Golpe de estado

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Roger

Dejé a Jesus en el camino a su cabaña, esperaba que estuviera bien, aunque ese deseo se me olvidó rápidamente, pues en unas horas sería yo quien estaría en peligro real.

Tenía un plan, si funcionaba entonces todo estaría bien, Simon quería sobrevivir, la amenaza de aquellos monstruos era algo que ponía nervioso a cualquiera, y tenía que convencerlo de que uniéramos nuestros grupos para resistir el peligro que causarían. En ningún momento se había dicho algo sobre mas de uno, pero era quizás demasiado evidente que no sería un individuo, no tenía idea de cuantos habría pero esa era la razón por la que estaba yendo a hablar con el hombre que me había dado por muerto, Ryan estaba de acuerdo ya que él también fue a buscar a Edwin, eso probablemente significara que quería asegurarse de que todos los humanos posibles estuviéramos juntos para defendernos los unos a los otros. Y mientras él iba a buscar a su amigo, yo no me iba a quedar de brazos cruzados, tenía que aportar algo si de verdad quería sentir que pertenecía a aquella comunidad, esa era la razón por la que arriesgaría mi vida de esa forma. Pero conocía a Simon, sabía que me escucharía antes de matarme, y esperaba que solo hiciera lo primero y en ningún momento se le ocurriera proseguir.

Al fin había llegado, en las grandes ciudades se podía apreciar el paso del tiempo aun mas, la vegetación trepaba por las paredes de los una vez imponentes edificios, los caminos se llenaban de grietas por las cuales salían a la superficie raíces los arboles, quienes antaño esclavos por estética, ahora cobraban venganza de los humanos destruyendo sus obras que tantos milenios les había llevado aprender a crear.

Recordaba el camino, como si me fuera posible olvidarlo. Pude ver mi hogar mientras cruzaba, el lugar donde mi padre había sido asesinado por Simon, mi odio hacia él volvía pero sabía que tenia que comportarme si quería de verdad lograr una alianza con los Justicieros.

Era difícil conducir con las calles tan agrietadas y los coches hechos chatarra bloqueando el camino, llegué a un bloqueo insuperable a unas pocas calles del manicomio de Simon, probablemente lo hubieran colocado ellos para evitar el paso de coches. Seguro que había trampas, ya conocía a Simon lo suficiente, estaba harto de caer en sus trucos. Esos dos coches estaban lo suficientemente separados para seducir a cualquiera a que pasara por allí, presté atención y logré ver un pequeño hilo tensado justo entre los coches. Estos probablemente tuvieran la alarma activada para que si intentaba atravesar todas las trampas del suelo por sobre los techos se saltaran y me descubrieran. Me encontré con varias trampas que se añadían a la imponente defensa del lugar, a su manera quizás casi tan seguro como la mansión.

Estaba atento a todas las ventanas, intentando buscar puntos ciegos desde los que no pudiera verme nadie, aquello era demasiado difícil pero tenía que lograrlo, tenía que pasar sin matar a nadie para que no me ejecutaran nada mas verme. El lugar estaba lleno de obstáculos, de una cobertura a otra crucé el lugar rogando que nadie me hubiera descubierto. Estaba detrás del ultimo coche antes de los arbustos por los cuales podría ya avanzar con tranquilidad, pero en el momento en que me puse de pie la puerta del coche se abrió y me golpeó con fuerza en el pecho, arrojándome al suelo y haciéndome soltar mi pistola.

-No pensaba que volverías después de todo lo que ocurrió, lograste salir de la boca del lobo solo para poder entrar otra vez. ¿Acaso llegó a gustarte el sufrimiento?- Simon, otra vez, siempre un paso delante de mi. ¿Cómo es que no importaba cuanto me esforzara, cuanto cuidado tuviera o cuanta atención prestara siempre me superaría? Comencé a arrastrarme para alejarme de él, me acobardé por un momento, pero luego de unos momentos recapacité. No estaba aqui para volver a huir de Simon, habia venido a hacerle frente y convencerlo de que debiamos luchar juntos.

-Simon- Dije poniéndome de pie -Vine hasta aquí para discutir algo contigo y con los Justicieros- Frunció el ceño, encontró graciosa mi idea.

-Aquí no hay nada que discutir Roger, viniste para ver correr sangre, y lamento decirte que no va a ser la miá, pero aun así te daré una oportunidad- Lanzó hacia mi un machete el cual cayó a mis pies y tomó el suyo -Vamos, atacame, venga al miserable de tu padre- Pude escuchar el sonido que emitían mis dientes por la fuerza con la que los apretaba.

-No... Vengo a pelear, te dije que estoy aquí para discutir-

-Podemos discutir cuando estés en el suelo y solo te queden fuerzas para mover tu lengua suplicando que no te mate- Lanzó el machete hacia mí, lo esquivé por poco, no me esperaba que hiciera eso, cuando quise acordar me embistió y me arrojó al suelo, estaba quitándome el mio, era mucho mas fuerte que yo. No podia hacerlo entrar en razon con palabras, necesitaba algo mas, el filo del arma estaba cortando ya mi mejilla y la sangre, viendo una apertura, escapaba de su prisión que era mi piel, necesitaba un monstruo de esos para que me creyera, pero no iba a ocurrir, esta vez me mataría, no creía que tuviera la piedad de llevarme a aquella habitación de mierda.

Como si yo mismo hubiera dado la orden, un rugido despertó a la ciudad entera, el rugido de un monstruo muy diferente a los Ghouls, estando tirado allí en el suelo podía sentir perfectamente las pisadas, una cada vez mas cerca de la anterior. Simon habia dejado de forcejear y me habia soltado, para cuando reaccioné el ya estaba de pie gritando a sus hombres en los edificios que fueran a ver que era eso.

-De eso que estas escuchando ahora mismo es de lo que queria hablar- Dije una vez recuperé el aliento, el corte que me habia hecho no era profundo, un simple tajo, pero dolía.

-¿Qué es ese ruido?-

-Es algo mucho mas peligroso que un Ghoul, Simon tenemos que unirnos los justicieros y el grupo al que pertenezco, tenemos que sobrevivir juntos, todos nosotros-

-¿Grupo? Vaya, asi que no soy la unica persona con dos dedos de frente- Unos hombres le gritaron a Simon que habia un monstruo enorme caminando en dirección al manicomio. Él respondió que informaran a todos de que tomaran armas y fueran a defender la zona norte, por donde se aproximaba el monstruo -Ven Roger, veamos que tan aterradora es la razon que te hizo venir aqui-

Comenzamos a correr pero un hombre gritando nos detuvo, era un vigia del este.

-Simon tambien hay un monstruo que viene por el este-

-Dividan a la mitad la cantidad de hombres para cada punto, estos monstruos vienen a hacer un golpe de estado a mi gobierno, no se los permitiré- Estabamos a punto de seguir corriendo cuando vimos a otros dos vigias corriendo hacia nosotros, uno venia del Sur y el otro del Oeste.



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