66. Pecaría por ti y volvería a caer

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Kenneth había decidido manejar desde Alana hasta Atalana en dirección a la casa de Clemente porque yo no me sentía de ánimo para hacer o usar un portal. Mi padre me comentó que estaba haciendo algo importante y no podía salir de casa, así que vendría en un par de horas, pero no podía esperar tanto.

—Son las doce de la noche, ¿qué podría estar haciendo Clemente que sea tan importante a esta hora?

—De él puedo esperar cualquier cosa, Kenneth. Clemente aún oculta muchas cosas.

—Es un hombre ancestral, por supuesto que oculta cosas —dijo riendo—. ¿Cuál es su casa?

—Allí. —Apunté el viejo edificio y nos estacionamos frente a él. Era raro pensar que la última vez que estuve en aquel lugar, me sentí como una basura.

Ambos entramos y subimos hasta el piso donde vivía papá. Golpeé un par de veces la puerta y la persona que abrió me miró sorprendido y a la vez serio. Era Daniel y ninguna explicación lógica me cruzó por la cabeza de por qué estaba allí si Clemente lo detestaba.

—¿Qué haces aquí, Cam? —preguntó sorprendido.

—Eso debería preguntarlo yo porque es la casa de mi padre.

Murmullos vinieron desde dentro y no pude evitar sentir curiosidad, pero a la vez enojo por alguna extraña razón. Nada de esto pintaba bien y quería saber qué diablos pasaba, así que entré sin que me invitaran y para mi sorpresa Will también estaba allí. No solo él, sino que también Declan, Clemente, Aran, Asael y Benjamín, mi querido tío, a quien no veía hace mucho tiempo.

—¿Esta es alguna clase de reunión secreta de caídos? —pregunté riendo irónica—. Pensé que no teníamos secretos.

Claro que era la menos indicada para decir eso porque nosotros, los chicos y yo, siempre ocultábamos cosas a los demás, especialmente cuando se trataba de nuestros planes; sin embargo, que estos caídos tuvieran alguna clase de secreto significaba que algo malo estaba pasando.

—Camille —dijo papá—, lo que sea que estés pensando, debes escuchar primero.

—En realidad no estoy pensando nada porque no se me ocurre una razón a todo esto. ¿Qué está pasando? ¿Qué va a pasar? ¿Sucede algo malo allá arriba?

La mirada de Clemente se posó en Will quien miró a su hermano fijamente. Daniel, por otro lado, suspiró profundamente y se cruzó de brazos.

—No podemos decirte. Ni a ti ni a nadie porque es un asunto del reino celestial. Lo que sí puedo decirte es que mi padre me ha contactado y... quiere que vuelva a casa.

Fruncí el ceño al escuchar sus palabras, y traté de permanecer calmada frente a los demás y aguantar lo que sea que estaba sintiendo en aquel momento porque el tema de Dan era lo que más me importaba. Miles de personas podrían morir.

—Camille —dijo Kenneth—, le diré a Clemente. Ve tranquila.

El brujo rubio sonrió de medio lado y tan solo susurré un ''gracias'' tan imperceptible que temí que no escuchase. Pasé por el lado de Daniel y ni siquiera lo miré porque de seguro me darían ganas de golpearlo, así que me fui directo al pasillo fuera del departamento.

Él me siguió y cerró la puerta tras nosotros, quedando todo en completo silencio. Me apoyé contra la pared, me mordí el labio debido a los nervios y miré al hombre grande y serio frente a mí. No lucía tierno y feliz como solía hacerlo cuando estaba conmigo, sino que estaba preocupado.

—¿Por qué no me dijiste? —pregunté triste.

—Todo pasó esta tarde. Miguel nos contactó en nombre de los otros arcángeles por motivos que no puedo decirte.

Los Caídos #4 - HechicerosKde žijí příběhy. Začni objevovat