27. Son solo niños

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Cristal

No voy a mentir y decir que me he sentido de lo mejor durante los últimos días, pero tampoco ha sido tan malo. He pasado mucho más tiempo con mis amigos, lo cual valoro como nadie tiene una idea; sin embargo, me he distanciado un poco de Kenneth. La verdad, lo ha hecho él y supongo que por su novia, pero no puedo reclamarle nada, especialmente porque hice lo mismo cuando estaba con Christopher sin darme cuenta.

También he tenido la oportunidad de estar más con mis padres y Declan, todos juntos. Me sorprendí mucho por lo bien que se llevan y lo bien que se tomaron la situación mis padres.

—¿Entonces? ¿Qué noticias tienen? —pregunté.

Mis padres, Anahis y Edgar, me habían pedido venir junto con Declan porque querían comentarnos algo. Quisieron invitar a mis abuelos, pero no pueden venir por asuntos en las academias de sus ciudades.

Estábamos en uno de los salones de clases de la academia, Declan y yo, mirando a mis padres expectantes por lo que sea que querían contarnos. Habían estado como cinco minutos mirándose entre sí y sonriendo, pero no decían una sola palabra.

—¿Y bien? —insistí—. ¡No me pongan más nerviosa!

—¿Ustedes están bien? ¿Les ocurrió algo? —preguntó Declan.

—Adoptaremos un bebé —dijo mamá finalmente.

La miré fijamente sin poder creer lo que me decía, tragué duro por alguna razón que no comprendí y la sonrisa que en algún momento tuve se desvaneció por completo. Mis ojos se posaron en papá y luego en Declan para luego volver a mi madre.

—¿No estás feliz? —preguntó ella—. Tendrás un hermano o hermana.

—Oh, sí, lo estoy —respondí—. Es solo que...

Las palabras quedaron a medio camino porque un nudo insoportable se formó en mi garganta debido a lo que sentí en el momento. Me alegraba mucho por ellos, de verdad que sí, pero una parte de mi me hacía creer que estaban comenzando una nueva familia y que yo, ya grande y con mi padre biológico junto a mí, ya no les importaba tanto como antes.

En ese momento solo deseé que mi madre biológica estuviera allí conmigo y las ganas de llorar fueron mucho más grandes. Aun así sonreí de medio lado y me aclaré la garganta.

—Me alegro mucho... por ustedes —dije—. Creo que debo ir a una misión, perdón.

Di la vuelta rápidamente y salí de allí en menos de lo que canta un gallo. El nudo de la garganta comenzaba a dolerme y no se detendría hasta que dejara salir aquello que me estaba atormentando. Pero no podía hacerlo aquí frente a todo el mundo porque sería escandaloso y todos comenzarían a crear más rumores de mí.

Caminé, mientras miraba el suelo, hacia la habitación de entrenamiento. Al llegar a la entrada, alguien agarró mi brazo suavemente. Giré mi cabeza para ver quien se encontraba allí y grande fue mi sorpresa al ver a Daniel, mirándome serio y algo preocupado.

—¿Estás bien? —preguntó.

''Sí'' debí decir, pero no pude, incluso si era Daniel con quien estaba hablando. No teníamos ningún tipo de relación, jamás hemos mantenido una conversación fluida y ciertamente lo toleraba porque estaba con Camille. Sin embargo, desde el otro día, supe que debía cambiar mi actitud hacia él porque todos éramos víctimas de situaciones que nos atormentaban y yo no era quien para juzgarlo por lo que hizo en el pasado.

Sonreí un poco y asentí, pero no pude decir nada más.

—¿Quieres hablar?

Okay —dije en un suspiro.

Los Caídos #4 - HechicerosWhere stories live. Discover now