Capítulo 11

121K 7.6K 1.9K
                                    

Raffael

Estaba entrenando junto a mis hombres mientras hacía que estos mejorarán sus tácticas y movimientos. Tomamos un descanso, después seguiría la práctica con armas, si trabajaban conmigo debían de ser los mejores, no me gustaba tener gente mediocre bajo mi mando, ellos eran los encargados de defender a mi hija y a mi madre así que debían de ser los mejores.

-señor- Giorgio llega a mi lado mientras me extiende un sobre- el ruso ha dejado Italia, estuvo algunos días y después se fue.

Maldigo internamente, tenía la oportunidad de haberlo capturado, estaba en mi territorio y hasta ahora me entero.

-¿por qué mierda no me dijeron antes?- pregunto molesto.

-los hombres apenas pudieron identificarlo- responde- se mantuvo oculto y su gente fue la única que estaba por las calles.

-¿tienen identificados a sus hombres?- pregunto y él asiente mientras me extiende otro sobre.

Comienzo a ver las fotografías dentro de este, todos son hombres fuertes, dignos de los rusos, llenos de tatuajes y perforaciones, sin duda alguna representaban bien a los Ivanov, mi ceño se frunce al ver a un último hombre, este era todo lo contrario a los anteriores, era flaco, debilucho, no tenía ningún tatuaje e incluso se veía decente.

-¿quién es?- le pregunto a Giorgio.

-es la mano derecha de Ivanov señor- responde- tengo entendido que no mata ni pelea junto a los demás, sólo sirve a Ivanov.

Asiento mientras continuó mirándolo intentando recordar en donde lo he visto antes hasta que mis recuerdos llegan a la noche anterior mientras recogía a Dalila en la cafetería.

Era el hombre que había chocado con ella, el hombre que la ayudó a levantar sus libros y el hombre que no dejaba de mirarla de manera extraña. Una sensación de preocupación comenzó a instalarse en mi pecho y los pensamientos comenzaron a crearse también, el imaginar en que ellos supieran de la existencia de Dalila e intentarán algo en mi contra usándola a ella me hacia poner nervioso.

Me alejo unos pasos de Giorgio mientras saco mi celular marcando el número de la castaña quien no contesta, maldigo internamente mientras vuelvo a llamarla, no responde, estoy a punto de marcar de nuevo cuando un mensaje de su parte llega a mi celular encendiendo la pantalla.

¿qué pasa? Estoy en clase.

Suelto el aire que retenía.

¿para qué me llamaste?

No podía decirle que tenía miedo de que mágicamente estuviera viajando a Rusia con una bola de matones así que contesto lo primero que se me viene a la cabeza.

Solo quería escuchar tu voz.

Mando el mensaje y ella responde al instante con unos emojis riendo mientras dice que me llamará terminando su clase lo cual me da tranquilidad.

-¿encontraron algo con respecto a Ivanov?- pregunto volviendo junto a Giorgio y él niega.

-hasta ahora nada señor- responde.

Maldigo, debía de tener una debilidad y la encontraría, terminaría con él utilizando eso.

Miro por última vez la foto de aquel hombre y después vuelvo a entregarle todo a Giorgio.

-¡saquen sus armas!- grito a los hombres que están descanso quienes se ponen de pie inmediatamente colocándose en una fila y sosteniendo sus armas con su mano- solos tres oportunidades, para quedarse necesitan dar al blanco al menos dos veces quien no sea capaz de lograrlo despidase de su trabajo.

Tentación ItalianaWhere stories live. Discover now