Sé quien eres

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-Nymer Savet. Soldado de primera clase, rango B- Jatte sonríe cuando oye eso. El rango B, sobretodo de los soldados de primera clase, es un rango muy alto, difícilmente alcanzable por un novato... Nada mal, para empezar.

-Krig Stror. Soldado de primera clase, rango A- Dimitri casi no cambia su expresión, pero creo notar como hincha su pecho de orgullo. Rango A... Empezamos a tener palabras mayores... Es el más alto alcanzable para los soldados novatos. Supongo que este año será especial. Si no me equivoco al valorarnos, casi ninguno de los que están en esta sala habrán quedado por debajo de una B... Puede que una C estirándome mucho. 

La lista se va sucediendo como yo pensaba. Bía y Demis consiguen un rango B intermedio (Es decir, B con posibilidad de ascenso a A a la mínima de cambio), Celeste consigue llegar a la A y el resto de personas de la sala (La mayoría de las cuales no conozco) no bajan de la B. Nada mal. Yo, al ser del último grupo, soy la última a la cual nombran... Espero con impaciencia que el hombre (Caigo en que todavía no sé su nombre) acabe con los comentarios, los halagos y los cumplidos... Supongo que pocas veces ha tenido tantos cadetes prometedores en un solo lugar.

-Rem Kardan... Soldado de primera clase, rango S-

No puede ser. Debe de haber sido un error. El rango S ya cuesta de alcanzar por los soldados normales... Ni siquiera sé si el reglamento permite que un cadete sea del rango... Antes de que pueda preguntar, el hombre me interrumpe.

-Técnicamente, es difícil que un novato llegue al rango S, pero no imposible. De hecho, solo puede acceder a una placa de rango provisional hasta que supere una serie de pruebas... Pero creo que lo conseguirás sin demasiados problemas. Hace mucho tiempo que no hacemos nada parecido, por lo que hemos tenido que desempolvar manuales muy antiguos para repasar las normas más concretas... No es ilegal que seas de este rango, solo muy inusual... Aunque te recomiendo que te prepares... A los de segundo año no les hará mucha gracia que alguien les supere en rango nada más llegar. Te recomiendo discreción...-

Mi mente, antes de que le de tempo a terminar la frase, ya hace de las suyas. Nada más oír la palabra discreción, pienso en mí misma anunciándome con bombo y platillo y gritando algo tal que así "SOY DE RANGO S, NO COMO VOSOTROS" por el patio de armas. Me aguanto las ganas de reírme mientras el hombre termina su paternal discurso. Vuelvo a la realidad cuando me da dos palmadas en la espalda con una leve sonrisa... Vaya cambio de actitud. No se parece en nada al hombre de hace dos días... Supongo que debía dar una impresión de dureza para intimidarnos.

El tiempo prosigue mientras nos va dando una serie de placas y uniformes que nos identifican como el rango que somos. El mío, además de tener la base negra y dorada del típico uniforme militar, tiene unas franjas rojas en las mangas, además de los botones del mismo color sustituyendo al dorado habitual. Miro la placa, de un dorado resplandeciente, y veo que en ella se encuentra gravado mi "Nombre" y mi rango. Para ser que quieren que sea discreta, la placa no queda escondida, precisamente. Es como si me dijeran que fuera con cuidado de no tropezarme pero me pusieran la zancadilla. Bueno, intentaré no tenérselo en cuenta... No demasiado.

El hombre nos indica con amabilidad (EXCESIVA amabilidad) cómo llegar hasta nuestras habitaciones que, curiosamente están muy juntas.

-Intentamos tener a los novatos, incluso a los de alto rango, juntos entre ellos.. El primer año suele ser el más duro y la compañía de los similares siempre ayuda... Nuestros soldados más avanzados suelen ser... Poco amigables, sobretodo con aquellos que consideran que tienen un rango "Demasiado alto". No os cortéis. Tenéis mi permiso para defenderos, pero, por favor, intentad no matar a nadie. Sería difícil de explicar... Otra vez... No hace falta que os mantengáis alejados de los otros soldados, pero id con cuidado en las prácticas, sobretodo las que incluyen armas de verdad... Sobre el resto ya os iréis enterando. Ah, y por si no lo habíais notados, la guardia nacional no es tan estricta como lo parece. Estas pruebas valoran la capacidad de obedecer, si, pero a la práctica ese aspecto en concreto sólo sirve en tiempos convulsos de verdad...-

"Acaban de invadir el país entero y puede que quieran resucitar a un antiguo nigromante capaz de hacer lo que le venga en gana... El colegio de magia más importante del continente ha sido tomado... ¿Cuando se supone que será una "Situación convulsa" de verdad?" La voz de Eris entra en mi mente por primera vez en muchos días.

"¡Eris! ¿Dónde has estado hasta ahora?"

"El suero deja la mente debilitada y expuesta, la intervención de un ente, aunque sea para decir unas simples palabras, podría llegar a alterar muchas cosas dentro de tu cabeza o incluso el mismo efecto del suero. Podría ser que, aunque mis palabras te tranquilizaran dentro de la ensoñación, la conexión que esta tendría con el mundo real desde ese momento impidiera que olvidaras nada de lo ocurrido, y creo que soñar día sí día también con un cuarto de torturas no debe de ser agradable... Fue duro verte así, pero prefiero un tiempo de sufrimiento a una vida entera"

"Lo entiendo... Me angustiaba la posibilidad de quedarme sola, pero me alegra que hayas vuelto... ¿Me he perdido algo? Supongo que debes de haber estado viendo algo del mundo exterior en mi ausencia"

"No he llegado a desvincularme de tu cuerpo. Podría hacerlo, pero no quería que te despertaras y, además de confusa y aturdida, estuvieras sola. Me quedé contigo todo el tiempo"

Hablamos un rato mientras vamos hacia nuestras habitaciones. El hombre nos acompaña, hablando por los codos y saludando a instructores y a alumnos por igual. Por fin, llegamos a nuestras habitaciones. Por lo que tengo entendido, los soldados llamados "De primera" tienen habitaciones individuales, mientras que los demás, llamados "De segunda" las tienen compartidas. Nada mal. Una habitación individual es un privilegio que, dada mi posición, agradezco. El hombre acompaña uno por uno a mis compañeros a los que serán sus cuartos y yo me quedo, una vez más, la última.

El hombre me lleva a mi habitación mientras sigue hablando sin parar sobre temas variados. De hecho, cambia de tema con asombrosa rapidez. Cuando por fin llego delante de mi habitación, me da una pequeña llave con una amplia sonrisa.

-De ahora en adelante esta será tu habitación. Por favor, ten en cuenta que hay vecinos y por favor que no se te olvide que...-

Su expresión cambia a una un poco más siniestra, su voz baja hasta volúmenes insospechados y se me acerca hasta poner sus labios cerca de mi oreja.

-Sé quién eres, Salem. Lo sé todo sobre ti-

Vuelve a su posición natural y sigue hablando como si nada hubiera pasado.Yo, por mi parte, sólo me quedo helada, sin saber que hacer. ¿Sabe quién soy? Obvio, acaba de decir mi nombre y... Ahora que lo pienso, creo que también lo dijo cuando me desperté... Supongo que estaba tan confusa que ni me di cuenta... Sabe quién soy pero... ¿Quién es él? Espero con todas mis fuerzas que no me descubra...

-Cuando todo esto termine... Espero poder tomar un trago con Krig. UN hombre no debe de olvidar a su primer instructor... Salúdale de mi parte-

Me dice esto como si nada... Krig debe de ser, ahora mismo, un hombre buscado... No creo que declarar algo así tan a la ligera sea muy seguro en pleno edificio gubernamental. Ahora al menos sé que no parece ser del enemigo... Pero le tendré el ojo echado... Ya van demasiadas personas.

-Si... Creo que yo también...-

-Demasiado joven para beber, Rem Kardan... Un nombre bonito, la verdad... Es una pena que sea inventado...Nos veremos en los entrenamientos- Dice, mientras se aleja soltando una carcajada. Me relajo algo más. No parece mala persona.

Me encierro en mi habitación y veo que, encima de la cama, están mi espada y mi armadura, junto a otra muda de ropa. Me siento en la cama y me tumbo. Mañana será un día muy largo. El colchón no es especialmente bueno, y la basta manta de lana no tiene comparación con los edredones de plumas del castillo pero creo poder afirmar que, mientras sueño en mi dragona volando por un cielo claro e iluminado, nunca había dormido tan bien.



Danza de demonios: La chica y el dragónWhere stories live. Discover now