CINCUENTA Y SIETE.

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—¿Y éste? —Señalé el vestido. Tati negó por quinta vez. Resoplé soltando un quejido.

—Tiene que ser algo que diga "¡Wow! Profesional, elegante, llamativo, serio, pero Sexi"—

—¿Y qué prenda tiene esa etiqueta? —Me dejé caer en la cama con cansancio. Por suerte la reunión pasó a esta tarde, sino, me hubiera resultado imposible aprender todo a horario. Había dormido tan poco.

—Despacio. —Se quejó Sol quien también estaba sobre ella. Dejé los ojos en blanco.

—Se lo que tengo en mente, pero no sé cómo lo puedo tener aquí, sobre ti... —Suspiró mi amiga.

Finalmente, sucedió la magia. Encontró un vestido negro abotonado en el abdomen a un lado de la cintura, comprendía un estilo impresionante diseñado como un traje de mujer, un escote llamativo pero elegante, con un corte en la pierna, sensual, con toques empresariales que lo hacía ver muy correcto distinguido y con mucha sensualidad. Ni siquiera recordaba que lo hubiera comprado.

—Quizás alguna vez sentiste que lo necesitarías. —Reía mi amiga nerviosa. Una vez vestida unos minutos más tarde me dirigí al baño a retocar los últimos detalles en mí.

Suspiré mirándome sin poder evitar sonreír, ahora solamente por el atuendo debía admitir que estaba ansiosa por ir.

—¿Ya está lista? —Oí la voz de Pierce en mi habitación. Yo en el baño casi salgo al instante, pero decidí hacerme esperar.

—Oh que hermoso estás. —Habló Sol emocionada. Vi en mi reflejo del espejo como mi ceño se fruncía involuntariamente, mi rostro cambió de pronto.

—Jessica está lista, pero yo la llevaré. —Le indicó Tati, con tranquilidad.

—¿Por qué? No, de ninguna manera. Iremos juntos. —

—No, Harry. No estoy preguntándote. Jessica irá conmigo. Irá con quien confía en ella y la haga sentir increíble cada instante de su vida. —Replicó.

—Yo confío en ella, Tatiana. —Respondió indignado. —¿Quién crees que la sumó a esa reunión sin siquiera dudarlo? —Preguntó, indignado. Presioné mis labios. Mi amiga no contestó. Pero podía jurar que ni siquiera sonreía frente a él mientras lo enfrentaba. —Tati quiero entrar junto a ella. —Le pidió.

Me acerqué un poco más a la puerta para escuchar mejor. Mi interior se revolvió de los nervios.

—Lo siento. —Emitió con superioridad y calma. —No tardaremos, espérala en la puerta.

—Creí que te agradaba. —

Mi amiga soltó una risa llena de diversión.

—Me agradas, Harry. Te quiero también. —Cedió. —Solamente estoy diciéndote que llevaré yo a Jessica. Tú estás tomándotelo personal. ¿Por qué Harry? —

Reprimí risas.

Pierce no respondió.

—Está bien. —Cedió él, a regañadientes. Abrió la puerta para irse.

—Harry. —Lo detuvo ella. —Te ves muy apuesto. —Lo alagó mi amiga.

—Gracias, Tati. —Le dijo él, y por su voz noté que sonrió.

—¡Harry! —Gritó Sol. —¿Podemos salir luego? —

—Tengo planes lo siento mucho. —Fue lo último que oí decir.

—¿Por qué siempre me dice lo mismo? —

—Porque él es una persona muy ocupada. Debes respetarlo —Salí para decírselo, ella soltó un suspiro.

ARDER EN LIBERTADWhere stories live. Discover now