Submundo

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Daemon me habia visto, mi plan había funcionado, debía despertar el rumor en su grupo de que un hombre de negro los seguida ocultándose en las sombras. Pero ¿Dónde estaba su compañero? Ambos habían entrado al edificio para escapar de los Ghouls y solo Daemon habia salido, no creía que el chico hubiera muerto, así que una vez me aseguré de que el abogado habia llegado a salvo a su refugio volví a la ciudad, en busca de alguna pista que me sugiriera que aquel joven estaba vivo. Volví a la farmacia donde ellos habían ido a buscar medicamentos, no estaba allí, y el sol estaba ya bastante alto, ¿Estaría muerto?

Estaba por entrar en el edificio donde habían pasado la noche para buscarlo cuando escuché pasos bajando por las escaleras, corrí a ocultarme y seguirlo de lejos. Era él, cojeaba de un pie, la herida se habia vuelto a abrir, probablemente se habría lastimado escapando, ¿O se la habría infligido el mismo?

Subí a un edificio donde podría verlo durante bastante tiempo antes de cambiar de posición, pero era un chico atento, no tardó en darse cuenta de que una presencia lo observaba, y comenzó a mirar en todas direcciones, hasta que me encontró. Pude sentir su mirada clavada en mí, sonreí al ver que su plan seria pasar la noche en mi edificio y esperar a que yo bajara, ambos esperábamos una oportunidad así, ambos esperábamos poder vernos a la cara, él sabía quién era yo, y yo también sabía quién era él.

En toda la noche no bajé a buscarlo, y él tampoco subió por mí, ambos sentíamos la tensión, el ansia de saber a la distancia a la que nos encontrábamos. Ya habia olvidado incluso el timbre de su voz, quería ir a practicar tiro con él otra vez, quería charlar y reír, de verdad que lo extrañaba, pero sabía que no era el momento de bajar a verlo, no aun. Solo me contentaba con pensar en una cosa. Ryan sabía que yo estaba vivo, y solo tenía que esperar a que llegara el momento de aparecer, y de volver a vernos cara a cara.

Al amanecer se fue, por lo puntual pude darme cuenta de que no habia dormido, toda la noche permaneció despierto esperando escuchar el más mínimo sonido escaleras arriba. No lo seguí más, él debía sentirse tranquilo en el refugio, yo seguiría por la ciudad, y si volvía a verlo a él o a un miembro de su grupo los mantendría vigilados, no podían saber quién era yo, solo Ryan, y él no se lo diría a nadie.