Capítulo 47

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Dalila

Había pasado un día desde que llegué a Rusia, la verdad es que estaba emocionada de estar aquí no por estar junto a Alek sino porque nunca había estado de nuevo en Rusia desde que mi madre nos llevó a Italia.

Había llegado muy cansada del viaje que lo único que hice fue ir a la habitación que Alek había preparado para mi, cuando llegamos estaba anocheciendo y en este mismo instante el sol ya ha salido, miro mi celular y dice que es casi medio día, abro los ojos sorprendida, estaba durmiendo mucho más de lo que generalmente duermo.

Me doy una ducha rápida y después de vestirme salgo cautelosamente de la habitación mientras comienzo a caminar a lo que parece ser un pasillo que da a las escaleras. Antes de bajar me adentro a una habitación que tiene la puerta un poco abierta.

Era una habitación en tono rosa pastel, había una pequeña cama en el medio de esta al igual que un montón de muñecas de porcelana y más juguetes, camino hasta el closet en esta y un montón de vestidos de pincesas, ropa y zapatos hay ahí, sonrío un poco sin duda alguna era la habitación que toda niña desearía y fuera quien fuera que durmiera aquí era realmente afortunada, la habitación estaba perfectamente ordenada incluso parecía que acababan de limpiarla.

Voy a caminar de nuevo para salir de esta cuando me detengo para caminar hasta una de las mesitas que está a lado de la cama, tomo el portaretrato en mis manos y veo con determinación la fotografía.

Alek y yo estábamos ahí mientras él me cargaba en sus hombros, una enorme sonrisa estaba en sus labios mientras me miraba yo solo miraba a la cámara sonriendo, a lado de esta estaba otra fotografía la cual también tomo en mis manos, al igual que la anterior era yo junto a Alek solo que esta vez yo me aferraba a su cuello mientras besaba su mejilla y él sonría mientras me abraza, estaba vestida de princesa y detrás de mi había un cartel que decía "Feliz cumpleaños Dalila", por último había una fotografía en donde estábamos él, mi madre y yo, era una foto un poco más formal ya que los tres estábamos en lo que parecía ser Navidad ya que un árbol decorado estaba detrás de nosotros mientras Alek me tenía en sus brazos y tomaba a mi madre de la cintura dejando un beso en su frente, era la fotografía perfecta, mis ojos se cristalizan ante esta, mi madre era feliz con él, las dos lo éramos sin embargo pasé la mayor parte de mi vida sin un padre y aunque me costará admitirlo había sido por el secreto que mi madre había guardado al igual que mi abuela quien me había mentido, mi vida pudo haber sido diferente pero no lo fue.

-esta era tu habitación- la voz de Alek resuena detrás de mi mientras limpio mis mejillas discretamente.

-lo acabo de descubrir- respondo mientras dejo la fotografía de nuevo en su lugar.

Volteo hacia él y está recargado en el marco de la puerta mientras sus manos están dentro de sus bolsillos.

-¿la recuerdas?- pregunta y niego lentamente.

-no recuerdo nada- respondo en un susurro, sabía que era normal, solo era una niña.

-eras muy pequeña- responde mientras se recompone un poco- ¿quieres comer?

Pregunta y asiento mientras camino hasta él, salgo y cierra la puerta para después caminar hasta lo que parece ser el comedor, todo el camino es en total silencio, llegamos hasta el comedor y hay algunas mujeres con algunos uniformes, debían de trabajar aquí, estaban cuchicheando algo pero guardan silencio una vez que Alek y yo llegamos junto a ellas.

-¿qué quieres desayunar Dalila?- pregunta el hombre junto a mi mientras miro todo lo que hay en la mesa, todo se veía tan apetitoso, todo se me antojaba pero mi estómago no pedía mucho.

Estoy a punto de hablar pero una de las mujeres ahí llama mi atención, sus ojos están cristalizados mientras me mira, es discreta pero he logrado mirarla.

-supongo que me conocías o yo te conocía a ti- hablo hacia aquella mujer quien se recompone limpiando sus mejillas- digo, no cualquiera lloraría mientras me ve- suelto burlona y ríe.

-ella es Margarete- habla Alek- era tu nana.

Aquella mujer me continúa mirando mientras más lágrimas salen de sus mejillas, sonrío un poco hacia ella quien solo hace lo mismo tímidamente.

-los panqueques eran tus favoritos- habla mientras se acerca un poco- preparé unos tales y como te gustaban.

-los panqueques siguen siendo mis favoritos- respondo y ella sonríe mientras comienza a servir algunos en un plato- con mermelada de...

-zarzamora- termina ella y asiento con una sonrisa.

Tomo asiento frente a estos mientras Alek le pide a las demás mujeres que se retiren quienes lo hacen sin protestar e inmediatamente, Alek toma asiento en la silla principal mientras que le pide a aquella mujer que se siente con nosotros mientras asiente. Ambos ven cada uno de mis movimientos mientras pruebo la comida frente a mi, al momento en que comienzo a comerlos el sabor invade mi boca, estaban deliciosos, hace mucho que no probaba unos panqueques así de ricos.

-saben delicioso- respondo- me han encantado, gracias- hablo hacia aquella mujer quien sonríe a más no poder.

Después de unos segundos más ella comienza a hablar llamando mi atención.

-¿cómo es tu vida ahora?- pregunta ella mientras Alek le advierte con la mirada.

-está bien- hablo hacia él- no es como si mi vida fuera muy mala- bromeo- actualmente soy abogada- hablo- me gradué hace un poco más de un mes- respondo- trabajo en un despacho.

Ella sonríe y después de unos minutos más se va de aquí mientras dice que estará en la cocina por cualquier cosa que necesites y agradezco ante su atención.

-entonces- Alek comienza mientras volteo hacia él- ¿qué quieres hacer hoy?

Pienso por algunos segundos mi respuesta para después hablar.

-creo que tenemos un tema pendiente- comienzo- parte de nuestro trato.

Sonríe mientras toma su jugo.

-que buena memoria- habla- tal como tu madre- al decir eso su sonrisa se borra un poco mientras su voz se pinta de melancolía, intento desviar el tema.

-entonces- vuelve a mirarme volviendo a la realidad- ¿qué es lo que pasó con los Morelli y contigo?

Sus ojos se llenan de odio y su voz se vuelve un poco dura.

-Los Morelli me arruinaron la vida- responde- comenzando por Bruno Morelli quien fue el causante de que las creyera muertas todo este tiempo.

Lo último que dice sin duda alguna llama mi atención.

Capítulo nuevo.

Nos leemos pronto.

-Neftali.

Tentación ItalianaWhere stories live. Discover now