Capítulo 40

94.8K 6.5K 1.4K
                                    

Raffael

1 mes después.

Ha pasado un mes desde que aleje a Dalila de mi lado, un mes desde que le hice creer que me casaría con Gianna, un mes desde que la vi por última vez.

No he sabido nada de ella aunque he ordenado a Giorgio que la vigile, quiero asegurarme que está bien y al parecer así es, nadie ha interferido en su vida desde que salí de esta y eso era justo lo que necesitaba saber.

Lo último que supe de ella es sobre ese grandioso trabajo que consiguió en un prestigioso bufete de abogados aquí en Italia, merecía ese trabajo, era el trabajo de sus sueños y no podía sentirme más feliz al saber que ella estaba siendo exitosa en tan poco tiempo, ella lo merecía, siempre había sido así.

Estoy en el club mientras arreglo algunos papeles, la música proveniente de afuera retumbaba dentro de mi oficina. Me pongo de pie mientras me encamino hasta el ventanal de este y comienzo a ver todo aquí.

No hay nada fuera de lo normal o algo de lo que tenga que ocuparme, estoy cansado y lo único que deseo es descansar, sin más tomo mi saco y una vez guardo y aseguro todo salgo de aquí, he decidido ir por la puerta delantera pasando así por todo el club, estoy a punto de subir a mi auto cuando una llamada llega a mi celular, atiendo sin mirar el número de quien habla.

-diga- respondo y la otra persona toma unos segundos antes de hablar.

-soy Dalila- escucho su voz y logra hacerme detener por completo- antes de que digas algo o cuelgues debo de decir que esto es importante- me mantengo en silencio y ella continúa- estoy en la cafetería y Lara está aquí.

Eso me hace poner alerta.

-¿Lara?- pregunto y ella asiente.

-sí, Lara está aquí y está sola- suspiro frustrado, ¿por qué nadie podía hacer bien su puto trabajo?- dice que se ha perdido y reconoció este sitio.

Giovanni siempre solía llevarla ahí era por eso que la reconocía.

-voy para allá- hablo y ella asiente, terminamos la llamada y rápidamente subo  a mi auto para ir hasta aquella particular cafetería que a este punto ya era bastante reconocida para mi.

Llego después de unos minutos y en cuanto me bajo de este voy rápidamente hasta adentrarme a esta, entro y veo a mi pequeña sentada en una mesa, en cuanto me ve sus ojos se iluminan y corre hacia mi mientras la atrapo en mis brazos abrazandola.

-¿qué pasó?- le pregunto mientras sus ojos azules me miran.

-me perdí- responde.

-¿quién estaba contigo?- pregunto y ella me mira mientras se acerca para susurrar.

-Dante- habla demasiado bajo y lo hace solo para que pueda escuchar, veo como sus ojos se llenan de miedo.

Me pongo de pie y tomo mi celular para marcar el número de Giovanni, le pido a mi hija que espere aquí y ella asiente mientras salgo un poco de aquí para hablar con mi hermano menor.

-¿qué pasa?- escucho la voz de Giovanni después de algunos tonos.

-¿qué pasa?- suelto molesto- ¿cuándo mierdas pensabas decirme que el hijo de puta de Dante está fuera?- no puedo ver su reacción pero sé que se ha quedado estático.

-todo estaba bajo control- responde.

-¿bajo control?- suelto de la misma manera, estoy bastante cabreado- mi hija estaba fuera de casa sola, ¿A eso llamas bajo control?

-¿Lara está bien?- pregunta preocupado.

-lo está- respondo bajando un poco mi tono de voz- ¿cómo mierdas salió?

Tentación ItalianaWhere stories live. Discover now