambos estábamos desnudos y solo una sábana cubría nuestros cuerpos, la luz que emitía la luna se colaba por la ventana.

-no lo sé amore- respondo mientras la acerco más a mi.

-Dante y Gianna esperan una niña- habla de nuevo- eso quiere decir que nuestro bebé está destinado a ser el nuevo líder, ¿no?

Asiento.

-Dante no dejará que un hijo tuyo ocupe el puesto.

-y yo no dejaré que él ponga una mano sobre ustedes- respondo- tuve oportunidades muy buenas para matarlo y nunca lo hice, no quería repetir la historia de mi padre y mi tío- comienzo y ella me escucha- pero ahora sé que si tiene que morir seré yo mismo quien lo mate, no dejaré que él ponga en riesgo a mi familia, ustedes son mi familia Dalila, ahora son mi prioridad.

Se mantiene en silencio.

-por fin sé quién ha matado a tu padre- habla- nuestras sospechas eran ciertas- afirma.

-ese hijo de puta las pagará muy caro- se aferra más a mi torso y solo beso su coronilla mientras acaricio su vientre en donde se encontraba nuestro bebé.

Llegamos a Italia después de unas horas, bajamos de mi avión privado y vamos hasta la camioneta en donde estaban algunos de los hombres de Alek, de mi parte la única seguridad con la que contaba era con la de Giorgio, los hombres con los que alguna vez había trabajado trabajaban ahora para Dante.

-¿a dónde irás primero?- le pregunto a la castaña.

-tengo que ir a la mansión- comienza- dejaré algunas ordenes para los hombres ahí y después iré a la empresa, tengo que asegurarme que Alessandro ha mantenido al tanto mis órdenes también.

Sonrío, la castaña sin duda alguna era ahora una verdadera líder, había tenido un buen cambio y me alegraba que no había logrado doblegarse completamente por el odio.

Llegamos a la mansión de Italia que pertenecía a su padre, hay algunos hombres aquí que se sorprenden al ver a la heredera Ivanov llegar, de inmediato se recomponen y toman su lugar, en cambio solo yo espero en la camioneta, no podía arriesgarme aún a que me vieran y supieran que estaba vivo.

Veo como habla frente a aquellos hombres, su porte es elegante y serio, aquellos hombres la respetaban, su presencia ante ellos se hacia notar sin duda alguna.

Después de unos minutos regresa a la camioneta y ordena al chofer que vayamos a la empresa de la cual era ahora dueña, Alessandro necesitaba dinero y termino vendiendo su mitad a Dalila quien sin duda alguna acepto comprar la otra mitad volviéndose así la única dueña de la empresa que alguna vez perteneció a su abuelo.

-Lorenzo ha hecho un buen trabajo- habla ella mirando algunos documentos- pudo ayudarte a sanar rápido y maneja la empresa mejor de lo que alguna vez Alessandro lo hizo.

Lorenzo era el hombre que salvo mi vida, él y su pequeño hijo Alonzo lo habían hecho, era por ellos que seguía aquí. Tal y como Dalila lo había prometido le había dado trabajo a aquel hombre, hoy en día se encargaba de la administración general de la empresa, era el director de esta y estaba en representación de mi chica.

-tardaré un poco aquí- ella habla una vez llegamos a esta- llevaré algunos hombres conmigo y dejaré a otros contigo- asiento- puedes pedirles que te lleven a donde quieras solo por favor no te pongas en peligro- asiento de nuevo, ahora era ella quien me daba las órdenes a mi.

Tentación ItalianaTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon