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-no entiendo que haces aquí- hablo hacia Agapios quien solo sonríe en mi dirección.
-vine a visitar a mi amigo italiano, ¿no puedo hacerlo?- pregunta y bebo de mi vaso de cristal.
-¿solo eso?- pregunto y ríe.
-bueno, organice una cena- lo miro sin creer lo que ha dicho- aquí, en tu casa- lo fulmino con la mirada- el clan se reunirá de nuevo.
-¿cuándo pensabas decirme?- pregunte- o al menos pedir permiso.
-tu madre dijo que estaba bien- no digo nada- sé que internamente agradeces que haga esto, nos extrañas a todos.
Ruedo los ojos mientras tomó asiento en mi silla giratoria.
-¿quiénes vendrán?- pregunto.
-todos- responde- incluso el estúpido de Noan que está en Londres confirmó su asistencia.
Sería una velada interesante.
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-debo de irme- hablo separando mis labios de los de Dalila.
Acaricia mis mejillas mientras acaricio sus muslos.
-está bien- responde pero continúa sin moverse ningún centímetro.
-¿no dejarás que me vaya?- pregunto elevando una ceja y ella me mira.
Esta a punto de quitarse de encima mío pero la tomó por la cintura para unir nuestros labios de nuevo en un beso que comienza a subir de intensidad.
-creí que habías dicho que debes de irte- habla mientras beso su cuello.
-tengo algunos minutos más- respondo mientras comienzo a tocar su feminidad haciendo que un gemido salga de su boca, comienzo a penetrarla con dos dedos y ella sólo se aferra a mis hombros- debo de irme- hablo dejando de mover mis dedos en su interior.
-¿me dejarás así?- pregunta con la voz entrecortada, quería que ella me pidiera lo que quería.
-¿así cómo?- pregunto sabiendo exactamente la respuesta.
Eleva una ceja y se quita de encima mío sentándose al otro lado del sofá, estábamos en su departamento.
-está bien- habla acomodando su vestido- debes de irte- me pongo de pie abrochando mi camisa. Dejo un casto beso en sus labios y camino hasta la puerta.
-supongo que debería de decirle a alguien más que termine lo que has iniciado- eso es suficiente para que voltee hacia ella quien ahora ya está caminando hasta su habitación, cierro la puerta de nuevo y comienzo a seguirla mientras la derrumbó sobre su cama.
-lo harías- habla mientras atrapo sus muñecas con mis manos- pero sabemos que no quieres que nadie más que no sea yo te toque y mucho menos te haga el amor.
Sonríe victoriosa, era astuta.
Atrapa mis labios y correspondo al beso feroz, logra soltarse de mi y sus manos van hasta mi pantalón en donde desabrocha mi hebilla y libera mi miembro comenzando a acariciarlo.
-por favor- susurra contra mis labios.
-¿qué quieres cara?- pregunto acariciando sus pezones hasta que estos se ponen duros.
-quiero sentirte- comienza a aumentar sus movimientos sobre mi logrando ponerme más duro- por favor- susurra con voz entrecortada, sonrió victorioso y de un movimiento la giro sobre la cama haciendo que quede de espaldas a mi, comienzo a besar su espalda mientras bajo lentamente el cierre de su vestido hasta sacarselo por completo, puedo escuchar su respiración entrecortada.
Guio mi miembro hasta su entrada y comienzo a perderme en ella mientras veo como sus manos se aferran a las sábanas, cuando estoy completamente dentro de ella espero unos segundos y después comienzo a moverme logrando así que gemidos llenos de placer salgan de su boca, tomo su cabello con una de mis manos y aumento aún más mis embestidas, había olvidado lo bien que se sentía estar dentro de ella y escucharla gemir mi nombre.
Aumento mis movimientos cuando siento sus paredes contraerse alrededor de mi, la volteo de nuevo quedando de nuevo cara a cara, toma mi nuca mientras acerca nuestros labios y nuestros gemidos son silenciados en su unión hasta que ambos llegamos a un orgasmo.
-¿estás satisfecha?- pregunto después de unos minutos en los que ambos tranquilizamos nuestras respiraciones.
-más que eso- responde con una sonrisa, salgo de ella y me tiro a su lado mientras atraigo su cuerpo al mío.
-extrañaba esto- respondo mientras ella comienza a quedarse dormida sobre mi pecho- te extrañaba a ti.
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-Buona notte- saludo entrando al salón principal donde ya están todos esperando por mi.
-Raffael- veo a Giselle levantarse y correr hasta mi, su vientre ya estaba más abultado. Me abraza y acepto de regañadientes.
-¿cómo está il bambino?- pregunto mirando su vientre.
-creciendo cada día más- responde Frederick poniéndose de pie y saludandome también. Ambos eran mis amigos y ambos estaban casados, ahora esperaban a su primer bebé.
-me alegra ver que ya estamos todos- habla Agapios, asiento en dirección de Noan quien hace lo mismo- pasemos a la mesa.
Caminamos hasta allá y comenzamos a hablar mientras sirven la cena. Todos nos mantenemos en silencio mientras escuchamos a Giselle, siempre había sido así, era una parlanchina hasta los codos.
Estoy a punto de beber de la copa de vino frente a mi, cuando mi celular comienza a sonar todos guían sus miradas hasta mi, miro la pantalla y veo que se trata de Dalila, miro rápidamente a las personas frente a mi quienes me miran curiosos a excepción de Noan quien sonríe simplemente.
-un momento- me pongo de pie mientras contesto- ¿pasa algo?- habló hacia la castaña mientras me alejo de los mafiosos que comen en mi mesa.
-no sabía que Raffael Morelli enviaba rosas- frunzo mi ceño sin entender- supongo que debo de decir gracias.
-no entiendo de que hablas cara- respondo- ¿qué rosas?
-para la mujer más bella que pueda existir, posdata, tu sabes quién soy- cita lo que al parecer dice aquella nota.
-no te he enviado rosas- respondo molesto al pensar en que alguien más lo ha hecho.
-¿qué?- pregunta igual de confundida- Antonio, ¿seguro que son para mi?- habla hacia el hombre de seguridad de su edificio- si tú no me has enviado rosas, entonces, ¿quién lo ha hecho?
-me pregunto lo mismo- respondo.
-no lo entiend...- se calla de repente.
-¿Dalila?- pregunto pero no responde.
-¿qué haces aquí?- escucho de su línea- debo arreglar algo, te llamo después- es lo último que me dice antes de colgar la llamada.
Marco su número pero no contesta y me manda al contestador, maldigo mientras guardo mi celular.
Capítulo nuevo.
Espero que les guste.
No olviden comentar, votar y compartir.
Nos leemos pronto.
Aclaración rápida: Dalila es rusa, nació en Rusia pero sé crió en Italia por su madre; ellas dejaron Rusia cuando Dalila tenía tres años pero aún así aprendió a hablar ruso, por lo tanto habla y entiende perfectamente el idioma.
-Neftali.
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Tentación Italiana
Romance¿Puede un mafioso enamorarse? Una mirada y una sonrisa son suficientes para que alguien caiga rendido a sus pies y Raffael Morelli sin duda no es la excepción. Balas, armas, mafia y amor. "-No eres bueno para ella Raffael, entiéndelo. -Eso no...
Capítulo 11
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