70. Ese es el espíritu

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La gracia de Dan dejó un desorden en toda la ciudad. Ya nadie sabía cómo hacer para que los humanos olvidaran lo que había sucedido, así que optaron, toda la comunidad sobrenatural, incluso nosotros, en dejar todo como estaba y que el tiempo hiciera de las suyas.

Hubo muchas pérdidas, especialmente porque, como mencionó Cristal, los demonios que atacaron la ciudad mataron a muchos humanos y a miembros nefilim también. Por casi una semana entera, se estuvo investigando quiénes habían muerto e identificando cuerpos para darles un entierro apropiado.

Daniel había tenido que poner en marcha su trabajo como representante de la alianza junto con Joseph porque ellos son los que se deben encargar en cosas como aquellas. Por supuesto que tenían ayuda de los directores, la guardia y otros, pero ellos eran los principales encargados.

A Mia la tuve que ver al día siguiente de la batalla contra Dan porque se encontraba mal y necesitaba volver a casa con Christopher. Tristán me comentó que la sed de sangre la tenía algo descontrolada y era mejor que pasara tiempo con su papá vampiro antes de vernos a todos nosotros.

Blas, por otro lado, se veía feliz de estar de vuelta y su abuela, quien lo había extrañado mucho, no lo dejaba ir a ningún lado sin avisar antes. Sin embargo, de eso no se preocupaba mucho porque solo pasaba tiempo con Davina y también con nosotros.

Los mellizos, principalmente Kenneth, nos contaron que Alejandro decidió ayudar a Dan con su transformación y lo acogió en la escuela. Ya todos los alumnos habían vuelto y retomaron las clases como siempre.

A los chicos, ya tuve la oportunidad de contarles que pronto Daniel y yo viviríamos juntos y que también teníamos nuestra casa lista. Se emocionaron mucho, sobretodo Cristal, y nos pidieron que los invitáramos cuando tuviéramos la oportunidad. Por supuesto, Daniel y yo no nos negamos porque nos parecía una buena idea.

Lo único que me faltaba por hacer era contarle a Clemente, Julietta, Javier, Nick y Christopher porque son mi familia más cercana y quería hacerlo en privado con ellos. No iba a pedirles permiso o algo parecido porque ya tenía edad suficiente para tomar mis propias decisiones, pero quería compartir mi felicidad con ellos.

Nick tuvo la idea de invitarnos a casa para que pudiéramos estar todos cómodos y así también poder él conocer mejor a mi familia biológica. Así que, allí estaba, dentro del baño de mi vieja casa, mirándome al espejo detalladamente.

—Camille —llamó Daniel desde afuera—, te has demorado mucho. ¿Estás bien?

Suspiré nerviosa y abrí la puerta, mientras sonreía ampliamente.

—Estoy nerviosa —confesé.

—Tranquila. Solo viviremos juntos. No es como si te hubiese propuesto matrimonio.

—Claro, pero es un gran paso para mí.

—También para mí.

Ambos volvimos a la sala de estar donde mis padres, mi abuelo, Christopher y Nick nos esperaban totalmente ansiosos por lo que teníamos que decir. Mia, a pesar de ya saber la noticia, también estaba allí porque queramos o no es mi sobrina.

—Por favor no me digan que seré abuelo por segunda vez. Creo que con Mia me basta por ahora —dijo Clemente pálido como el papel.

—¿Qué? —pregunté sorprendida—. No, no, claro que no. No aún.

—Que alivio entonces.

—¿Qué pasa entonces? —preguntó Nick.

—Quería contarles que Daniel y yo viviremos juntos. Ya tenemos nuestra casa y solo faltaba contarles a ustedes. —Sonreí algo forzada por la situación y los miré expectante.

Los Caídos #4 - HechicerosWhere stories live. Discover now