TRECE.

2.8K 144 1
                                    

Es increíble como todo de pronto puede dar una vuelta de ciento ochenta grados, girando tu vida por completo. Cuando conoces el dolor y sabes lo fuerte y horrible que es sumergirte en él, comienzas a disfrutar de los momentos que te alegran el alma, que te hace sentir bien. Necesitaba más de ellos ahora.

—¿Harry por qué lo sabe? —Entonces preguntó.

—Él estaba aquí esa noche. Supo que algo había pasado, pero no me obligó a decírselo... —Tomé aire. —Cuando fuimos al Hospital para que me vieran las heridas... él me atendió.

—Prometió no decirle a tus padres si ella pronto lo hacía. Harry la ayudó mucho Bruno. Incluso anoche. —Le dijo mi amiga. Y Bruno asintió entendiéndolo.

Él me mantuvo la mirada por unos segundos y luego la apartó.

De pronto oímos las llaves en el cerrojo de la puerta, angustiándome. Ya no podía fingir más. Estaba cansada de secar mis lagrimas y ocultar cuanto dolía, me estaba quemando y temía incendiarme si algo no cambiaba.

—Debemos decirles. —Me habló firme. Intenté negarme, pero él se acercó a mí y me abrazó, callando mis súplicas. —No se hará de otra manera. Lo hago por ti. Y estaré contigo. Ya no están solas.

Cuando oí a mamá y papá hablar mientras se acercaban tuve que abrazarlo con más fuerza, tenía miedo, sentía que no podría.

—¿Qué pasó? ¿Están bien? —Mama habló asustada, apaciguando mi llanto.

—¡Dime! ¡Jessica! ¿Estás bien? —Papá me apartó de mi hermano para mirarme. —¿Dónde está Lou?

—Lou está bien. —Aseguró mi amiga, interviniendo también.

—Tati llévala a su habitación. Yo les diré. —Pidió mi hermano mirando a mi amiga, ella asintió rápidamente tomando mi mano.

—Bruno puedo hacerlo. Lo haré. —Pero era mentira, ni siquiera podía mantenerme de pie sin amenazar con caer.

Mi amiga con cuidado me llevó a mi habitación, una vez allí puso música alta abrió las ventanas y me hizo recostarme en mi cama, luego buscó a Lou y la trajo con nosotras. Nos acostamos las tres, y este tipo reconfortante de compañía y amor me calmó por completo. Pero en un momento oímos gritos, y un estruendo que me hizo sobresaltar, siguieron otro tipo de ruidos que identificamos como cosas haciéndose trizas en el suelo. Tati nos abrazó aún más. Papá era la persona más dulce y pasiva que conocía, Entre mamá y él es él quien más amor me daba, pero no creía que actuara de la misma forma si sabía la verdad.

—¿Saben la razón de por qué estoy aquí? —Nos preguntó ella. Ambas negamos.

—Porque las amo. —Nos sonrió. Entonces me miró. —Te amo, Jessi. Y nunca te dejaré sola. Perdóname por haber cometido eso, fue sin querer, pero ambas sabemos que será lo mejor. El posponerlo no nos llevaría a nada. Y siento que duela en ti, pero estoy aliviada porque solo con ellos sabiéndolo estas a salvo. —

Asentí, porque era cierto. Si ella no se hubiera equivocado, todo esto estaría doliendo dentro mío, y quizás por eso dolía al soltarlo, porque retenerlo ardía.

Pocos minutos después me puse de pie y fui a la ventana, justo en ese mismo instante vi a mi padre y hermano salir de casa y subirse al auto, papá se veía destruido. Limpié mis lágrimas sin dejar de mirarlos, pero de un momento al otro ya no estaban, la velocidad que había usado me dejó muy preocupada.

—Eso no es bueno. ¿Dónde fueron Tati? —

—No te preocupes, Jessi... Estarán bien y tú también. —Intentó sonreírme, pero no pudo hacerlo.

ARDER EN LIBERTADWhere stories live. Discover now