TREINTA Y CUATRO.

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Me costó muchísimo salir de allí adentro, sentía que en cualquier momento tendría un colapso. Me vestí con el primer conjunto rojo y al verme al espejo suspiré, con frio.

Le rogué al cielo mantener la calma, conservarme tranquila y no comenzar a temblar.

Y entonces salí. Vi a James y Sasha indicarme el lugar y me sentí cómoda porque no me dieron la atención que temí, esto me alivió muchísimo. Pero al mirar a Pierce lo vi sonreír tanto que todo dentro mío se comprimió, produciéndome cosquillas. Él bajó la mirada y la subió sobre mi piel al detalle, recorriéndome con ella, y la sonrisa preciosa no se borraba, terminó soltando una risa de fascinación. Al buscar mis ojos, en el instante que golpeó contra los míos, el suelo fue inestable.

—Jessica. —Sasha me apresuró, indicándome que me sentara en una silla alta que estaba junto a un carrito alto lleno de maquillajes. Caminé hasta allí, sin saber dónde dejar mis manos. —Siéntate y cierra tus ojos. —Me indicó. Ella aplicó base, polvo, acentuó mi mirada con sombras y un labial que acentuara a tono con el conjunto que llevaba.

—Escucha, como asistente aliada, sobrevivirás aquí si no tienes problemas con las demás modelos. La mayoría son increíbles, pero hay quienes deberías mantener lejos. —Solté un quejido. —Son muy importantes, son queridas por el público y aman la atención, también envidiosas, Jessica, posiblemente, si tú alcanzas un mayor éxito, de ellas debes cuidarte.

—Sasha. —Musité.

—Es un consejo, pero no te preocupes. —Me pidió mis manos y al extendérselas asintió, dejándolas de nuevo en mis piernas. —Estarás bien.

—Promételo.

—Lo prometo, ahora ve con James. —Me puse de pie.

—Quiero que juegues contigo misma, que juegues con tu cuerpo, con tus manos. Diviértete, lo único que siempre debes hacer es mostrar lo más posible cada prenda y, lo más importante, los detalles de ellas. —Asentí nerviosa.

Señalé mis tacones.

—¿Me los dejo? —

—Estaba mirándolos. —Me dijo Sasha pensativa. —Para cada conjunto va un calzado diferente, la agencia se encarga de eso, pero quédatelos, quedan bien con lo que llevas puesto. —Sasha se ubicó al lado de Harry, al instante comenzaron a hablar entre ellos, en murmuros silenciosos, y antes de que pudiera protestar o decir algo al respecto James tomó mi mano y me llevó al centro de la escenografía que estaba preparada para mí. Colocó mis manos en unas rejas negras que parecían de cárcel.

—Tranquila. —Me sonrió. —Escucha, el ochenta por ciento de la gente que está aquí no lleva ropa puesta y están divirtiéndose. —

Solté una risita.

—Estoy lista. —Asentí. Él sonrió a gusto y finalmente tomó distancia de mí mientras preparaba la cámara. Mi corazón latía con fuerza.

Él finalmente se ubicó en un ángulo que lo creí perfecto o conveniente para él y cuando estuvo por capturar la primera foto lo detuve, en pánico.

—No, no. Espera. —Supliqué, tomando mi estómago y respirando profundo. Ellos comenzaron a reír.

—Tranquila Jessica, luces increíble. —Procuró decirme Sasha, sonriente.

—Denme un momento. —Les pedí, inhalé y exhalé tres veces, ellos no emitieron palabras ni rieron, y si se movieron, no lo noté. Entonces al cabo de unos segundos me reincorporé, con los ojos cerrados.

Recordé el mensaje de Tati antes de salir de ese probador, recordé y sentí lo que me hizo sentir en ese momento.

"Eres la mujer más hermosa de esta tierra, recuerda quien eres, recuerda lo poderosa, maravillosa y lo perra que eres. "

ARDER EN LIBERTADNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ