61. El primero de muchos

1K 154 67
                                    

Cristal

Pensar en lo que había sucedido con mamá y papá era duro porque nunca quise actuar de esa manera con ellos. Necesitaba pedirles perdón para poder seguir con mi vida porque era una piedra en el zapato que me impedía continuar.

Por supuesto que me alegraba por ellos y por su nuevo hijo, pero me hacía sentir un poco mal. Sin embargo, sabía que tenía que hablarlo con ellos y ser sincera porque son quienes conocen hasta el más mínimo detalle de mí.

—Aquí voy —susurré mirándolos expectante—. Perdón. Siento mucho por como actué con ustedes. Estoy muy feliz por su nuevo hijo, pero me sentí mal de tan solo pensar que querían reemplazarme.

—¿Qué? —preguntó mamá—. Cristal, nosotros pedimos quedarnos contigo y ser tus padres. Te hemos amado más que a nada en el mundo y eso jamás va a cambiar.

—Siempre serás nuestra nena. Ven aquí —dijo papá.

Me lancé a sus brazos y suspiré, sintiéndome más tranquila. Sus brazos siempre serían aquel lugar al que volvería cuando me sintiera desprotegida. Me dio un par de besos en la cabeza y luego rio suavemente. Mamá también se acercó y me dio un tierno beso en la frente.

—Tu hermano llega hoy —dijo ella.

—¿De verdad? —pregunté separándome de papá para mirarlos a ambos sorprendida—. ¿Cómo se llama? ¿Cuántos años tiene? ¿Es nefilim?

—Se llama Noel, tiene diez años y realizará la ceremonia mañana para saber a qué familia pertenecerá.

—¿Diez años? —pregunté—. Genial, será más fácil poder hablar con él.

—Es algo tímido, así que debemos ser comprensivos. Además, perdió a sus padres cuando tenía cinco años. Ha pasado por mucho.

—Seré la mejor hermana, mamá, lo prometo.

***

Caminaba de un lado a otro porque estaba muy ansiosa por conocer a Noel. Mis padres habían ido por él, mientras que yo debía esperar en la academia. El guardia, en la entrada, ya me estaba mirando de mala gana porque había estado a su lado como dos horas tan solo esperando y no le agradaba para nada.

Kenneth, a quien también había estado esperando, entró a la academia apenas le abrieron las puertas y se acercó a mí totalmente sonriente.

—¿Aún no llega?

—Claro que no y estoy muy nerviosa —dije—. ¿Qué tal si me detesta? ¿Y si actuó mal? ¿Cómo sabré como ser buena hermana?

—Cristal, tengo un mellizo y créeme, las cosas se dan. Debes estar tranquila

Las puertas se abrieron y apreté fuerte el brazo de Kenneth debido a los nervios. Entre mis padres, había un niño de cabello largo hasta los hombros y teñido de azul oscuro. Tenía las cejas angulares, lo cual le daba un aspecto más serio a su cara inocente y sus ojos eran tan azules como su cabello. Para ser un niño de diez años, se veía algo más grande.

—¡Cristal, este es tu hermano! —exclamó mamá sonriendo.

Kenneth me dio un pequeño empujón en la espalda para que me acercara, así que lo hice, pero me quedé a medio camino tan solo observando al niño. Él también se quedó viéndome; pero a diferencia de mí que estaba tan emocionada, él tenía la mirada triste. Sin embargo, lo disimulaba con una pequeña sonrisa que me pareció lo más tierno del mundo.

—Hola, Noel. Soy Cristal —dije—. ¿Te gustaría conocer la academia conmigo?

—Claro —respondió.

Los Caídos #4 - HechicerosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora