Capítulo 36

92.6K 6.5K 973
                                    

Raffael

Dalila se desploma en mis brazos y sin esperar ni  un segundo más salgo de aquí antes de que el lugar continúe incendiandose. Corro hasta la salida y una vez aquí puedo ver como hay hombres muertos, mis hombres solo examinan asegurándose de que ninguno de aquellos siga vivo, en cuanto Giorgio me mira corre hacia mi.

-la camioneta está por allá- señala y asiento mientras continúo con Dalila en mis brazos quien sigue inconsciente.

Entro a la camioneta junto a ella, la miro mientras siento como un poco de tranquilidad vuelve a mi al saber que ahora está a mi lado de nuevo.

-vámonos ahora- ordeno a Giorgio quien ya se encuentra en el asiento del conductor- llama al doctor quiero que esté ahí en cuanto yo llegue, debo de asegurarme que ella está bien.

Asiente y pone el auto en marcha mientras acerco a Dalila a mis brazos rogando al cielo que ella esté bien, peino su cabello y acaricio su mejilla, había sido un puto calvario el saber que corría peligro, me sentía tan impotente, tan idiota, había sido un completo inútil.

-¿atraparon a los cabrones?- pregunto mientras levanto mi vista para ver a mi jefe de seguridad.

-no señor- responde él con un poco de temblor en su voz- escaparon.

Maldigo mientras la ira vuelve a mi cuerpo, esos hijos de puta me las iban a pagar, esto no se quedaría así y personalmente me encargaría de ellos.

Llegamos a la mansión y bajo con Dalila en mis brazos de nuevo mientras entro a esta, Giovanni está junto al doctor, subo a mi habitación siendo seguido por ellos, una vez dentro de esta dejo a mi castaña en la cama y me alejo un poco, lo suficiente para que aquel hombre pueda examinarla.

Sólo miro cada uno de sus movimientos hacia ella, después de unos minutos habla.

-llegó justo a buen momento- comienza- un poco más de humo en su sistema y hubiera sido fatal.

Trago saliva ante sus palabras mientras miro como pone una mascarilla de oxígeno para ella y la deja así.

-dejaré algunos medicamentos para algunos malestares que posiblemente pueda presentar- aquel hombre saca algunas cosas más de su enorme maletín y comienza a escribir algo en un papel, asiento y después de despedirse sale de aquí.

-¿los atraparon?- pregunta Giovanni.

-matamos a sus hombres pero quienes me importaban lograron escapar- respondo con voz dura mientras me acerco a la cama.

-sabes quién está detrás de esto, ¿verdad?- pregunta mientras tomo asiento junto a Dalila.

-lo sé- respondo- lo sé.

-¿qué harás?- Giovanni me mira curioso, miro a mi castaña.

-solo le pedí una cosa a ese cabrón- comienzo- le importó una mierda así como a mi me importará ahora una mierda que él sea mi hermano, Dante pagará por esto pero primero me encargaré de quienes actuaron aquí afuera.

-¿cómo es posible que siga teniendo ayuda?- Giovanni comienza- quiero decir, está encerrado y aún así logra crear desmadres desde ese sitio, alguien más debe de estar con él.

Sus palabras me dejan pensando, él tenía razón, Dante debía de tener un aliado, él solo no podría hacer nada de esto, estoy a punto de hablar cuando alguien toca la puerta adentrándose poco a poco, es mi madre.

-¿cómo está ella?- pregunta mientras mira a Dalila en la cama.

-creí que habías sido clara al decir que no te importaba- respondo y traga saliva.

-y no lo hace- responde mirándome de nuevo.

-entonces no pierdas tu tiempo viniendo aquí a fingir interés por ella- me pongo de pie hasta quedar frente a mi madre.

No dice nada más y sale de aquí cerrando la puerta detrás de si.

Suspiro frustrado.

-me voy- habla Giovanni mientras asiento- debo de ver a Nina, si necesitan cualquier cosa no dudes en llamarme- asiento de nuevo mientras agradezco.

Una vez que él se ha ido quito mi saco para caminar de nuevo hasta la cama, tomo asiento mientras comienzo a peinar el cabello de Dalila.

-debía cuidarte- hablo aunque sé que ella no esta consciente- debía de protegerte y asegurarme de que nada malo te pasará y te fallé- beso su frente, siento como mi garganta tiene un nudo- creo que después de todo no es una buena idea el que estés junto a mi Dalila, mi Dalila- veo cada rasgo de su rostro y el solo pensar que ella fuera arrebatada de mi lado dolía en el interior de mi pecho- creí que podría hacer esto, creí que podría hacerte feliz y protegerte pero me doy cuenta de que lo único que conseguirás si te quedas conmigo es dolor y sufrimiento y no mereces eso, mereces todo el amor y felicidad de este mundo, a mi lado solo correrás peligro y no podría soportar el que algo malo te pase, no podría soportar perderte.

Podría soportar la idea de que ella estuviera con alguien más, podría soportar que ella encontrará a alguien que en verdad le diera todo aquello que yo no puedo hacer, podría soportar verla junto a alguien que no soy yo, si está era la única manera en que podría mantenerla a salvo lo haría, eso se hacia por amor ¿No? Renunciar a esa persona para que sea feliz, en este caso yo estaba renunciando a ella para que estuviera a salvo y tuviera una vida sin la mierda que yo tenía, renunciaba a Dalila Román porque la amaba y lo único que me importaba en este momento era que ella estuviera bien, debía de estar bien, la amaba y por eso debía hacerlo.

-debo dejarte ir.

Capítulo nuevo.

Nos leemos pronto.

-Neftali.

Tentación ItalianaWhere stories live. Discover now