Así que eras tú...

1.3K 189 7
                                    

Volar se siente genial... Hacía mucho que no lo hacía, sin contar la sonada huida de hace un poco menos de una semana, ya que en ese momento hice de todo menos disfrutar del vuelo...

Pese a que el viento no nos golpea de forma demasiado pronunciada gracias al hechizo que he tramado a nuestro alrededor, pero aún así una ligera brisa viene a mí... Además, la dragona se ha hecho lo suficientemente grande como para que su espalda sea tan grande como una cama de matrimonio, por lo que ahora no hay el riesgo de que nadie tenga ninguna sensación de vértigo al subirse a ella...

Un mareo repentino me sobreviene... Esto me sorprende, pero tampoco demasiado. He realizado bastante esfuerzo para hacer lo de la plaza con toda la velocidad que he podido reunir, pero eso ha supuesto mucha energía... Obtenerla no es un problema, pero cuando ésta pasa por mi cuerpo me deja algo... Cansada, curiosamente. Es como si un jarrón de cristal fuera, de repente, puesto bajo una potente cascada. Un cuerpo no puede soportar una cantidad ilimitada de energía.

O eso pensaba... No tardo en darme cuenta de que también he empezado a temblar, por alguna razón desconocida... Hasta que me doy cuenta de que estoy llorando. Seco una lágrima con la punta de uno de mis dedos y veo como la gota se ha quedado en forma de una cristalina y acuosa bola en la punta del mismo... ¿Por qué? La última vez que me pasó esto fue porque...

Cuando me doy cuenta de ello suelto un grito ahogado y no dudo en desenvainar mi espada... Está cerca. Demasiado. Los demás no tienen que preguntarme para saber porqué estoy en este estado... Ellos también lo han empezado a notar... 

Mi dragona tiene un ligero espasmo que hace temblar la piel que tenemos bajo nuestros pies... Y entonces aparece.

No nos coge desprevenidos, pero esto no deja de ser sorprendente... Está volando. No usa un dracoliche como lo hacía la última vez, si no que vuela... Él solo. Un mago puede hacer un hechizo de levitación con más o menos facilidad, pero nadie se arriesga a volar tan arriba... Los vientos pueden alterar tu ruta con facilidad y, a no ser que se conozca el cielo como un pájaro, puede llegar a ser muy peligroso... Debemos de estar a unos trescientos metros del suelo. NO hay escapatoria posible.

-Así que eras tú... Sorprendente. El mundo es realmente un pañuelo... Quién iba a pensar que lo que estaba buscando durante tanto tiempo estaba delante de mis narices... Que irónico ¿Verdad?-

La voz del hechicero se siente muy suave, aterciopelada y grave... Tiene algo en ella que hace que un escalofrío recorra mi espinada con fuerza y estaría dispuesta a saltar al vacío ahora mismo si eso me alejara de él aunque fuera los últimos segundos de mi vida...

"Venga, te has estado preparando para esto... Tu puedes" La dragona me dice palabras de ánimo a la vez que se gira para soltar una enorme llamarada al hombre volador. Ni siquiera se esfuerza en esquivarla, cuando el fuego se apaga y la boca de la dragona se cierra, se encuentra rodeado por una burbuja incandescente que no tarda en desaparecer en el aire...

"Tiene la suficiente fuerza como para frenar las llamas de una dragona..." Pienso para mí misma... Sin embargo, un ruidito detrás de mí me sorprende... Me giro y veo como todos han empezado a desenvainar sus armas, dispuestos a luchar. Dimitri y Bía empuñan imponentes mandoble de feroz aspecto mientras que Jatte apunta al monarca con dos pistolas que, por el tamaño, deberían de ser más bien escopetas. Varg ha desenfundado su hacha y Demis apunta con un arco de madera cobriza que puede llegar a ser tan mortal como cualquier otra arma, blanca o de fuego. Esjalar, por su parte, no tiene ninguna arma, pero ha adoptado una postura feroz, preparándose para atacar en cualquier momento.

Una horrible imagen acude a mi mente...

Todos muertos. Sus cuerpos, mutilados, calcinados, conjurados y malditos de mil formas distintas caen sobre la piel de mi dragona que, sin poder hacer nada, solo puede sentir como los cadáveres de mis amigos se desploman lentamente sobre ella. Dimitri y Bía aún empuñan sus espadas con sus miembros seccionados... Jatte está atravesada por una lanza conjurada. Sus pistolas han desaparecido al caerse su cuerpo. Varg ha sido retorcido como un calcetín hasta que sus huesos se han roto por completo, quedando de él una simple masa amorfa de carne sangrante y huesos astillados asomando desde debajo de la piel. Demis tiene todas sus flechas cruelmente clavadas en su cuerpo... Tánatos las ha hechizado para que vayan a ella en cuanto se lo ordena y la hada, impotente, no ha podido hacer más que ver como su arma se volvía contra ella... Solo quedamos yo y Esjalar, y Tánatos me obliga a ver como le arranca el corazón al estratega y se lo come delante de mí metamorfosándose en un ser retorcido y malvado que me mira a mí antes de sonreír de forma siniestra...

No. No dejaré que esto pase. Puede que sólo haya sido una brutal visión causada por el miedo o una mente demasiado imaginativa... Pero sé que es algo perfectamente factible. No permitiré que pase. Jamás.

-----------------------------------

Los amigos de Salem esperan a que ésta les dé alguna orden... Atacar, sobretodo, pero la esperan a ella. Saben que en ella pueden confiar, que ella nunca les haría nada que les perjudicara y, por eso mismo, la seguirán hasta la muerte.

Su sorpresa viene cuando la chica, sin dar la espalda en ningún momento a su enemigo, empieza a retroceder hacia ellos. Esperan que sea una estrategia, que en cualquier momento la chica empezará a dar órdenes a diestro y siniestro, con alguna estrategia en mente que les sacará del apuro... Pero no lo hace. Simplemente, se acerca y las pone la mano en el hombro a cada uno.

Ninguno entiende nada... Salem va a Esjalar en el último momento, sin dejar de observar a Tánatos, que lo contempla todo con una sonrisa. El semielfo se sorprende al ver que la chica posa su mano sobre su hombro también, y la mira para preguntarle cuando esta dice:

-Por favor, cuida de todos. Y dile a todo el mundo que les quiero-

Esjalar la mira, confuso, antes de darse cuenta de lo que la chica va a hacer. Entonces abre mucho.

-¡Salem, no...!-

Pero es demasiado tarde. La chica ya ha formulado el conjuro. De repente, se encuentra sola encima de la grupa de su dragona. Sus amigos ya no están.

"Siento no poder transportarte a ti también, pequeña"

Dice, disculpándose con el reptil que lo ha estado observando todo.

"Ni hablar, no quiero volver a separarme de ti nunca más. Aunque eso signifique morir. Somos uno"

"Somos uno"

Dicho esto, la chica se abalanza sobre Tánatos, quien la recibe con una macabra sonrisa.

------------------------------------------------------

Nota de la autora:

Hey, sensuales lectores míos. ¿Que tal todo? Siento dejaros con la intriga, pero es lo que mejor se me da... XD. No os preocupéis, no tardaré en subir la siguiente parte, puede que lo haga hoy mismo o, como muy tarde, mañana.

La razón de esta nota parecerá algo estúpida, pero... ¡Estamos los vigésimo segundos en fantasía!

Que queréis que os diga, no me había dado cuenta hasta que hoy, por pura casualidad, lo he mirado en la lista... Uau. ¿Quien iba a decir que todo esto llegaría tan lejos?

(Por cierto, el criterio para ascender o descender en la lista sigue siendo un misterio para mí, pero bueno, estoy en ella, que ya es algo)

Realmente resulta sorprendente que hayamos llegado hasta aquí... Así que os doy las gracias por leerme.

No os olvidéis de comentar, nada me hace más feliz que oír vuestra opinión :)

Nos vemos, guapos


Danza de demonios: La chica y el dragónWhere stories live. Discover now