Mostruos

1.5K 195 0
                                    

El olor a sangre me llega mucho antes de que las puertas se abran, así que podemos decir que el espectáculo que vemos al abrirse la puerta no nos pilla del todo desprevenidos. Un campo de cadáveres calcinados o todavía ardiendo cubre el suelo de piedra, y aún se oye en chocar de las espadas y el tensar del los arcos. Nada más abrirse la puerta, una flecha sale disparada hacia nosotros. Por suerte, solo me da a mi en el hombro. No duele casi nada.

Todo el mundo me mira con sobresalto, pero yo me la desclavo del hombro y la lanzo a modo de jabalina, clavándosela al desprevenido arquero en el cuello. Éste cae al suelo entre balbuceos y borboteos de sangre que inundan su boca y sus pulmones. Salgo del ascensor de un salto, acción que hace caer a unos cuantos de los que estaban junto ami por culpa de mis alas. Saco la espada y apuñalo a uno que luchaba contra Celeste, sin que se diera cuenta siquiera de que me acercaba. Oigo la profunda inspiración de mi dragona, que se prepara para calcinarlo todo otra vez.

"No, para. Hay muy pocos, esto sería un desperdicio y nos pondrías en peligro a todos, mejor espera a encontrarnos en una situación realmente peligrosa. El fuego de dragón es un recurso muy preciado, es mejor no desperdiciarlo en un grupo tan pequeño"

La dragona cierra la boca y me mira con aire interrogativo.

"¿Qué ha pasado ahí dentro?"

"Algo que puede que te explique más tarde"

Cojo el arco del arquero al que he matado antes. Tres flechas, tres muertes, todos adversarios de mis compañeros. Estaban muy cerca de mis amigos, fallar significa arriesgarse a matar a un amigo.Pero no pienso hacerlo. Los enemigos no tardan en darse cuenta de que tienen que venir a por mí, así que lo hacen. Siete vienen corriendo. Dos espadas. Una hacha. Una maza. Un arco. Dos lanzas. Los lanceros y el arquero mueren por mis flechas, y mi espada mata al resto.

Ya no queda nadie. En pocos minutos he matado más que mis compañeros en un cuarto de hora. 

Envaino la espada, y me pongo a caminar en dirección a la obertura mientras hablo.

-Iremos a ver a Selene otra vez. Ella nos dirá dónde está todo el mundo, y así podremos organizarnos. Nos dividiremos en tres grupos, unos irán con Krig, otros con Luften y otros a defender el aire. Seguramente vaya en el último, aunque puede que...-

Me callo al ver que nadie me sigue. Me giro y veo que dos chicas están vomitando, tres chicos lloran mientras se apoyan contra una pared y el resto o miran al suelo y consuelan a los demás. Los únicos que han hecho aman de seguirme han sido Bía, Dimitri, Varg, Celeste, Bewit, Jatte y Venom. El resto no parece que quieran ni vayan a hacerlo. No les culpo.

"Parece que el discurso motivador sólo sirve hasta que se les pone alguien delante y hay que matarle... No les culpo. No son débiles, solo humanos. Los que vienen conmigo... Yo misma... Somos unos verdaderos monstruos" Pienso esto sin darme cuenta de que hay dos personas que pueden escucharlo. Mi dragona irrumpe en mis pensamientos.

"Supongo que tienes razón... ¿Me dirás lo que te ha pasado ahí abajo?"

"Me han abierto los ojos unas figuras de piedra de más de tres mil años"

El silencio sigue mientras mi grupo y yo nos alejamos del lugar. Ocho. Mejor que uno, por lo menos.

-Salem, ¿Qué se supone que somos?- La voz de Bía interrumpe el silencio, ya demasiado largo.

-¿Cómo?-

-Pues bueno, ¿Una escuadrilla? ¿Una banda armada? ¿Un club? Somos lo más parecido a un grupo armado que tiene este colegio, sin contar a los guerreros de piedra... Pero, dime ¿Qué somos?-

-Creo que eso ya deberías de saberlo-

Ya estamos en la torre, subiendo las escaleras. Yo estoy ligeramente por encima de los demás, que se paran a escuchar mi respuesta. Me giro y les miro a la cara mientras respondo.

-Somos monstruos-

Como para afirmar esta frase, mi dragona gruñe, frustrada por no poder subir las escaleras con nosotros. Su rugido resuena por las escalera, y el eco le otorga una cualidad sobrenatural, casi divina, como un trueno que parte una montaña por la mitad. Sí. Realmente, somos un grupo de monstruos. Pero bueno, hay cosas peores.

Danza de demonios: La chica y el dragónWhere stories live. Discover now