Persecucion

92 15 0
                                    

Ryan

-¿Cuánto tiempo ha pasado desde la última vez Ed?- Semanas, unas semanas muy largas y frías, se acercaba el final del invierno y las flores volvían a crecer, el calor emanante del sol volvía a golpear nuestros rostros, parecía como si la felicidad volviera a nacer, pero no era así, sabíamos que no nos despertaríamos un día y todo habría vuelto a la normalidad, así era el mundo ahora, y estábamos dispuestos a hacer lo que sea para sobrevivir.

-No lo sé, mucho, pero ya me estaba hartando de esconderme, digamos que necesitaba relacionarme con seres humanos al menos un poco- Dijo riendo, yo también reí, por fin estaba de vuelta, le habia encomendado una tarea demasiado difícil, demasiado dura, pero su función era espiar a Cindy, y nada mejor que hacerla creer que él habia muerto. Ella hablaba de una silueta negra que iba tras de él, pero nadie habia abandonado el refugio en ningún momento, no podíamos haber sido nosotros. Y cuando el momento de llevar al descubierto su plan funcionó, allí estuvo Ed para detenerla, y ahora estaba llevándonos hacia esa perra traidora.

Pasamos el coche en llamas, no podíamos estar demasiado lejos, además íbamos en motocicleta por lo que los alcanzaríamos con toda seguridad si iban a pie. Él sol ya se encontraba alto en el cielo y no se veía ningún Ghoul por la carretera, los lugares más limpios del mundo, sin sombra ni oscuridad donde ellos pudieran esconderse. Me preguntaba que ocurriría ahora que se habían envalentado de salir a la luz del sol, me preguntaba también cuanto tardarían sus ojos en acostumbrarse tanto al día como a la noche.

Allí estaban, Cindy y Daemon, ambos heridos pero caminando juntos, se habían adentrado en el campo, habían salido de la carretera.

-Ed dejemos la moto aquí y continuemos a pie, ya casi los alcanzamos-

-Y una mierda, no la voy a dejar sola- Edwin no aminoró la marcha, sino que aceleró hacia las vallas que separaban aquel campo de la carretera, inclinó la moto hacia atrás y golpeó los alambres, pasamos por encima de aquel bloqueo y continuamos hacia ellos, quienes podían verse en la distancia alejándose lo más rápido que podían.

Preveía un ataque por parte de Cindy, así que preparé mi ballesta y apunté anticipando cualquier sorpresa que pudieran darnos. O quizás no cualquier sorpresa.

Entre los pastos altos de aquel territorio rural abandonado habia algo que no habíamos planeado, un alambre de púas en el suelo, puesto estratégicamente para que un vehículo se viera sorprendido por este. La motocicleta perdió el equilibrio y caímos de ella. Esa zorra nos habia tendido otra trampa, Edwin era más ágil que la última vez, podía notarlo, se puso de pie rápidamente y comenzó a correr con una pistola en su mano gritándoles que se detuvieran o dispararía. Pude ver en la lejanía que Daemon y Cindy se frenaron en seco, habían escuchado a un fantasma hablar, a quien creían haber matado hacía ya semanas. Ahora se dirigía hacia ellos con un arma y amenazas para ambos.

Edwin los alcanzó, poco después llegué yo, no podían creer lo que veían, Edwin estaba allí ante ellos, sano y salvo, Daemon no pudo disimular su expresión de alivio al saber que no habia provocado la muerte de una persona inocente.

-¡¿Cindy que te pasa?!- Mis gritos los alejaron a ambos de su desconcierto, Cindy me miró con una expresión de odio puro.

-No deberían habernos seguido, cometieron un grave error, diría que se metieron en la boca del lobo, pero no es precisamente un lobo lo que va a terminar con ustedes dos. Lo siento soldado, quedas relevado de tu cargo, ya no necesitamos de tus servicios- ¿Qué estaba diciendo? ¿Necesitar de sus servicios? ¿Acaso Edwin me habia engañado todo este tiempo y estaba de su parte? No entendía nada.

-¿Qué estás diciendo?- Edwin desconcertado respondió.

-Soy tu superior, o diría que soy la superior de tu superior, quien ya está muerto, soldado, debido a que no podemos organizar un tribunal militar la decisión queda actualmente a mi cargo, así que lo sentencio a muerte- Su cara se tornó en una sonrisa malvada, escuchamos pasos detrás de nosotros, nos dimos vuelta y hacia nosotros corrían dos Ghouls, diferentes al resto, con los ojos bien abiertos, y con un único deseo, matarnos.



SubmundoWhere stories live. Discover now