Christopher
Me había dedicado a pasar un poco más de tiempo con mis hermanos y Mia porque era necesario. Después de todo lo que me dijo mi hija, reflexioné y me di cuenta que era verdad, pero que no lo había notado. Quería vivir en un mundo de fantasía cuando la realidad era totalmente diferente.
Sentía que estaba cambiando de alguna manera y no me estaba gustando para nada. Ya ni siquiera parecía que era vampiro, lo cual me estaba causando un conflicto con mis emociones, especialmente desde que había decidido comenzar a alimentarme con sangre de animales. Quería cambiar por mi hija y también por lo importante que son sus amigos para ella. Quería hacerla sentir orgullosa, pero parece que había cometido un grave error.
¿Por qué elegir ser débil si puedo ser fuerte y así protegerla mucho mejor?
Entendía y podía darme cuenta que todos, absolutamente todos, comenzaban a verme cómo alguien accesible, alguien con quien hablar y no como el temible y respetado vampiro que siempre fui.
—Soy un idiota —susurré.
Me quité la chaqueta de la alianza porque hasta aquella prenda había decidido usar en honor a mis amigos y nuestra creación. Sin embargo, dado que en realidad no era nuestra creación, sino de Declan y Aran, la sentía más lejos de lo que pensé. Era como si me hubiesen arrebatado algo.
Cuando tocaron la puerta, me apresuré a abrir para ver quien estaba del otro lado. Cristal me miró sonriente y sentí que volvía a ser un nefilim cualquiera como en los últimos meses. Comenzaba a sentir que, de cierta manera, ella me hacía débil con su amor. Me quería por lo que era, pero entendía que le daba miedo mi lado vampiro y yo había cambiado inconscientemente debido a eso.
Se lanzó sobre mí y me besó tiernamente los labios. Le sonreí un poco y la invité a pasar a la sala de estar. Se quitó el abrigo, lo dejó junto a su bolso y se sentó en el sofá. Estaba muy callada para mi gusto y probablemente algo le molestaba.
—¿Pasó algo? —pregunté.
—No —dijo frunciendo el ceño—. Solo quería verte.
—Oh —susurré.
Me senté a su lado y suspiré cansado. Físicamente no me sentía del todo bien porque comencé a comer nuevamente comida real y la sangre la dejé en segundo plano. Solo la tomaba para no descompensarme en cualquier lugar y que fuera sangre animal no ayudaba mucho. Podía ser híbrido, pero aun así me afectaba.
—Te ves enfermo —dijo preocupada—. ¿Has comido algo?
—Me comí casi todo el refrigerador —dije—. De seguro Mia y mis hermanos me matarán, especialmente Valentín quien es el que come comida real.
—¿Y la...sangre? —preguntó haciendo una mueca.
—Solo de animal y un poco.
—Sabes que debes beber, Chris. Sigues siendo vampiro y no puedes dejar de beber sangre fácilmente.
—Es lo que querías.
—¿Qué? —preguntó confundida.
—Sé que la sangre te atormenta y los vampiros aún más.
—Pero se trata de ti y tu salud. Nada es más importante que eso —dijo seria—. Jamás te obligaría a algo que va en contra de tu naturaleza.
—Pero te gustaría, ¿no es así? —pregunté—. En el fondo te gustaría que mi lado de vampiro desapareciera.
—¿Qué rayos te pasa? ¿A qué viene todo esto? —preguntó.
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Los Caídos #4 - Hechiceros
الخيال (فانتازيا)En toda bondad hay una pizca de oscuridad y en toda oscuridad, una pizca de bondad. Eso es lo que siempre ha creído Camille debido a todo lo que ha presenciado como nefilim y miembro de la alianza de Alana. Sin embargo, las dudas comienzan a invadir...
