Capítulo 80

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Raffael

-¿a dónde vamos?- pregunta Dalila mientras entrelazo mi mano con la de ella y caminamos, era yo quien guiaba nuestra dirección.

-es una sorpresa- respondo, había hecho esto por su cumpleaños- espero que te guste.

Me mira curiosa al ver que nos detenemos frente a la puerta de una casa. Señalo con mi barbilla que toque el timbre y sonríe mientras su mano libre va hasta aquel botón haciendo que la casa emita sonido dentro se esta, vuelve a mirarme curiosa cuando ve que nadie abre.

Saco una llave del bolsillo de mi pantalón y se la tiendo, me mira curiosa y después de unos segundos lo entiende.

-¿la compraste?- pregunta sorprendida.

-feliz cumpleaños- respondo- es nuestra ahora.

Da un pequeño grito mientras se lanza a mi cuello y río mientras la tomo por su cintura.

-vamos adentro- hablo mientras nos separamos lentamente, asiente y se apresura a abrir la puerta y enciende la luz para entrar por completo, su rostro sin duda alguna se llena de asombro al mismo tiempo que mira todo emocionada, sabía que le había gustado.

-¿te gusta?- pregunto y asiente.

-creo que es hermosa- responde.

-tendremos a donde llegar cuando queramos venir a Rusia- comienzo.

-te amo tanto- se acerca mientras enreda sus brazos detrás de mi cuello- tengo una sorpresa para ti también- habla y sonríe.

-¿Si?- elevo una ceja- ¿qué sorpresa?

Me suelta mientras la veo caminar hasta su bolso en donde saca una pequeña caja de regalo.

-es para ti- habla mientras me la extiende.

-es tu cumpleaños, cara- respondo y ella sonríe.

-lo sé- responde- también fue un regalo para mi.

Comienzo a abrir aquel obsequio bajo su atenta mirada quien luce nerviosa.

Dentro de esta caja hay un puro y un babero.

Soy un niño. Hola papá.

Miro a la castaña quien me mira también, se aclara su garganta y habla.

-tendremos un heredero- habla nerviosa- esperamos un varón, Raffael.

La atraigo a mi y la abrazo mientras siento como su cuerpo se relaja.

-estás haciéndome el hombre más feliz de este puto mundo- hablo y la escucho reír- te prometo que no dejaré que nada malo les pase, los mantendré a salvo.

-lo sé- habla en mi pecho- ambos nos protegeremos- continúa- tú cuidarás mi espalda y yo cuidaré la tuya, ambos cuidaremos de él- roza su nariz con la mía- estaremos bien, siempre que estemos juntos estaremos bien.

Tomo sus mejillas mientras me inclino para besarla y ella de inmediato corresponde.

-apuesto a que solo me trajiste aquí para tener sexo conmigo- habla mientras nos separamos para recuperar el aliento, río.

-exacto- respondo- pero antes de eso cenaremos- la alzo en mis brazos y ella ríe mientras nos dirijo a la parte trasera del jardín en donde había preparado una cena para ella.

Una cena en donde ambos habíamos recuperado el tiempo en que habíamos estado separados, en donde simplemente habíamos dejado todo a un lado y nos habíamos perdido juntos del exterior, eso era lo que pasaba siempre que estaba con ella.

Tentación ItalianaWhere stories live. Discover now