Silueta

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Ryan

Ardía muchísimo, las lágrimas caían de mis ojos, pero estaba maravillado conmigo mismo por aquella idea que había tenido. Los Ghouls solo podían distinguir un olor de los demás, el de la sangre, así es como me estarían buscando, así que camuflé el olor de mi herida con el de un desodorante que llevaba en mi mochila, estaba dos pisos por encima de Daemon y las bestias me estarían buscando en este o el que estaba debajo, mi compañero no estaría en peligro, y quería creer que yo tampoco, solo tenía que esperar unas horas hasta que los primeros rayos de luz ahuyentaran a los Ghouls, gracias a dios habia ventanas por todas partes en aquel lugar, sino desde luego que no se me habría ocurrido otra manera de salvarnos de esta.

Es gracioso, me quedé dormido en donde me estaba ocultando y para cuando desperté el sol ya estaba en el cielo y probablemente Daemon estuviera de camino a casa. Idiota, podría haberme costado la vida. Salí de mi escondite y escuché con atención a través de la puerta, no habia Ghouls, o al menos no lo parecía, eran criaturas grandes y podía escucharse su respiración mucho más fácilmente que la de una persona. Abrí la puerta con cuidado y salí de la habitación.

Las calles estaban despejadas, hacía mucho frio, y la herida me dolía al intentar caminar, por supuesto idiota, volviste a abrírtela antes de que se curara. No llevaba conmigo la bolsa de medicinas, se la dejé a Daemon, me preguntaba si habia recordado llevarlas con él. No habia sido un desastre, entendió mi plan con aquellos bandidos así que le di una oportunidad de llevar lo que habíamos venido a buscar, en unas horas vería si la habia desperdiciado.

Lo vi, una sombra mirándome desde la ventana de un edificio, la forma de un hombre, estudiaba cada movimiento mío, continué caminando sin quitarle el ojo de encima, pero mi pierna me dolía, y quería investigar quien era aquel hombre, además a este ritmo no podría caminar más hasta haber descansado. Y me habia dormido hasta muy tarde, no me quedaban suficientes horas de día para llegar, continuaría mañana.

No busqué demasiado, si me estaba acechando el iría hacia mí, si no lo hacía entonces solo era un cobarde por el cual no valía la pena preocuparse lo más mínimo. Allí pase la noche, esta vez mucho más atento, mientras esperaba una señal del desconocido. Pensaba en cuantos meses habían pasado de todo esto, quizás ya estábamos por llegar al tercero, quizás lo habíamos pasado, pero todo este tiempo por más peligroso que hubiera sido, me habia hecho sentir mucho más vivo que antes, me daba miedo pensarlo, pero estaba disfrutando sobrevivir.

Llegó el día, sabia cuando era el momento justo para irme, el hombre no habia aparecido asi que continué mi camino sin darle mas importancia.

Odiaba que la casa que teníamos como refugio temporal estuviera tan lejos del centro de la ciudad, pero Edwin no podría haber sido llevado mucho más tiempo a rastras sin desangrarse, no habia otro lugar al que ir. Extrañaba charlar con Edwin, la verdad es que él y Tony eran dos personas increíbles, juntos hacíamos un gran equipo, esperaba tener la oportunidad de volver a practicar puntería con su instrucción, era un gran amigo.

Allí estaba la casa, podía verla, pero no apurar el paso con esta pierna inútil, desearía haber hecho más deportes cuando tenía la oportunidad, supongo que ahora los Ghouls eran mis profesores. Con una sonrisa continué hacia el refugio y toqué la puerta al llegar.

-Daemon más te vale que estás ahí, te salvé la vida hace unas horas y más te vale no haberla desperdiciado- Dije en tono burlón. La puerta se abrió muy despacio, Tony me habia abierto y me dejó pasar. Adentro de la casa se respiraba un aire de tristeza, Daemon no levantó la vista al verme llegar, la tenía fija en el suelo mientras Cindy lo abrazaba e intentaba consolar, Garret no paraba de llorar, diciendo que él era el culpable, que él era quien merecía estar muerto. Me di vuelta inmediatamente.

-Tony, sin rodeos, sin pretexto, ¿Qué paso?- Su cara de culpa, al igual que la de todos los demás me lo daba a entender, pero necesitaba escucharlo, no iba a reaccionar hasta que las palabras salieran de su boca.

-Lo siento mucho Ryan, hice todo lo que estaba a mi alcance, Edwin no lo logró- No respondí, me di vuelta hacia Daemon y Garret, volví a mirar a Tony, desconcertado, es como si mi mente se hubiera apagado- Quiero verlo- Dije y sin esperar respuesta fui hacia su habitación, Daemon y Garret no querían ir, no podrían haber soportado ver su rostro sabiendo que eran ellos quienes lo habían provocado.

Cuando salí de la habitación no hablé con nadie, solo me fui a la mía y Tony me siguió para tratar mí herida una vez más.



SubmundoWhere stories live. Discover now