54. El nuevo brujo

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Kenneth

Debería empezar diciendo que estar conectado a la alianza me hace sentir mucho más poderoso y fuerte, pero al mismo tiempo débil. Débil porque mi lado de brujo se ve opacado por toda la energía angelical que corre a través de mí.

Los primeros días fueron insoportables, no voy a negarlo. Sentía que la cabeza me estallaría, no aguantaba ver la luz del día ni ningún otro tipo de luz. Estaba mareado, tenía náuseas y sentía que en cualquier momento me desmayaría. Lo peor de todo fue el calor sofocante que sentí por horas una noche en la que tuve pesadillas. Desperté varias veces en la madrugada gritando y llorando porque me querían matar, lo cual fue la peor experiencia de la vida. Jamás había tenido pesadillas tan horribles y eso me preocupaba un poco.

Mis padres se enojaron mucho cuando les conté lo que había hecho, pero Eric intentó apaciguar la furia que sentían porque lo hecho hecho estaba y no había vuelta atrás. Además, mi hermano los convenció de que esto traería muy buenos beneficios como, por ejemplo, acabar con los malos tratos y las rivalidades entre la comunidad de la piedra y la angelical.

Ahora, pues ahora ya me sentía mejor. Después de toda aquella fea tormenta, al fin he tenido algo de calma. He comenzado a practicar hechizos con magia blanca para acostumbrarme completamente a ello y la verdad es sencillo, mientras no involucre lenguajes demoníacos o diabólicos que es de donde la magia negra viene.

A pesar de ser magia ''limpia'', me sentía realmente fuerte cuando la realizaba. Era como hacer magia cuando la absorbía de los nefilim, pero potenciado por diez. Algunas cosas eran más claras como el poder detectar demonios o saber que los nefilim estaban cerca. Sin embargo, descubrí que soy más vulnerable a la magia de los brujos en general, especialmente a la negra. Si alguien me hechiza, me daña un poco más, pero nada de lo que no me pueda recuperar.

—Te buscan abajo —dijo mi madre entrando a mi habitación.

—¿Quién? —Fruncí el ceño confundido porque no se me ocurría quién pudiera ser. Por un momento, pensé que podría ser Cristal y la idea me agradó mucho.

Bajé antes que mamá y tomé la escalera de la derecha porque llegaba inmediatamente a la entrada de la escuela. Mientras bajaba los últimos escalones, levanté la vista y me sorprendí mucho de que la persona que estaba parada allí era la última en quien hubiese imaginado.

—¿Christopher? —dije—. ¿Qué haces aquí? ¿Pasó algo?

—Valentín quería asegurarse de que estuvieras bien y dado que él tiene algunos... problemas, me envió a mí. Pudo enviar a Christian, pero ustedes no se conocen tanto.

—¿Nosotros sí? —pregunté. No tuve intención de sonar pesado o arrogante, pero salió natural. Y es que era la verdad. Él y yo jamás hemos tenido algún tipo de relación y lo único que nos relaciona son los chicos.

—Escucha, Kenneth, lo que pasa entre tú y Cristal no es de mi interés mientras la hagas feliz. Ella merece a alguien que la quiera y no la dañe; merece a alguien como tú. —Su mirada se veía brillante y triste como si le hubiese dolido mucho decir aquellas palabras. Creí ver, por un instante, a un Christopher humano real con sentimientos puros, pero fue rápidamente reemplazado por el hombre serio y duro que era—. Lo único que quiero ahora es ayudar a mi hermano y eso significa venir hasta aquí a ver que estás bien.

—Ven conmigo —dije sin agregar más.

Asintió, metió las manos en los bolsillos del pantalón y me siguió hasta el salón donde está la chimenea. Lo invité a sentarse en uno de los sofás y yo me acomodé en el otro frente a él. Nos quedamos un momento en silencio porque yo, por mi lado, no sabía qué decir realmente.

Los Caídos #4 - HechicerosWhere stories live. Discover now