Roger

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Me encontraba sentado en un parque, no tenía idea de que me había llevado a ese lugar, simplemente sentía que quería despejar mi mente y salir de mi hogar. Era temprano, demasiado temprano y aun me faltaría una hora para tener que ir a la universidad así que decidí relajarme y oír el trinar de las aves que se encontraban en los árboles. Era una ciudad grande por lo que no había prácticamente lugares donde pudiera sentirme como en aquel sitio. No sé cuánto tiempo pasó pero cuando quise acordar la ciudad ya había despertado, gente apresurándose a sus trabajos por todas partes, el ruido del tránsito. Me levanté y fui a esperar el autobús para dirigirme a mi universidad.

Estudiaba en un lugar bastante alejado de donde vivía, mis padres no habían querido inscribirme en otro lugar así que solo me quedaba resignarme, al menos allí estaba la carrera de física, desde pequeño me sentí muy atraído por esa ciencia, así que cuando me preguntaron que quería estudiar no dudé ni un instante en elegirla.

Había una pantalla cerca de la parada, no tenía sonido a menos que fuera de algún partido de futbol importante, solía más que nada mostrar propagandas. Es por esa misma razón que me sorprendió escuchar la voz de una mujer proviniendo de esta, parecía tener una noticia muy importante que dar. Presté atención a lo que esa reportera fuera a decir, y cuando escuché finalmente aquello no pude hacer más que sonreír, no tenía mucho sentido creer en esas cosas pero esa estupidez sonaba tan interesante que me quede a escuchar el resto. Las personas a mi alrededor comenzaban a preocuparse, y pasado un tiempo también yo comencé a creer un poco todo eso, sobre todo cuando pudo verse un video en vivo sobre la catástrofe. Un helicóptero sobrevolaba uno de los agujeros, del cual brotaban centenares de criaturas.

Sonaba emocionante pero no quería darle más importancia, mi autobús llegó y me subí a él, intentando borrar todo pensamiento relacionado con aquella noticia. No me costó mucho trabajo, había otras cosas que merodeaban mi mente en ese momento, como el examen al que estaba por asistir. Así que cerré los ojos y esperé a llegar a mi destino.

Parecía imposible llegar, demasiado tráfico, el chofer entró en pánico y golpeó otro coche, el hombre del coche se sobresaltó y bajó para continuar a pie. Parecía que el panico gobernaba las calles, y todos hacían lo que este les dijera, no podía continuar por las calles, las bocinas y sirenas de todo tipo de vehículos de emergencias me hacía doler la cabeza. Luego de bajar del autobus llamé a mi padre para decirle que el examen de había suspendido.

SubmundoWhere stories live. Discover now