Los Caídos #4 - Hechiceros

7. Era nuestro lenguaje

Oliver

Eric nos había dicho que Makarius ahora trabajaba en una tienda del centro porque quería hacer algo con su vida, así que decidí ir a verlo allá. Quería hablar con él acerca de lo que me había pasado en la otra dimensión. Sentía que de alguna manera le debía una explicación al igual que él a mi.

Entré a la pequeña tienda y una pequeña campana que estaba sobre la puerta sonó, anunciando que un nuevo cliente había entrado.

—Buenos días, ¿en qué puedo...—Se quedó callado cuando me vio y luego sonrió—. Oliver, eres el primero que viene a verme a mi trabajo, ¿qué tal luzco?

—Como todo un humano —dije subiendo mi pulgar—. Luces bien, Mak. El trabajo te sienta.

Rio divertido y me invitó a sentarme en una silla tras el mostrador.

—¿Qué te trae por aquí?

—Quiero hablarte de lo que pasó en la otra dimensión —dije.

—¿Por qué?

—¿Viste alguna palabra antes de entrar al portal? —pregunté.

Frunció el ceño y luego asintió lentamente.

—Vi la palabra ''ángel'', pero supuse que fue porque uno de los caídos se llamaba así —explicó—. ¿Qué viste tú?

—Muerte —dije sin más—. ¿Si te cuento algo que absolutamente nadie más sabe, guardarías el secreto?

—Claro que sí. Puedes confiar en mi —respondió.

—Sabes que soy hijo de una banshee y que por ende soy propenso a que cierta criatura se me acerque, ¿no?

—¿Qué criatura? —preguntó.

—El ángel de la muerte.

—¿El ángel de la muerte? —preguntó en un grito.

—Baja la voz. Puede entrar un cliente y ni pensar en lo que imaginará al escucharnos hablar de esto.

—Tienes razón. Perdón. 

Reí cuando hizo una mueca y me encogí de hombros.

—Desde pequeño esta criatura me ha visitado. Siempre pensé que era producto de mi imaginación, pero mi hermano me contó que también lo visitó una vez —expliqué—. Me aterraba mucho, pero después me acostumbre a su presencia, sobretodo en los sueños. Hace algún tiempo atrás, dejó de aparecer, pero estaba tan preocupado por todo lo que pasaba con el demonio que no me di cuenta.

—No me digas que lo viste en esa dimensión.

—Visité el lugar de los muertos. Es donde el ángel vive y lleva a todas las almas de la tierra. Fue el peor mundo que vi jamás —dije—. Es solo tristeza y lamentos. 

—¿Por qué llegaste allá?

—El demonio se aprovechó de la situación y me llevó porque el puede viajar a través de las dimensiones con un aparato que siempre lleva consigo. Después de hablar tanto, me dijo el nombre del demonio y luego me envió a la supuesta dimensión donde estaba el caído que buscaba. Ahí fue cuando te vi a ti al otro lado de la calle.

Claramente omití la parte en que el ángel de la muerte me pedía remplazarlo a cambio del nombre del demonio porque no quería que nadie supiera. No había necesidad porque moriría antes de que alguien más supiera.

—¿Cómo se llama el demonio entonces? —preguntó.

—Elotesis —dije frunciendo el ceño—. No, es Eltaises. Sí, es ese.