Dalila
Meses atrás
-¿qué te parece cariño?- mi abuelo pregunta mientras sonríe en mi dirección.
-me encanta- respondo con una sonrisa mientras miro de nuevo el vestido frente a mi- es hermoso.
Él sonríe.
-lo usarás esta noche- habla- me acompañarás con unos socios- mira el reloj en su muñeca- tu abuela ha decidido quedarse y que mejor que mi nieta para acompañarme.
Me acerco a él mientras lo abrazo siendo correspondida.
-cuenta con eso.
♤
Termino de arreglarme y después bajo hasta donde se encuentra mi abuelo quien ya me espera en la primera planta.
-te ves hermosa mi Dalila- sonríe en mi dirección- eres idéntica a tu madre.
Sonrío mientras acepto su brazo y salimos hasta el auto que nos lleva a un lujoso restaurante a las afuera de la ciudad.
Mi abuelo da su nombre en la recepción y después nos encaminan hasta una mesa ubicada en una de las terrazas del lugar, estaba aislada y ya había unos cuantos hombres en compañía de sus esposas, llegamos y saludamos a cada uno de ellos.
-solo falta Morelli- habla uno de los hombres- no debe de tardar, siempre suele ser muy puntual.
-¿de qué Morelli hablamos?- pregunta mi abuelo- ¿Dante Morelli?
Uno de los hombres niega.
-no, Dante no ha quedado a cargo de las empresas- habla otro hombre- hablamos del segundo hijo de los Morelli.
-no tengo el placer- mi abuelo habla de nuevo.
-es...
Un hombre ahí iba a hablar pero se ve interrumpido por otra voz.
-buenas noches- una potente voz se escucha detrás de nosotros- disculpen la tardanza.
Me quedo anonada mirando al imponente hombre que aparece frente a nosotros, un hombre alto, musculoso, de cabello negro y ojos azules toma asiento frente a mi mientras su mirada viaja por todos los que se encuentran en la mesa hasta que se detiene en mi.
Nuestras miradas coinciden y nos quedamos así por unos segundos hasta que la voz de mi abuelo logra volverme a la realidad.
Carraspeo y giro la mirada hasta mi abuelo.
-un placer- mi abuelo habla llamando la atención de aquel hombre- no tenía el gusto de conocerlo, mi nombre es Alfonso Román- ambos estrechan su mano- lamento mucho la pérdida de su padre, era un buen hombre y un buen amigo.
Aquel hombre solo asiente mientras toma de nuevo su lugar.
-Raffael Morelli- habla aquel hombre de nuevo- soy quien está al mando de las empresas Morelli ahora- todos en la mesa asienten.
-comencemos- otro de los señores aquí habla y todos comienzan a hablar sobre cosas que no entiendo completamente.
Continúan hablando sobre sus empresas y las inversiones que siguen manteniéndose mientras que yo me dedico a mirar el lugar a mi alrededor, intento concentrarme en cualquier otra cosa que no sea en mirar a aquel apuesto hombre.
Un hombre aparece y se acerca a decirle algo a aquel hombre quien se pone de pie.
-debo de hacer una llamada- habla y todos asienten- pueden continuar sin mi.
Es todo lo que dice para después caminar adentrándose al restaurante de nuevo.
Tenía un porte elegante y sin duda alguna reconocía que era un hombre que con su mera presencia lograba crear orden y silencio a donde sea que fuera.
Pasan algunos minutos y la insistencia de Anna en mi celular se intensifica.
Me pongo de pie mientras aviso a mi abuelo que atenderé su llamada y él asiente.
-supongo que debe de ser algo sumamente importante para que me llames más veces de las que me has llamado en todo un año- respondo burlona mientras salgo de aquí aceptando la llamada de mi mejor amiga.
-lo es- responde ella- esta noche saldré con Adriano y no tengo ni puta idea de que utilizar.
-¿esto es de suma importancia?- pregunto burlona mientras elevo una ceja aunque ella no puede verme- Anna has salido con él un montón de veces, a este punto ya deberías saber que ponerte.
-lo sé, lo sé- habla ella- ¿estás en tu departamento?
-no- respondo mientras me adentro en un pasillo lleno de pinturas y puertas, comienzo a mirar cada cuadro- estoy en una cena, acompañe a mi abuelo.
-¿una cena con hombres guapos?- pregunta con una toque de maldad.
-no- respondo- todos aquí se limitan a tener la misma edad que mi abuelo- ella se burla- y vienen en compañía de sus esposas.
-lastima- responde- ¿puedo asaltar tu closet?- cambia el tema de repente.
-¿qué?
-prometo regresarte todo lo que tome- habla- a este punto Adriano ya debe de conocer todo mi closet, quiero que me vea con algo diferente.
Suspiro pesadamente.
-está bien- la escucho dar un pequeño grito desde su línea.
-¿Antonio me dejará pasar?- pregunta.
-lo llamaré para avisarle que irás y que te abra mi departamento- camino hasta otro de los cuadros aquí.
-sabía que podía contar contigo- habla con emoción- te amo, te amo, te amo.
Después de unas palabras más ella cuelga mientras que me dispongo a llamar al portero de mi edificio para avisar que mi mejor amiga irá, en cuanto le notifico eso a Antonio apago de nuevo mi celular y solo me quedo mirando la pintura frente a mi.
-interesante, ¿no?- una voz detrás de mi hace que me sobresalte.
Siento como mi corazón late rápidamente mientras me recompongo, volteo lentamente encontrando al hombre de cabello negro y ojos azules, quien me mira divertido.
-no era mi intención asustarla- habla con aquella gruesa voz que sin duda logra erizar mi piel.
Asiento mientras giro de nuevo al cuadro, escucho sus pasos acercarse y después está justo a mi lado.
-¿mujer de pocas palabras?- pregunta y oculto una sonrisa, todo el mundo decía que hablaba hasta por los codos.
-ojalá las personas a mi alrededor pensarán lo mismo- respondo con cierta burla mientras siento su mirada sobre mi, volteo lentamente encontrándome su mirada azul.
-creo que las mujeres que siempre tienen algo que decir son interesantes- habla él sin despegar su mirada.
-en ocasiones suelen serlo- respondo de la misma manera.
Nos quedamos así, ninguno de los dos dice nada y lo único que hacemos es mirarnos esperando a que algunos de los dos diga o haga algo.
El primero en alejar su mirada es él y segundos después hago lo mismo.
-deberíamos volver a la mesa- habla mientras guarda sus manos en sus bolsillos y mira el cuadro frente a nosotros.
-sí, deberíamos- respondo sin más y comienzo a caminar alejándome de él y volviendo hasta aquella mesa.
Capítulo nuevo.
Nos leemos pronto.
-Neftali.
YOU ARE READING
Tentación Italiana
Romance¿Puede un mafioso enamorarse? Una mirada y una sonrisa son suficientes para que alguien caiga rendido a sus pies y Raffael Morelli sin duda no es la excepción. Balas, armas, mafia y amor. "-No eres bueno para ella Raffael, entiéndelo. -Eso no...