El Ataque

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Ryan

Nunca vi tantos explosivos juntos en un mismo lugar, no tenía idea de como Thomas y John los habían conseguido pero no iba a quejarme, eran detalles sin importancia, el plan sería llevarlos a todos a ese lugar y detonar las cargas, al estar en el suelo la explosión alcanzaría principalmente sus piernas. Mi hermano me había dicho que su vulnerabilidad eran las piernas, no podían soportar el peso de su cuerpo y la mayor parte del tiempo se esforzaban en mantener el equilibrio, eso significaba que si les causábamos problemas para mantener el control caerían, y serían mucho mas lentos y menos peligrosos.

Los proyectiles de pistolas y ametralladoras no podrían perforar su gruesa piel pero en teoría las balas de los rifles de francotirador, al ser mas grandes y disparadas con una potencia mucho mayor, quizas pudieran causar un daño significativo, Clay llevaba consigo y sus arqueros la esperanza de que las flechas tuvieran el mismo efecto, en el caso de que así fuera entonces los virotes de mi ballesta funcionarían.

Antes de irse Clay vino a saludarme.

-Oye Ryan, apenas he regresado y tuvimos bastante poco tiempo para hablar, aunque hablamos, siempre fuiste un chico maduro y ahora ya eres todo un hombre, así que no te daré esas falsas esperanzas de que regresaré. No estoy seguro de lo que ocurrirá pero tengo miedo hermano-

-Si tienes tanto miedo... ¿Por qué luchas? ¿Por qué no escaparte?-

-Dejé de escapar cuando encontré una razón para quedarme, te encontré a ti hermanito, y a pesar de tener miedo también me llena de valentía saber que lucho para protegerte. Después de todo soy tu hermano mayor- Se me hizo un nudo en la garganta, él y Elizabeth, ambos temían lo que fuera a ocurrir, pero ambos levantaban la cabeza y daban un paso adelante, no me quedaría atrás, Thomas no me podía prohibir nada una vez estuviera en el campo de batalla. Luego de un abrazo Clay se marchó, Elizabeth también se había ido, no quería tener que volver a despedirse, solo quedaba una persona con quien podía hablar, era Tony.

Como era de esperarse, el medico estaba en su tienda de campaña atendiendo a Dwayne, el hombre que nos advirtió del ataque de los Colosos, este por fin se estaba recuperando de sus heridas pero parecía que nunca volvería a caminar, había recibido un impacto en la médula antes de caer inconsciente.

-Oye Tony, hace ya tiempo que no hablamos-

-Digamos que hace tiempo no necesitas ir al doctor así que ya no lo visitas- Respondió riendo.

-Creo que vuelvo a necesitarlo, estoy donde empecé, ¿Recuerdas cuando me dijiste que hiciera los mínimos movimientos posibles?-

-Dejame adivinar, ¿Elizabeth?- Sonreí, el negó con la cabeza divertido. -Me temo que no puedo ayudarte, tu te lo buscaste- Dijo riendo.

La conversación se terminó, el sonido de algo derrumbarse nos sobresaltó a ambos, igual que en el pueblo. El plan de atraerlos a todos no había funcionado del todo bien, pues un Coloso estaba echando abajo los muros de la mansión.

-Tony tenemos que sacar a los chicos de la mansión, hay que escondernos por todo el perimetro-

-Ryan hay como cuarenta personas en la mansión-

-No hay nada que podamos hacer por ellos, mientras menos seamos mejor-

Tony asintió y corrimos tan rapido como yo pudé hacia la mansion, mi amigo corrió escaleras arriba para buscar a los chicos, al poco tiempo bajó con ambos y nos dirigimos al jardín. No había nada cerca que pudiera provocarnos algún daño colateral, como la destrucción de la mansión. Era probablemente el mejor lugar para ocultarse. Antes de que llegáramos volteé la mirada para ver caer el muro, ironico, me recordaba a una serie de televisión que veía antes de que todo ocurriera. Un muro que antes se alzaba imponente ante todo y todos era destruido por un mal desconocido, algo para lo que nadie estaba preparado. Me pregunté que habrían hecho los personajes de esa serie si esta se hubiera seguido transmitiendo. Reí por dentro un poco y entré al jardín junto a los demás, esperaba que fuera el ultimo lugar donde el Coloso buscara.

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