Pociones y Sjal

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El aula de pociones es un clase amplia, aunque un tanto oscura con las ventanas cerradas. La profesora de pociones nos espera dentro, revisando una serie de frascos, marmitas y potes con substancias  de todos los colores y consistencias imaginables. La mujer, de unos treinta años y con el pelo recogido en una elegante trenza, se gira y nos sonríe un poco, a la vez que nos indica que entremos al aula.

-Bien, chicos, hoy es vuestra primera clase de pociones, así que, para empezar, os enseñaré algunas pócimas realizables para magos de alto nivel. Obviamente, ninguno de vosotros sería capaz de hacer algo tan elaborado, así que esto es, simplemente, una muestra de lo que podréis legar a hacer.- La profesora tiene una voz calmada, que transmite serenidad.

Nos sentamos mientras la profesora nos enseña distintos líquidos mientras nos dice sus nombres y propiedades.

-Esta- Dice, levantando un líquido azul eléctrico -Es una poción llamada metamorfímera. Permite adoptar el aspecto que se desee con mas o menos precisión durante un tiempo que depende de cómo esté preparada. Esta- Dice, inclinando una marmita para que veamos una pasta negra y roja, como la superficie de un lago de magma hirviendo -Es un potenciador de conjuros de máximo nivel. Es capaz de alargar la duración, augmentar la potencia o modificar el efecto de cierto tipo de conjuros si se aplica sobre la piel del mago antes de que éste lo realice.-

Gran parte de la clase transcurre así, con la mujer mostrándonos una infinidad de pócimas con usos increíbles. Cuando faltan pocos minutos para que toque la siguiente clase, termina de mostrarnos un pote con una substancia capaz de petrificar cualquier enemigo y su poción gemela: Un líquido rosado que despetrifica a quién haya bebido la anterior. Curiosamente, la segunda se obtiene mediante la destilación de la primera, proceso en el cual pasa de un color grisáceo a su característica tonalidad rosada.

-Pues chicos, creo que esto es todo. En la siguiente clase empezaremos a trabajar en la preparación de pociones en sí... Creo que no tenéis ninguna pregunta, así que dedicaros a charlar antes de que suene el timbre... Dentro de diez minutos-

Le hacemos caso, Celeste la primera, que debate con Jatte sobre el misterio de la versión de Spark que realizamos en este colegio. De repente, reparo en un pequeño armario rojo con un símbolo que me resulta familiar... ¡Es la flor!... La flor que me regaló mi hermano, la flor del colgante, la flor de la espada... Esta planta me persigue vaya donde vaya, me pregunto que será...

-Disculpe, profesora- Le digo a la maestra, que guarda las substancias que acaba de mostrarnos en distintos armarios y compartimentos repartidos alrededor del aula.

-Llámame señora Kurk, por favor-

-De acuerdo, señora Kurk, ¿Podría decirme qué es esa flor? La del armario rojo- Le digo, a la vez que señalo el susodicho armario.

La cara de la profesora adquiere una expresión divertida y sonrisona.

-Oh... Buena pregunta...-

-Salem, me llamo Salem-

-Esta flor, Salem, es de cierta planta llamada Sjal. Es una planta muy rara que suele florecer en casa de los aprendices de brujo que aún no han sido identificados o que lo han sido de forma reciente. Tiene ciertas cualidades... Peculiares, por decirlo así. Se dice de ellas que dan suerte, que fortalecen a las brujas y eso sin contar su importancia en cierta poción...-

-¿Que poción?-

-Es llamada Mordare, pero su nombre mas común es... La poción del que teme al ocaso. Es un potente veneno, señorita. No deja marcas, no se puede identificar. Mata de forma silenciosa y el envenenamiento por su ingestión suele confundirse con un ataque al corazón. Sólo la mas potente inspección mágica denota su presencia, y solo si se hace a tiempo.-

Palidezco un poco al oír eso último.

-Eso sólo en caso de preparación, claro, de la planta sólo son venenosas sus espinas, y sólo en grandes cantidades, por lo que es una preciada planta en decoración, bastante cara, me atrevería a añadir-

Antes de que pueda decir nada, suena el timbre, que interrumpe las conversaciones de toda la clase.

-Buena suerte, alumnos nos vemos mañana... Eso para los que sigan vivos después de la clase de educación física-

-¿Pero qué se supone que vamos a hacer? ¿Matar a un dragón?- Pregunta un chico desde el pasillo.

-¿¡Los de vuestro curso no os lo han dicho!? Parece que adoptan una táctica de intimidación distinta cada año. No quebrantaré sus esfuerzos. Apuesto que han tenido que ponerse todos de acuerdo para no abrir la boca, y creedme, convencer a todo un curso de eso es como intentar matar a una hidra con un palillo. Ya lo veréis dentro de poco... ¿Mataría por ver vuestras caras!-

Exclama, riéndose de forma aparatosa a la vez que cierra la puerta en nuestras narices.


Danza de demonios: La chica y el dragónWhere stories live. Discover now