Tentación Italiana

Capítulo 34

Raffael

-Dalila Román- aplaudo y sonrío cuando veo a mi chica subir por aquella tarima después de que mencionan su nombre, una enorme sonrisa está en su rostro mientras extiende la mano a las personas que le entregan su título, hoy por fin era una abogada.

Baja y camina hasta donde se encuentra el resto de su grupo y la ceremonia continúa.

Una vez que esta termina sin esperar más salgo en busca de la castaña quien en el momento que me ve corre hasta mi, sin dudarlo abro mis brazos para ella mientras la acepto y comienzo a girar con ella en mis brazos.

-felicidades mi hermosa abogada- hablo mientras nos detenemos y dejo que sus pies toquen el piso.

-gracias por estar aquí- habla mientras cruza sus brazos detrás de mi cuello- no sabes cuanto significa para mi.

Sonrío mientras dejo un beso en sus labios.

-prometí que estaría aquí- comienzo- y no podía perderme este día por nada- sonríe. Beso de nuevo sus labios y después de algunos segundos nos separamos lentamente.

-¡Dalilaaaa!- escuchamos una voz detrás de nosotros, miramos en esa dirección y Anna está ahí mientras corre en nuestra dirección, suelto a la castaña lentamente y hace lo mismo mientras se funde en un abrazo con ella.

Sólo Anna y yo estábamos aquí junto a ella hoy, a pesar de que su abuela había dicho que asistiría al final llamo diciendo que había tenido algunos problemas y no podría asistir, Dalila fingió no tomarle importancia pero en el fondo sabía que no era así.

-¿Qué es lo que haremos para festejar que te has librado de la Universidad?- Anna pregunta hacia mi chica quien solo se limita a reír.

-no lo sé Anna- responde ella- Raffael y yo iremos a comer, ¿quieres ir?

Anna nos mira rápidamente para después comenzar a negar.

-no- responde- vayan ustedes- sonríe- pero lo agradezco mucho- Dalila se acerca mientras la tomo de la cintura- aunque eso no quita que tú y yo iremos más tarde a bailar y beber.

-está bien- Dalila responde sonriente- debemos de irnos, llámame cuando estés en casa.

La chica frente a nosotros asiente y se despide para después comenzar a caminar junto a Dalila hasta el auto.

Subimos a este y comienzo a conducir al restaurante de siempre.

-tengo un regalo para ti- hablo una vez bajamos del auto comenzando a caminar a la recepción de este. Ella me mira y una sonrisa comienza a dibujarse en su rostro.

-¿de qué regalo estás hablando?- pregunta curiosa.

-es una sorpresa- respondo.

-eso no es justo.

-debes de ser paciente cara- beso su frente.

Asiente a regañadientes y entramos siguiendo al mesero que nos guía hasta nuestra mesa, una vez aquí jalo la silla para que ella tome asiento y después lo hago yo mientras comenzamos a leer las cartas para pedir y comenzar a comer entre risas y pláticas amenas.

Hemos terminado, he pedido una botella de vino que abro bajo la atenta mirada de la mujer frente a mi, sirvo en nuestras copas aquel líquido y le entrego una mientras que sostengo la otra.

-brindo por ti mi hermosa Dalila- comienzo y ella me mira tiernamente- por la mujer que eres y por el logro más que has añadido hoy a tu vida, sé que eres y serás la mejor abogada- sonríe- porque lo has hecho y logrado a base de empeño y esfuerzo- sonrío también- Ti amo con tutta la mia vita (te amo con mi vida entera)- choco suavemente mi copa con la de ella y después ambos bebemos.

-ti amo- responde ella haciéndome sonreír mientras me inclino a besar sus labios siendo correspondido de inmediato.

♤

Llego a la mansión mientras voy directamente a mi oficina cerrando la puerta detrás de mi, me sirvo un vaso de whisky para después tomar asiento en mi trono mientras comienzo a leer algunos correos, mi celular suena y acepto la llamada al ver el nombre de mi hermano menor.

-¿qué pasa?- pregunto pegando el aparato a mi oído.

-el cargamento ha sido entregado con éxito- responde del otro lado de la línea Giovanni- no hubo ningún problema, ningún ruso ni ningún otro inconveniente.

Una cosa menos de que preocuparme.

-perfecto- respondo- mantenme informado de cualquier otra cosa.

Asiente y terminamos la llamada.

Miro la hora en mi reloj de mano, era de madrugada, Dalila continuaba con sus amigos, había dicho que acudiría a mi cuando necesitará irse de ese lugar, no podía llamar a nadie en el club y preguntar por ella ya que para mi mala suerte ella y sus amigos habían ido a un club diferente.

Continúo trabajando en asuntos relacionados a la empresa, solo me dispongo a leer y contestar correos hasta que una llamada llega a mi celular, respondo, era Dalila.

-¿pasa algo amore?- pregunto al mismo tiempo que llevo este hasta mi oreja.

Escucho una respiración exaltada.

-¿Dalila?- pregunto de nuevo hasta que su voz llega a mis oídos.

-no sé dónde estoy- habla mientras se escucha asustada y exaltada- Raffael no sé dónde estoy.

Me pongo de pie de inmediato mientras el miedo comienza a invadirme.

-¿estás con alguien?- pregunto y se mantiene en silencio.

-no- responde- es una habitación blanca completamente.

Maldigo mientras comienzo a llamar a Giorgio con el teléfono de la oficina.

-cara, necesito que me digas todo lo que pueda ayudarme a saber en donde estas- todo tipo de escenarios llega a mi cabeza, no quería imaginar lo peor, no debía de hacerlo.

Comienza a darme una descripción de aquel lugar hasta que no tiene nada más que decir.

-debo de colgar la llamada Dalila- hablo- debo de hablar con alguien más.

-no- su voz se quiebra- no, no cuelgues- algo dentro de mi se remueve al escucharla así- por favor.

-prometo que te llamaré de nuevo- hablo intentando tranquilizarla aunque soy yo quien está peor que ella- sólo necesito hacer algunas llamadas.

-está bien- asiente por fin- está bien- su voz tiembla.

-ti amo- hablo sin querer finalizar la llamada- prometo que iré por ti cara, solo espera.

-ti amo.

Cuelgo la llamada y salgo de aquí, antes de salir un mensaje llega a mi celular, abro aquel mensaje y veo fotos de Dalila en lo que parece ser el lugar que ella describió, aprieto mis puños mientras la ira dentro de mi se enciende, se habían metido con ella y sea quien sea que fuera no saldría intacto de esta.