Edwin

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Un día como cualquier otro, tendría que levantarme para realizar el entrenamiento matutino, tendría que ducharme, tendría que almorzar con mis compañeros, tendría que aburrirme. Por suerte o por desgracia, quien sabe, hoy no era un día como cualquier otro.

Sonaba la alarma en el regimiento, me desperté de golpe y di un cabezazo a la cama de arriba, dormíamos en literas y yo era el de abajo. Pedí disculpas a mi amigo Lawrence mientras me sobaba la cabeza y este no pudo hacer más que reír. Se bajó de un salto y lo seguí, todo el regimiento estaba reuniéndose junto al mástil, no tuve tiempo ni de ir al baño. El sol aún no había salido, me gustaba levantarme a esas horas para ver el amanecer, pero aún faltaba tiempo para que llegara. El coronel exigía que nos apresuremos, parecían malas noticias.

-Escúchenme todos, esto no es un entrenamiento y juro que ato al mástil al idiota que encuentre la noticia graciosa- El coronel sonaba preocupado, estaba seguro ahora, eran malas noticias -Tenemos que viajar ciento treinta kilómetros al sur, hay un pozo del cual están brotando miles de criaturas, están matando a todas las personas que se cruzan, al parecer son carnívoros, quiero que todos vayan a la armería y luego suban a los camiones, pero antes escúchenme, no los obligare a ir, no voy a mentirles la verdad es que tengo miedo, quienes no se sientan capaces son libres de irse, los que vienen conmigo a buscar sus cosas ¡¡Vamos ya!!-

Estaba seguro, no iba a ir, si lo que decía era verdad nos estaban enviando para hacer tiempo para evacuar a las personas más importantes, probablemente moriríamos sin que nadie mueva un dedo por nosotros, es lo que hacían todos los soldados desde siempre. La mayoría de mis compañeros querían ir, estaban emocionados por ver a esas ''criaturas'', yo no lo estaba, no tenía ningún apuro en ver un monstruo por primera vez en mi vida.

Los preparativos empezaron, no tenía nada más que hacer allí así que me dispuse a salir del lugar. Algunos me llamarían cobarde pero a decir verdad no tenía ningún problema de reconocerlo, era un cobarde y no iría a ese lugar. Solo me quedaba una cosa más que debía intentar, tenía que convencer a Lawrence de que viniera conmigo, de que no se le ocurriera ir a una muerte casi segura teniendo una esposa e hija que cuidar.

-Esa es exactamente la razón por la que voy Ed, si lo que el coronel dice es verdad entonces somos la última cosa que separa a la gente de la ciudad de esas cosas, tengo que protegerlas, a ambas- En su voz se notaba el miedo, el sentía lo mismo que yo pero el amor por su familia lo mantenía dispuesto a darlo todo- Nos vemos pronto amigo, te juro que voy a volver y te invitare a una cerveza- Me dio una palmada en el hombro y se fue a la armería, ahora sí que ya podía irme, lo veía alejarse, no creía que nos fuéramos a ver pronto, y probablemente el tampoco.

Luego de escuchar el tono grabé mi mensaje -Oye Claire, soy yo, Edwin, te traigo un mensaje de Lawrence, quiero que mantengas la calma, él ha sido llamado para contener uno de los agujeros del submundo, toma a Skylar y encierrense en su casa hasta que Lawrence vuelva, dile que todo estará bien- Bajé el teléfono y lo sostuve un momento en silencio, luego lo lancé con fuerza a la pared en un ataque de ira. Era injusto, no era él quien debía irse, sino yo.

El silencio inundaba la base, el ruido de los motores de los vehiculos ya no se oía, se habían alejado hacía ya tiempo, ya todos se habían ido. El sonido de la soledad me hizo  preguntarme si no era yo quien tomó la decisión incorrecta.

SubmundoWhere stories live. Discover now