Salem

1.4K 157 0
                                    

Esto... Esto es jodido. No sé cuanto llevamos así, pero es mucho... Demasiado. He estado a punto de caer un número importante de veces, pero ni siquiera he estado cerca de tocarlo. Sé que podría hacerme más fuerte, invocar una forma demoníaca que aprovechara todo mi potencial, pero sé que: 1: No debo hacerlo 2 :Debo aprender a hacerme valer con mi cuerpo neutro.

Algo es algo, he aguantado un rato considerable. Podría dejarme ganar y seguiría sintiéndome orgullosa de mí misma, pero no quiero para hasta terminar lo que he empezado, para bien o para mal. Lo de la clase de esgrima fue por puro descontrol, ahora quiero ganar con mi esfuerzo.

Intento un barrido bajo que termina mal... Básicamente, no estoy siquiera cerca de desequilibrarlo, pero yo si que pierdo el equilibrio. Casi caigo al suelo, pero de alguna forma consigo ponerme en pié.

Intento un puñetazo directo... No funciona. Va con la suficiente fuerza como para partirle el brazo si intenta bloquearlo de forma frontal, pero simplemente me desvía, y termino dándole a un saco de boxeo, en el cual se hace un agujero del que cae arena en forma de cascada.

Unos minutos más tarde ya no puedo más. Desvío sus golpes como puedo, pero no sirve de nada... Este combate ha terminado hace mucho. Al, por su parte, parece fresco como una rosa... No me extraña, sus movimientos eran de baja extensión, aprovechando su posición más bien ofensiva... Al requerir las defensas contra ataques inferiores algo más de energía (Y tener él más resistencia) no se ha cansado casi nada... Efectivamente, dos minutos más tarde el instructor me da un codazo (lo peor es que creo que lo hace sin querer, pero estoy tan cansada que da igual) en el pecho y caigo hacia atrás. Me quedo tumbada en el suelo, sin moverme ni un milímetro... Dios... Me duele todo.

Me quedo así, tumbada, mientras voy recuperando el aliento... O al menos lo intento.

-Venga, no te quedes así, levántate- Dice Al mientras me ofrece la mano. Yo la cojo y me incorporo, aunque me cuesta tenerme en pié. Me tiemblan las piernas por el esfuerzo.

-Yo... He perdido-

-Brillante deducción... Dime ¿No tienes pensado usar todo tu poder?-

-No... Demasiado llamativo... Quizá en otra ocasión... Conocerás mi parte más oscura, pero de momento me las apañaré tal y como estoy...-

-¿No has pensado en usar tus habilidades demoníacas y mágicas para camuflar tu aspecto mientras usas todo tu potencial?-

-Nunca lo he intentado... Probarlo en medio de un combate real no sería demasiado recomendable... En cualquier momento podría fallar en algo... Supongo que debería de practicarlo... Para eso necesitaré un cuarto grande y alguien con quien practicar...-

Le miro, dejando bastante clara mi intención... Él tarda un rato en entenderlo.

-No, ni de coña, luchar contra la forma completa de un demonio es algo que sólo ciertos héroes entrenados y algunos hechiceros muy poderosos podrían hacer, yo no...-

-Venga, si será solo practicar... Necesito a alguien con experiencia... Tengo que ganar el torneo... Después podrás ensañarte conmigo como alumna normal... Pero hazme este favor, venga-

Suelta un resoplido de resignación

-Krig ya me había dicho que eras una insolente... ¿No deberías de tratar a tu profesor con algo más de respeto?-

Me quedo callada, sin saber qué decir... ¿A qué viene esto ahora?... Bueno, también tiene razón, pero no sé como "arreglar" lo que acabo de decir.

-Eehh... ¿Señor?-

Se me queda mirando, con una total inexpresividad durante un buen rato. Los alumnos empiezan a irse, quedan cinco minutos de clase y no habrá tiempo para hacer nada más. Entonces, son previo aviso, Al empieza a reírse. Pero mucho... Demasiado.

-Ay... De verdad... Maldita sea, enana, nadie puede decir que no a eso... No me extraña que remuevas tantas cosas allá donde vas...-

-Ni idea de qué me estás hablando-

-Tranquila... Ya lo entenderás... Mmm... El gimnasio trece suele estar vacío y después de comer suelo tener una o dos horas libres... Si no lo hacemos entonces, no podré ofrecer las clases de tarde, así que tiene que ser entonces o nada... Va a ser duro, prácticamente no podrás descansar durante dos semanas-

Pienso en lo que me está diciendo. Me niego a faltar a las clases de tarde, necesito aprender cuanto más rápido mejor, pero eso significa hacer las cuatro horas de entrenamiento por la mañana, las dos posteriores a la hora de comer y las que supongo que serán dos o tres horas más de entrenamiento extra... Esto es demasiado, incluso para mi. Significa implantarme un horario estricto... Ya veremos cómo funciona esto.

-Yo... De acuerdo. Tampoco tengo más opción. ¿Empezamos hoy?-

-Mmmm... Sí. Será lo mejor, pero te advierto que voy a ser un maestro exigente-

-Y yo una alumna ejemplar-

Se ríe un poco antes de mirarme con algo de afecto. Justo después, pone una expresión seria, a la vez que se me acerca un poco.

-Ahora en serio, Salem. Tánatos ha adoptado el rol de soberano con mucha facilidad. Todas las instituciones gubernamentales están ahora bajo su dominio, incluida esta academia y todas las demás. Aún así, nos tienen vigilados. Krig es un rebelde conocido y tenía muchos contactos entre profesores, soldados y alumnos... Cuando todo empiece, seremos los primeros en caer. Por lo que más quieras en este mundo, no pierdas el torneo y sobretodo... Vive. No quiero volver a cargar con la muerte de un alumno. Eres de las pocas, junto a Selene y Edel que puede derrotar a Tánatos-

No me esperaba que me dijera todo esto... Tengo un montón de preguntas... ¿Que alumno ha muerto antes? ¿Tánatos vendrá al torneo? ¿Es posible que tenga a agentes infiltrados por aquí? Se amontonan en mi mente con velocidad... Pero una única sola llega a formularse, pese a que no tiene nada que ver con lo que me acaba de decir.

-¿Qué pasó en Salem?-

Es decir este nombre y Al contiene la respiración. Veo el miedo en sus ojos, como si acabara de decir una palabra tabú... Lo sabía. Selene no me contó ni de lejos todo acerca de mi nombre cuando aún era Salem.

-Tu... ¿¿No te han contado nada?-

-Explicaciones vagas y, por lo que puedo intuir, incompletas... No parece un nombre que una granjera le daría a su hija, ¿No crees?-

Se pone incluso más serio que antes, lo que confirma mi teoría... Tengo razón, Selene no me ha explicado ni de lejos todo acerca de mi nombre.

-Nos vemos en el gimnasio trece después de comer-

Este es el ultimátum de la conversación... Nada más que decir. Se aleja de mi, yendo hacia el comedor junto al resto de los alumnos. Suena el timbre. Me quedo un rato en el patio, mirando el fluir de la multitud y luego me les uno.






Danza de demonios: La chica y el dragónWhere stories live. Discover now