De regreso a casa

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John

Me habria gustado decir que era tal y como la recordaba, pero la verdad es que no era asi. Era la primera casa que habíamos comprado Amy y yo, luego conocí a Thomas y tuvimos aquella idea juntos, comenzamos a enriquecernos y compramos aquel terreno, me habria gustado pasar mas tiempo con ellas, Amy y Hannah lo habian sido todo para mi, y fue por culpa de mi debilidad que ya no estaban a mi lado. Mi pequeña Hannah... ella solo queria volver junto a su madre, la habia visto ser destrozada por las zarpas de un Ghoul frente a sus ojos, aquel momento y el que lo siguió fueron los peores de toda mi vida. Pero no queria pensar en eso, no habia venido aqui a llorar, habia algo que tenia pendiente.

La puerta estaba cerrada, como lo habia supuesto, y a decir verdad no tenia ni idea de que habia hecho con la llave despues de tantos años, la tiré abajo luego de golpearla repetidas veces. La sangre decoraba las paredes, el olor a podredumbre estaba en todas partes, sabia de donde venia, de la cocina. Me parecia raro que nadie hubiera antes entrado a la casa, era bien sabido que nuestra familia era adinerada, y que esta no era la unica casa que teniamos, pero si la mas importante de todas, al menos para mi, mucho mas que la mansión que compartia con Thomas.

El cadaver del Ghoul seguia en el suelo, la mayor parte de su carne habia desaparecido, y los huesos se dejaban ver detras de ella, las moscas se daban un festin con lo que quedaba de él. Las ganas de vomitar me invadieron, pero pude resistirlo, abrí las ventanas la llenas de telarañas y polvo. Dejé que el oxigeno del exterior renovara el ambiente de mi antiguo hogar, pero no era aquella la razon por la que habia venido.

Subí escaleras arriba, a la que antes habia sido nuestra habitación, me odiaba por haberme ido de la forma en que me fui, pero estaba aterrado, y Thomas habia venido a buscarme, no tenia las ideas muy claras, pero ahora si. La sangre ya estaba seca, lo que quedaba de Amy estaba allí, tendida en el suelo, sentí una punzada en el corazón, la mujer con la que habia tomado la decisión de pasar el resto de mis dias estaba allí hacia tanto tiempo, y yo jamas habia tenido el coraje de volver, pero allí estaba ahora, con la amenaza de los monstruos gigantes me habia dado cuenta de que habia algo que queria hacer antes de morir. Continué caminando hacia la habitación de al lado, no queria ver lo que sabia que habria adentro, no podia entrar, mis ojos se llenaron de lagrimas y me dejé caer al suelo sollozando. Dejé que todos los recuerdos se apoderaran de mi, que tomaran control de mi cuerpo, y que bajaran a buscar una botella de alcohol. Las horas se pasaron, no podia controlar a mi cuerpo, solo lloraba y bebia, hasta que la oscuridad solucionó todo.

Me desperté cuando ya era probablemente la tarde del otro dia, estaba feliz de que no hubiera suficiente bebida en ese lugar, habia llevado todo a la mansión porque Amy decia que este era el hogar de su hija, yo estaba de acuerdo. Ahora ya me habia desahogado, estaba listo para lo que tenia que hacer. Me asomé por la puerta y la imagen me golpeó tan fuerte que temí caer al suelo, en realidad deseaba con toda mi alma no verla, asomarme y sorprenderme con la habitación vacia, caminar hacia la ventana y sonreir al darme cuenta de que solo estaba alli abajo en el jardin, jugando con su madre.

El cuerpo de Hannah abrazaba a su osito de peluche, como si estuviera solo descansando, eso le habia dicho mientras se desangraba, que era todo un sueño, y que cuando despertara iriamos juntos al parque, que le compraria un nuevo osito, le habia mentido a mi propia hija, y ella solo me abrazó y con una sonrisa, como sabiendo que estaba a punto de despertar, se despidió de su padre. No quise pensar mas en eso, no queria pasar mas tiempo allí, bajé al garage a buscar mi pala.

Unas horas mas tarde los pozos ya eran lo suficientemente profundos, deposité sus cuerpos en ellos. "Lo siento mucho Amy, Hannah, ustedes son todo para mi, siempre lo seran, les prometo que estaré bien, sobreviviré... por ustedes"

Ya estaba cayendo la noche cuando terminé de llenar los pozos, arrojé la pala lejos y tomé la mochila en la que habia guardado algunos recuerdos de nuestra vida pasada. En mi bolsillo, apartado del resto de cosas, habia una foto de los tres, habia sido en el cumpleaños numero cuatro de Hannah, besé la foto y la volvi a guardar, encendí un fosforo y lo lancé a la entrada de la casa. "Adios Amy, adios Tesoro"

Ya no tenia nada que hacer allí, volví a mi coche y conducí de nuevo a la mansión, de seguro ya estarian preocupandose porque habia tardado tanto.



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