Tentación Italiana

Capítulo 24

Raffael

-¿puedes decirme que pretendes al hablar con Dalila?- le pregunto a mi madre a través del altavoz.

-tu querida Dalila se ha ido- responde ella.

Al menos ya no tenía que preocuparme por lo que mi madre pudiera hacer o decir.

-ha sido una conversación bastante interesante- habla ella y sólo sigo conduciendo.

-has hecho todo esto a mis espaldas- hablo de nuevo- ¿qué pretendes?

La escucho reír en su línea.

-cariño, solo quería conocer a la chica que está junto a mi hijo- responde- ¿Hay algo de malo con eso?

Nuestro destino comienza a aparecer frente a mi.

-hablaremos después- estaciono el auto mientras cuelgo la llamada.

Bajo de este y miro el edificio frente a mi, estaba alejado de la ciudad.

Hay un hombre afuera que espera por nosotros.

-Raffael Morelli- habla aquel hombre mientras comienza a caminar hacia mi- por fin tengo el placer de conocer al mismísimo diablo italiano.

Me extiende su mano y la acepto.

-Marcus Girard- hablo mientras él sonríe.

-ese soy yo.

Mis hombres llegan mientras bajan de la camioneta, segundos después aparece el auto de Noan mientras que el rubio baja y camina hasta nosotros.

Saluda al hombre frente a mi y después de la llegada de Agapios entramos al lugar.

Miro el edificio, por fuera no se sospechaba absolutamente nada sobre su función pero una vez que te adentras se logra por fin entender el porque está alejado y aislado de todo.

Hay un montón de mesas ocupadas por hombres que se dedican a fumar, beber y apostar, la iluminación aquí es notablemente tenue al igual que la música que se escucha, hay mujeres semidesnudas bailando en una tarima así como algunas otras bailan sobre ciertas mesas y otras son acompañantes de los hombres en las mesas. Miro a Agapios quien solo mira rápidamente para después caminar junto a nosotros.

Llegamos a una mesa y tomamos asiento, hay dos hombres más aquí quienes es tan en compañía de algunas mujeres.

Una vez que tomamos asiento Marcus hace la señal a una camarera para después traer una botella de whisky y comenzar a servirlo.

-¿comenzamos?- pregunta Noan y todos asentimos mientras que el rubio saca un mapa con un montón de señalamientos y marcas. Estábamos aquí para negociar el uso de nuevas rutas, rutas que pertenecen a los hombres frente a nosotros quienes escuchan atentamente todo lo que decimos.

-aceptamos- hablan ellos. Habían pasado ya unas cuantas horas desde nuestra llegada y habíamos terminado por fin el trato con ellos.

Noan comenzó a hablar con ellos mientras arreglaba otros asuntos, me dispuse a mirar todo aquí hasta que algo llamo mi atención, una mano en mi hombro, voltee lentamente encontrándome con una de aquellas mujeres, sus senos estaban descubiertos y lo único que tenía era una pequeña falda, voltee de nuevo al frente.

-¿por qué no vamos a una habitación?- escucho como susurra en mi oído mientras comienza a masajear mis hombros- muestrame lo que el diablo italiano sabe hacer.

Sonrío sin mirarla mientras aparto sus manos.

-no estoy interesado cara- hablo para que ella escuche.

Camina hasta quedar frente a mi.

-podrías mostrarme que todo lo que dicen de ti es cierto- muerde su labio inferior.

-lo es- respondo- puedes preguntarle a mi mujer- finalizo mientras bebo del vaso en mi mano, ella traga saliva mientras se aleja lentamente volviendo a uno de aquellos hombres.

Miro mi celular y sonrío al ver un mensaje de Dalila, es una selfie en donde manda un beso, respondo y después apago mi celular volviendo a instalar seriedad en mi rostro y concentrándome en lo que Noan y Agapios hablan.

♤

Esta anocheciendo cuando llegamos a Italia, Noan y Agapios vienen conmigo a la mansión en donde les he dado asilo. Llegamos y mi madre está ahí en compañía de Gianna.

-que alegría verlos de nuevo- mi madre habla mientras se pone de pie para saludar al francés y al griego- ¿quién es tu acompañante?

Pregunta a Agapios quien ha traído a aquella mujer consigo.

-no importa eso Gretta- responde Agapios mientras se acerca a mi madre para saludarla al igual que Noan.

Los dejo hablando mientras que subo al segundo piso en busca de Lara, entro a su habitación y ella está jugando con sus muñecas.

-la mia principessa- hablo llamando su atención, sus ojos azules me miran pero a comparación de otras veces ella no se pone de pie para correr hacia mi, eso me hace fruncir el ceño- ¿qué pasa cariño?¿no te alegras de verme?

Pregunto cerrando la puerta para caminar hasta donde se encuentra.

-no- responde mientras deja sus muñecas y se cruza de brazos.

-¿por qué?¿qué ha pasado?- tomo asiento en la orilla de su cama mientras que ella está sentada en una pequeña silla.

Me fulmina con su mirada y después comienza a hablar.

-nona y Gianna me han dicho que tienes novia- responde por fin.

Elevo una ceja en su dirección.

-¿tiene algo de malo eso?- le pregunto mientras me cruzo de brazos al igual que ella.

-ellas han dicho que dejaras de verme por ir con ella- sus ojos se cristalizan un poco- porque ella será tu princesa ahora.

No podía creer lo que escuchaba, mi madre y Gianna se habían atrevido a envenenar a mi propia hija con tal de ponerla en contra de Dalila.

-ven aquí- abro mis brazos para ella y dudosa camina hasta mi mientras que la subo a mis piernas- sabes que nunca dejaré de amarte, ¿verdad? Aunque tenga novia nunca dejaré a mi hija a un lado- ella baja la mirada- la princesa Lara siempre será mi princesa- ella me mira aún con lágrimas en sus ojos- y eso nunca va a cambiar la mia principessa.

-¿ella no me va a alejar de ti?- pregunta.

-ella nunca me va a alejar de ti- respondo mientras le doy una sonrisa- ella sabe que eres mi hija y que siempre estarás conmigo.

Sonríe por fin.

-¿pero por qué Nona y Gianna dijeron eso?

Suelto un suspiro cansado.

-tu abuela y Gianna no querían decir eso- respondo- ellas no saben lo que dicen.

Se queda pensando algunos segundos y después habla de nuevo.

-¿puedo conocerla?- pregunta y sonrío.

-por supuesto- respondo- ella también quiere conocerte.

Sonríe mientras me abraza y comienza a decirme todo lo que ha hecho estos días.

Capítulo nuevo.

Espero que les guste.

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Nos leemos pronto.

-Neftali.