51. Los nuevos caídos

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Los directores entraron corriendo y se quedaron a medio camino entre nosotros y Christopher que aún sostenía a Valentín con la esperanza de que despertara. Ellos cinco, que habían iniciado esto, estaban presenciando la caída del gran imperio que habían creado. Así como sus padres, ellos también estaban cayendo, pero esto era mucho peor porque la vida de cientos se vería comprometida.

—¿Qué haremos? —preguntó David.

—El hechicero viene para acá —dijo Jasmine Evans.

Sofia se acercó a Christopher y se arrodilló junto a él para abrazarlo estrechamente. A pesar de que a ella sí le importaba lo que pudiera sucederle a la alianza, también se preocupaba por el bienestar de su amigo, lo cual me hizo pensar en Blas y Mia.

—No tenemos mucho tiempo —mencionó Ulises—. Lo único que nos mantiene en pie es la magia del hechicero que aún es parte de nosotros y la energía de Olivia, la banshee.

—¿Qué hay sobre las espadas? —preguntó Jasmine—. También estaban conectadas a nosotros.

—Iré por ellas. —David se alejó de sus amigos y se fue al piso de arriba, a la habitación de seguridad, a buscar las espadas sagradas para que el hechicero pudiera hacer algo al llegar.

De pronto, escuchamos un suspiro ahogado de parte de Valentín y se sentó rápido sin saber dónde estaba, además de estar completamente temeroso.

—¿Morí? ¿Dónde estoy? —preguntó.

—Vas a estar bien —dijo Chris—. No debes temer.

—¿Me convertiste? —Ambos hermanos se miraron, uno con el miedo de ser vampiro reflejado en su mirada y el otro con el miedo de haber cometido un error—. ¿¡Me convertiste, Christopher!?

—Sí, yo...—El vampiro se quedó en total silencio porque Valentín se puso de pie y se alejó de él hasta quedarse en una esquina. Nos miró a todos nosotros realmente aterrado, mientras que se agarraba la cabeza con ambas manos.

—Me duele la cabeza y las encías —mencionó.

—Valentín.

—No, hermano, no te acerques a mí. Nadie se acerque a mí, por favor. —Valentín se sentó en una de las gradas e inhaló y exhaló profundamente un par de veces—. Deben buscar a otro brujo.

—¿Por qué? —pregunté.

—Porque la magia de la alianza no se ha ido completamente. Dan no fue capaz de tomarla al cien por ciento.

—Pero tú moriste y...

—Sí, pero el hechicero aún vive y probablemente Olivia también. Deben hallar a un brujo o bruja que esté dispuesto a dejar la magia negra de lado por ustedes. Debe ser alguien que sea leal a ustedes como yo lo era debido a mi hermano porque, de otra manera, siempre correrán el riesgo. Así somos.

Cristal y yo miramos inmediatamente a los mellizos, quienes abrieron los ojos de la impresión. Se acercaron hasta donde estábamos y Eric negó con la cabeza.

—No puedo hacerlo. Siempre he sido propenso a la magia negra y ahora mucho más debido a Mak. No puedo hacerlo chicos. —Eric suspiró nervioso y se pasó las manos por el cabello.

—Yo lo haré —dijo Kenneth—. Lo haré por todos ustedes, incluso si mis padres me odian por ello.

* * *

A Adam, Tristán, Jas y Oliver los habían llevado a sus respectivas academias para asegurarse de que estuvieran bien porque eran muchos los que se encontraban en el mismo estado. Nosotros nos quedamos en la academia central para acompañar a Kenneth en su valiente decisión. Davina había decidido irse a ver a Blas, ya que era su oportunidad en un momento tan vulnerable. De seguro la dejaban pasar a la Guardia.

Los Caídos #4 - HechicerosWhere stories live. Discover now