Amor

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Elizabeth

Ryan era tan tierno cuando se enojaba, era una lastima que nunca lo hiciera cuando se trataba de mi. Había robado su ballesta del cobertizo sabiendo que vendría a buscarla. Así fue, él sabía que yo estaría en el jardín, era un lugar precioso para relajarse y olvidar el mundo que nos rodeaba. Estaba acercándose lo mas sigilosamente que podía para atraparme y que no pudiera escapar, creía que yo no me había percatado de su presencia. Unos momentos antes de que saltara hacia mí me moví a un lado y lo dejé tropezar y caer al estanque. Solté una carcajada al ver su expresión de desconcierto, cuando logró reaccionar sonrió e intentó tomarme del brazo para arrojarme también. Di un salto hacia atrás sin dejar de sonreír pero me vi sorprendida al enredar mi pie con un hilo. Ryan, con este en su mano, tiró de él y caí al agua a su lado. Estaba a punto de soltar un insulto pero antes de que ninguna palabra saliera de mi boca me besó y sonrió.

-Te gané esta vez- Dijo con una sonrisa burlona

-Vas mejorando- Respondí con exactamente la misma expresión. Salimos del agua, la calidez de la primavera hizo de aquella lucha una buena excusa para responder luego porque ambos andábamos empapados. Subí para cambiar mi ropa y secar la que llevaba puesta. Luego fui a la habitación de Ryan.

-Que bonito es esto, tener momentos para fingir que aun estamos en esas épocas en las que solo tenemos que preocuparnos por lograr que un día sea digno de recordar en el futuro. Ahora nuestras vida solo se basan en luchar por vivir un día mas, pero... ¿Por qué?- Él también se había cambiado su ropa y estaba tendido en su cama mirando al techo. Su humor había sufrido tantos altibajos en este ultimo tiempo, ser herido de aquella manera, quizás se había ya recuperado lo suficiente como para poder hacer pequeños saltos o carreras cortas sin sufrir tanto dolor, como había hecho en el jardín. Pero aun así seguía herido de gravedad y temía mucho por su seguridad cuando atacaran los Colosos. Para añadirse a aquello Edwin había sido probablemente capturado, la aparición de su hermano lo había cambiado completamente en dirección opuesta, se había alegrado enormemente de verlo. Pero no podía dejar de pensar en negativo, él no era así.

-¿Por qué? Porque si llegas a tener la estúpida idea de morirte entonces voy a tener que morirme yo también, y la verdad es que no tengo muchas intenciones de que ninguna de las dos cosas ocurra- Se levantó para mirarme a los ojos, sus iris color miel estaban clavados en los míos.

-Elizabeth yo... No soy tan fuerte como tu, no tengo tanta puntería, ni soy tan ágil, demonios apenas se pelear a corta distancia-

-No digas eso cariño, ya has demostrado mas de una vez lo inteligente que eres y la capacidad que tienes para tomar decisiones, yo no tengo eso incluso contando todos los demás rasgos que dices que poseo-

-Entonces digamos que juntos somos invencibles- Dijo con tono burlón, sonreí y me acerqué a besarlo.

Al otro día, un día antes del ataque de los Colosos según los cálculos de nuestros exploradores, Thomas dio un discurso, él decidiría nuestras posiciones para la defensa, sabía que me alejaría de Ryan, no porque quisiera lo peor para nosotros, él sabía que distraernos para intentar protegernos el uno al otro podría arruinarlo todo, Ryan también lo entendía, él mismo me había dicho que probablemente Thomas tomara esa decision. Y era la correcta, si me pasaba demasiado tiempo concentrado en protegerlo dejaría a muchas otras personas morir, quizás no habría tenido ninguna queja en otra situación, pero en el estado en que se encontraba no podía escapar de un Coloso.

Lo notaba calmado, probablemente hubiera pensado en algo ya, después de todo el había visto a uno de esos monstruos y con suerte eso le habría permitido crear un plan. Era magnifico oírlo sugerir estrategias a Thomas, él era magnifico, y por nada del mundo iba a permitir que esta batalla nos separase.

-Entonces ya tenemos los diferentes escuadrones, Clay tu liderarás a tu grupo de arqueros, a Patrick y a diez hombres de Roger por los alrededores de la carretera, ocúltense en los arbustos que la rodean. Roger, tu el resto de tus hombres, Jesus y John van a usar los vehículos para llevar a los Colosos a la emboscada, su tarea es una de las mas difíciles pues como ya saben vendrán de todas direcciones, su coordinación tiene que ser perfecta, esa trampa tiene que acabar con la mayoría de monstruos para que el grupo de Clay salga de su escondite y les tienda una emboscada con el apoyo de el grupo liderado por Simon...-

-¿Simon?- Ryan interrumpió a Thomas repentinamente, también me había confundido escuchar el nombre, ¿Simon estaba entre los presentes?

-Si Ryan, yo- ¿Cómo sabía Thomas de su llegada? ¿Por qué no nos habían avisado? -Antes de que me atravieses la cabeza con uno de tus virotes déjame decirte que tenía una buena razón para no presentarme apenas llegué con Roger- Ryan le echó una mirada asesina a Roger y este se encogió de hombros.

-No querías aparecerte hasta que me fuera imposible hacer que te echaran, no necesitas decir mas, no necesito escuchar tus palabras-

-Brillante Ryan, pero no es momento de discusiones, debemos dejar nuestras diferencias de lado y unirnos para sobrevivir, como humanos. No te preocupes, cuidaré bien a Elizabeth- Puso su mano sobre mi hombro e inmediatamente me alejé de él.

-Si le pones un dedo encima...-

-Tranquilo Romeo, mi intención es que los Colosos no le pongan a ella ni a mi escuadrón un dedo encima- Así que yo era parte de su división, probablemente quisieran que apoyáramos la emboscada de Clay, Simon era muy bueno con ese tipo de tácticas y los miembros del grupo eran los mejores tiradores de la mansión.

-Creo que no hay mas que discutir, por favor descansen, mañana debemos madrugar y preparar todo, por favor, no mueran- Thomas dio por terminada la reunión.

-Oye Thomas, ¿Qué hay de quienes no nombraste?- Preguntó Tony

-Ryan no puede salir de la mansión así que será la ultima línea de defensa, tu eres un medico, tendrás que hacer tu trabajo con lo que vaya a llegar- Asintió, Ryan no estaba para nada conforme con aquello, pero era innegable que él no estaba listo para luchar, eso me llenaba de seguridad y confianza.

Aquella noche no podía dormirme, no dejaba de pensar en que Simon nos lideraría, tenía un mal presentimiento, algo tramaba. Roger había sido un idiota por traerlo aquí, pero por otra parte con él habían venido muchos hombres. ¿Y si nos traicionaban y se quedaban la fortaleza? Demasiadas dudas, demasiada desconfianza. Me sobresalté al escuchar la puerta siendo golpeada. Fui a abrirla, Ryan estaba de pie al otro lado sonriendo.

-¿Puedo dormir contigo?- Le devolví la sonrisa y lo dejé pasar.

Aquella noche no dormimos, el calor de nuestros cuerpos fue todo lo que necesité para sentirme segura, no eran armas ni muros inmensos de el material mas duro que existiese. Era Ryan.



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