Capítulo 23

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Dalila

La mujer frente a mi me miraba mientras que esperaba a que tomara asiento.

Sin alternativa alguna lo hice, tome asiento frente a ella.

-¿qué deseas pedir?- pregunta la madre de Raffael.

-estoy bien, gracias- respondo.

Me mira por una milésima de segundo y se acomoda en su asiento.

-he de admitir que te imaginaba diferente- comienza ella- cuando me dijeron que mi hijo salía con alguien imaginaba alguien diferente- ¿debía de sentirme ofendida?- pero me he encontrado con la sorpresa de que decidió involucrarse con una chica de veintidós años- me mira como si eso fuera un delito- ¿sabes que mi hijo está a punto de cumplir treinta años?

Asiento, su cumpleaños sería en unos días.

-¿qué es lo que busca un hombre de treinta años con una chica de veintidós?- la pelirroja aquí habla mientras me mira.

-Gianna- aquella mujer habla mientras que la pelirroja se encoje de hombros.

La madre de Raffael vuelve a mirarme.

Me analiza completamente con su mirada azul, me mira de una manera rara, como si estuviera viendo a alguien más e incluso su mirada se pierde por algunos segundos. Me sentía algo incómoda por la manera en que ella me veía aunque no dejaba notar los nervios dentro de mi.

-Gianna, cariño, podrías dejarnos solas- mira a la pelirroja quien nos mira a ambas y finalmente termina aceptando, se pone de pie y camina hasta salir de aquí.

Aquella mujer entrelaza sus dedos mientras se apoya en la mesa.

-es momento de ser directas Dalila- habla de nuevo.

Veo como saca algunas cosas de su bolso para después volverme a mirar.

-¿cuánto dinero quieres por alejarte de mi hijo?- pregunta y no puedo evitar abrir mis ojos sorprendida. Me estaba ofreciendo dinero por dejar a Raffael.

Desliza a través de la mesa un cheque en blanco, lo desliza hasta que este está frente a mí.

Miro aquel papel en la mesa mientras que ella espera algo de mi parte, la miro a ella y sólo tiene una ceja elevada mientras me extiende un bolígrafo.

Deslizo el cheque con mi dedo hasta ella de nuevo.

-no quiero su dinero- respondo y ella es quien ahora abre sus ojos sorprendida- quiero a Raffael y su dinero no podrá alejarme de él.

Carraspea para después volver a hablar.

-debes de necesitar el dinero- habla- para pagar tu universidad, tu departamento o incluso el lugar en donde vive tu abuela.

¿me había investigado? Por Dios, está mujer debía de tener toda información sobre mi ahora.

-sé que no tienes a nadie más- continúa- tu abuelo murió hace unos meses, tu abuela decidió irse de tu lado, ninguno de tus padres está contigo y la relación con la poca familia que te queda es del asco- me evito el decir algo, había aprendido a escuchar primero y después hablar, eso sería lo que haría- también sé que tu tío te ha arrebatado todo lo que tu abuelo dejó para ti- vuelve a extender el cheque- y esto puede ayudarte, no me parece justo que una chica de veintidós años cargue con tanto como tú lo haces mucho menos cuando el salario que gana apenas le deja para comer.

Realmente me sentía ofendida, ella creía que podía venir aquí a restregar sus millones.

Me quedo callada y ella vuelve a hablar.

-conozco también un Buffet de abogados- habla- son los mejores en Londres, puedo ayudarte a conseguir un buen puesto ahí una vez que termines tu carrera- sonríe aunque no es una sonrisa sincera- Piénsalo cara, esto te puede sacar de tantos apuros.

Miro de nuevo aquel papel para después mirarla a ella.

-he dicho que no señora- respondo- no estoy interesada en nada de lo que usted tenga por ofrecerme, sean millones de pesos o empleos en el mejor lugar del mundo, no estoy interesada- aprieta su quijada- y veo que me ha investigado lo cual no me sorprende para nada- intenta mantenerse firme- entonces posiblemente sepa que no soy el tipo de mujer que se deja sobornar por este tipos de actos, al contrario, me parece realmente desagradable que interfiera en mi vida de esta manera- ella intenta decir algo pero continúo- usted no me conoce, no sabe absolutamente nada de mi, sabe absolutamente lo mismo que todo el mundo podría saber- su mirada azul se oscurece- pero la pondré al tanto- rompo aquel cheque frente a ella- no soy la mujer que acepta esto, las cosas que hago y obtengo son a base de mis esfuerzos y usted no podrá cambiar eso entonces debería de saber que todo esto ha sido una pérdida de tiempo.

Una pequeña vena en su sien salta.

-¿es tu decisión final?- pregunta.

-lo es- afirmo sin titubear.

-creo que has cometido un error.

-creo que es usted quien ha cometido el error al hacerme venir aquí- respondo- me ha hecho perder tiempo y lamento que usted también lo haya perdido.

-mi hijo en cualquier momento se aburrirá de ti- habla una vez que me pongo de pie- lo conozco, sé que tarde o temprano terminará lo que sea que tenga contigo- escuchar eso sí logra hacerme poner nerviosa- Raffael nunca se aprisionara con una mujer, ha dejado saber en múltiples ocasiones que su vida no gira en torno al compromiso y es por eso que sé que mandara al caño lo que sea que tenga contigo, solo es cuestión de tiempo para que lo haga, solo es cuestión de tiempo para que te saque de su vida.

Trago saliva ante sus palabras pero me recompongo rápidamente.

-creo que en eso también se equivoca- frunce su ceño- Raffael ya me saco de su vida una vez- ella sonríe- pero fue él quien después volvió a incluirme en ella- aquella sonrisa se borra- nunca obligare a su hijo a estar conmigo- tomo mi bolso- es él quien ha decidido que quiere estar conmigo, él fue libre de decidir y lo hizo, me eligió a mi- sonrió hacia ella- y ahora soy yo quien elige, lo elijo a él y permanecere a su lado hasta que él me pida lo contrario- antes de dar vuelta para irme vuelvo a mirarla- ha sido un placer conocerla y en verdad lamento que las cosas no hayan salido como deseaba.

Sin más comienzo a caminar hasta la salida, una vez logro salir puedo soltar el aire retenido en mi mientras que intento procesar lo que ha pasado.

Capítulo nuevo.

Nos leemos pronto.

-Neftali.

Tentación ItalianaWhere stories live. Discover now