Es tu hija

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Llegamos a la cima relativamente deprisa. Esjalar demuestra una habilidad para trepar bastante decente, y yo no me quedo atrás... Incluso con armadura, llegamos en unos quince minutos.

Desde esta altura podemos ver perfectamente más allá de la arboleda que, hasta hace poco, nos entorpecía la vista. Veo la muralla de la ciudad en todo su esplendor y, muy cerca de la puerta, ahora cerrada, se encuentra un numeroso grupo de hombres que parece haber acampado. No parecen ser más de quinientos... Algunos llevan caballos, pero la mayoría no lo hacen... Las armas son variadas y, de hecho, muchos de ellos llevan herramientas de campo adaptadas para la batalla de forma un poco mediocre... Realmente, como dijo Esjalar, no presentan ningún tipo de organización.

Una ráfaga de viento irrumpe en el rocoso vertiente y nos llega en forma de un calmada brisa invernal... Nos llega el olor de la guerra... Huelo sangre, sudor, metal, caballos inquietos, hombres asustados... La tensión anterior a una batalla se puede palpar en el aire.

No parecen encontrarse en medio de una pelea... Claro, si no me equivoco el ejército esperaba la llegada de Esjalar para empezar con una ofensiva, pero aún se deben de preguntar dónde estamos... Es obvio que lo ideal sería ir directamente a la base fuera de murallas, donde nos esperarán las tropas amigas, pero no podemos hacerlo sin que nos vean los enemigos... Puede que la mejor opción sea esperar a que se haga de noche y escabullirnos, rodeando el campamento enemigo sin que éste se altere... Obviamente no podemos intentar un ataque en solitario. Seguramente sobrevivamos, Esjalar tiene prodigiosas habilidades de combate y yo me puedo regenerar con más o menos facilidad, pero el gran número de enemigos podría llegar a hacernos una mala pasada... Y podríamos llegar a morir.

-Partiremos ahora- Dice Esjalar, después de una breve observación de el campo enemigo. 

¿Qué pretende? No veo ninguna ruta posible que no nos ponga en riesgo a ambos o nos suponga una vuelta que nos haría perder el tiempo que tanto valora Esjalar... Él me mira y se detiene a explicarme.

-Divide el ejército en escuadrones-

-¿Qué?-

-¿Sabes lo que es un escuadrón, ¿Verdad?-

-Sí...-

-¿Eres capaz de identificar cuantos hay en esta tentativa de ejército?-

-Unos... Quince, más o menos-

-Exacto. Dieciséis, si contamos el escuadrón volante que acabamos de aniquilar... Eso les quita algo de conocimiento del terreno, pero no demasiado... Los escuadrones se encuentran al mando de capitanes, pero seguramente estos estén en manos de gente con poca experiencia en combate organizado. Eso significa que, lejos de moverse conjuntamente, como lo haría un ejército en el cual los generales han planificado una estrategia, seguramente los escuadrones actúen por sí solos... Se entorpecerán entre ellos y, si planificamos bien el camino, podremos enfrentarnos a uno solo mientras los que se encuentren detrás se verán entorpecidos por el mismo... Si avanzamos lateralmente a la vez que luchamos, escudando nuestro flanco en ese pequeño montículo, podremos llegar a la parte nordeste de la muralla y, desde ahí, encontrarnos con el batallón que nos espera a nosotros-

Miro el terreno, intentando simular lo que Esjalar me explica... Es viable y, si Esjalar quiere hacerlo, seguramente no sólo funcione, si no que, cuando ataquemos por segunda vez, lo hagamos en condiciones favorables... Impresionante... ¿Ha planificado todo esto con solo echarle una mirada al lugar? 

Esjalar sigue siendo un monstruo, incluso unos cuantos centenares de años después...

Le sigo, ya que ha empezado a caminar en dirección a la arboleda... Supongo que intentará llegar al montículo aprovechando al máximo el camuflaje que nos proporcionan los árboles... Eso nos dará un poco de tranquilidad... Sin contar el tiempo que tardarán en dar la alarma en el campo enemigo... Eso hará que, dependiendo de la velocidad de reacción del enemigo, podamos recorrer hasta la mitad del camino hasta tener que afrontar al enemigo... De hecho, si seguimos la ruta que ha marcado Esjalar, nos situaremos siempre por encima del enemigo, lo que entorpecerá a sus arqueros, a los de armas pesadas y nos otorgará una perfecta perspectiva del lugar... 

Danza de demonios: La chica y el dragónWhere stories live. Discover now