Mi vida no era fácil, siempre estaba llena de desastres... Quería dejar de llorar, veía al cielo y rogaba para que el dolor se disolviera, quería ser feliz... El amor es un hito de desastre que te eleva y te suelta haciéndote golpear muy fuerte, est...
A veces cuando más sé es feliz el tiempo pasa demasiado rápido. Es todo exorbitantemente efímero y fugaz. Luego de tantas cosas que hicimos juntas en diferentes países y en diferentes ciudades aún no tenía suficiente porqué extrañaba nuestra privacidad como familia y como pareja. No quería compartirlas con nadie más. Quería que nos encerraramos en nuestra burbujita de amor y quedarnos ahí para siempre. Dos años fueron muy poco tiempo y volver a la ciudad me tenía algo sentimental, no triste, pero si sentimental, pues Chaeyoung y yo teníamos varios pendientes de trabajo, sin olvidar de que también postergó una gira por nosotras y eso me hizo pensar demasiadas cosas.
Es tan linda, tan hermosa. Mi mente volaba cada vez que veía las fotos que le tomaron en aquel evento reciente de Sulwhasoo. Ese vestido negro le quedó perfecto, todo en ella era belleza pura y definitivamente no me resistí a adorarla y amarla esa noche. La tuve toda para mí. Me hacía suspirar enamorada cada que la veía, pues ella brillaba demasiado. Detuve mi trabajo y está vez enfoque mi vista en la foto que nos sacamos en Disneyland ese día de marzo junto a nuestra hija. Las dos haciendo caras divertidas mientras Haneul sonreía muy feliz en medio. Ellas son mi adoración. Definitivamente amo a mi familia con todo mi corazón y mi esencia de madre llora internamente al saber que nuestra hija ha crecido lo suficiente como para ser una niña independiente y excepcionalmente hermosa como su madre. Ya va a la escuela de infantes junto a Jaesang, Lili, Klebert y Junn, la hija de Jeongyeon y Dubu, todos son muy buenos amigos y en ocasiones juegan juntos, pues sus edades son similares, sin embargo, me da tristeza el saber qué día a día ella crece más y más. No quiero que nos deje nunca o qué deje de necesitarnos. Está mañana antes de irse a la escuela hizo una pequeña pataleta porqué no le permití llevarse a su conejito Tongo con ella, por lo que tuve que llenarla de palabras de consuelo para hacerle saber lo peligroso que sería sí el pequeño conejo blanco se perdía en el enorme lugar, ahí lo entendió, pero a pesar de ello, esa mirada de desaprobación quedó guardaba para siempre en mi memoria, al igual que los pucheros que hacia su madre. Una lindura.
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Nuestra hija es preciosa. La representación de nuestro amor. Haneul lleva en su personalidad muchas cosas de Chaeyoung, pues es tan sensible como ella, no obstante, en ocasiones me recuerda a mi misma por la firmeza en sus deseos. No titubea mucho y por eso mismo, ha empezado la etapa de caprichos y rebeldía en cierta medida, por lo que día a día trabajo en ser la mejor mamá posible e intentó enseñarle todos los valores necesarios con los que me encaminó mi madre. No quiero que se pierda un solo momento por su actitud dulce, inocente y noble, porqué anteriormente algunos niños llegaron a molestarla y tuvimos que cambiarla de escuela. Ella es muy altruista y en algunos momentos el ser así, le juega en contra, aunque también me hace sentir muy orgullosa el que sea una niña empática y humilde con otros.
─Hey, Chicken. ─mi cuñada abrió la puerta de mi oficina. ─Vamonos ahora o llegaremos tarde. No quiero que Nini se disguste porqué no llegue a tiempo por los niños. ─dijo preocupada. La última vez mis sobrinos tuvieron que esperarla más de quince minutos porque se quedó dormida y mi hermana casi enloquese porque tenían una sesión de fotos.
