Viejos conocidos

89 14 0
                                    

Roger

Una explosión me despertó, nos despertó a todos. Algo estaba ocurriendo fuera del camión, escuchamos disparos y gritos, además del sonido que provocaban las llamas de un incendio.

-Jesus, ¿Estas despierto? ¿Qué está pasando afuera? –El sonido de los disparos cesó, y poco después pude escuchar pasos acercándose, subiéndose al camión y forcejeando con la ventanilla para poder abrirla, ¿Debería gritar y pedir auxilio o esperar a que la abrieran y nos encontraran? Un hombre se adelantó a mi decisión.

-¡Ayuda! ¡Aquí dentro por favor, sálvennos!- El forcejeo con la ventanilla se detuvo, no sabía que ocurría ahí afuera pero escuchaba a alguien hablando, como si intentaran decidir qué hacer. Al final la puerta trasera se abrió, un hombre de aquellos habia encontrado la llave -¡Oh por dios gracias...-

-¡¡Ni se te ocurra mover un dedo!!- Fue interrumpido por nuestro salvador mientras era apuntado con un arma por un militar –Bajaran de a uno y en orden, con las manos en alto y sin hacer movimientos bruscos, de lo contrario les dispararemos sin duda alguna- No respondía por los demás, pero yo no tenía intención alguna de que me dispararan, así que me dispuse a seguir las instrucciones. Uno por uno todos bajamos del camión, fui casi uno de los últimos y la impaciencia era más fuerte, quería saber dónde estábamos y quienes eran aquellos hombres, que habia sido la explosión y los disparos.

-Eres tu- Jesus habia reconocido a alguien, supongo que me fue fácil reconocerla a mí también, me estaba apuntando con un rifle en la cara, Elizabeth, la chica del grupo de Ryan. Eso significaba que los demás también estarían por ahí. Me reconoció de inmediato, pero no por eso dejó de apuntarme en ningún momento.

-Hola-Dije sin saber que palabras soltar de mi boca para que la situación no fuera tan tensa como en aquel momento, el militar estaba registrando a todos para ver si poseían algún arma. Siguió conmigo y Jesus, por supuesto ninguno de nosotros dos teníamos armas, cuando terminaron de revisarnos comenzaron a calmarse, incluso Elizabeth bajó el arma pero sin quitarle un ojo de encima a Jesus.

Por primera vez vi frente a lo que nos encontrábamos, era una especie de mansión totalmente fortificada, con guardias en torres, ahora sabia quienes habían provocado el tiroteo, pero... ¿La explosión? La respuesta vino a mí inmediatamente, con la ayuda de aquel médico que si mal no recuerdo se llamaba Tony, y otro desconocido, venia Ryan muy malherido pero con una sonrisa dibujada en su cara.

-Te salve- Dijo con una risa cortada por el dolor que le provocaba mover sus músculos, él era feliz, no tenía idea de cómo habia provocado la explosión pero podría decir que me habia salvado, a todos los del camión. Al menos era mejor que Simon.-Refúgienlos dentro de la mansión, lleven los vehículos al estacionamiento, podemos darles buen uso-

-Y cuéntame Ryan, ¿Cuándo te di el mando?- Un hombre de baja estatura apareció en la conversación, por lo que habia dicho podía suponer que era el líder de toda aquella fortaleza.

-Desde que te escondes detrás de tus muros mientras tu gente pone su cara en la mira del enemigo para defender el lugar, si no estás dispuesto a jugártela por ellos, ellos no tendrían por qué hacerlo por ti, cobarde-

Todos quedaron paralizados, a decir verdad quería que la tierra me tragara, yo era el intermedio entre ellos dos, no quería sufrir las consecuencias de su discusión. El hombre bajo suspiró y dio una señal de que todos entren, incluyéndonos, otros dos hombres tomaron los camiones blindados para meterlos en la zona. Ryan se acercó a mí mientras entrabamos.

-No te me vuelvas a escapar, te quiero en mi equipo- Dijo riendo, como ebrio de felicidad, eufórico por sus acciones heroicas. Sonreí y negué con la cabeza.-Luego te contaré como te salvé, tomaremos algo y conversaremos, por ahora ponte cómodo, bienvenido-



SubmundoWhere stories live. Discover now