Gay Panic |Chaesoo| Editando.

CAPÍTULO 95

─Mgh... mi amor, deja ya... de torturarme o no podré resistirlo más. ─gruño Jennie frunciendo el ceño a causa de todas la sensaciones que abordaban su cuerpo, y contra el pedido de su esposa; Lisa se apartó, sonrió ladino y dirigío sus intenciones a la entrepierna de su esposa; lamiendo y chupando su pequeño botón cual dulce de fresa. Jennie sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo debido a la humedad proveniente del cabello de Lisa tocando sus muslos internos, pero ésto no bastó, pues ya sentía su orgasmo muy cerca a causa de los movimientos de la lengua de la pelinegra. No iba a durar mucho si Lisa continuaba así, por lo que decidió detenerla tomándola por las mejillas. Lisa gruñó y a modo de coquetería se relamio los labios con descaro bajo la atenta mirada de Jennie, la última gruñó y la haló encima de ella de nuevo. ─Estas siendo muy mala conmigo, ¿mm? ─le dio un ligero empujoncito y Lisa cayó de lado, dejando su cuerpo a total disposición de la ojos de gato. Jennie apretó su miembro con su mano izquierda y luego lo recorrió todo con su lengua, la piel de Lisa se erizo al acto y gimió alto cuando su esposa introdujo su miembro en su boca de manera lenta, Jennie lo humedeció y luego se puso a horcajadas sobre la cintura de su esposa. ─No me dejas otra salida... no me gusta que me lleves la contraria cuando quiero algo. ─la miró sería y luego se dejó caer sobre el miembro de Lisa de una sola vez.

─Oh, oh... mi amor. ─gimió Lisa, viendo su escena favorita; su mujer montandola. La lujuria y lo procaz de ver a su miembro entrar en la cavidad de su esposa la puso más caliente. Tomó los pechos de su mujer y comenzó a frotarlos mientras está movía sus caderas de una forma deliciosa y atrevida. ─Ah, Nini... mmm... mi amor, que bien te mueves. ─Jennie sonrió y Lisa se sentó, se miraron cómplices, embriagadas por el deseo y por un corazón palpitante de amor. La más alta la abrazó por la cintura con su mano derecha y con la otra comenzó a acomodarle varios mechones de cabello detrás de la oreja. ─Te amo, te amo como no tienes idea, mi Nini. ─mencionó la pelinegra y sin despegar su cuerpo del de su esposa, la acostó en la cama con delicadeza y suavidad. Su mirada ensimismada en la de su esposa, ambas viéndose fijamente, obsesionadas. ─Te amo, mi preciosa. ─el vaivén de sus caderas era suave y delicioso. Cómo ya sabía dónde tocar a su contraria, dedicó su ímpetu a alcanzar el punto más sensible de su mujer. Su penetración era muy suave, tortuosa y deliciosa, enfocada en complacer a su pareja, a la vez que la amaba y la cuidaba.

─Te amo mucho... más, mi amor... ─respondió Jennie entre jadeos, y luego la beso. ─Con todas mis fuerzas...

Entre tener sexo y hacer el amor, había un camino muy amplió y Jenlisa sabía distinguir muy bien la diferencia, se amaban y se deseaban con locura; siempre fue así desde aquella vez que Lisa iba corriendo por los pasillos de la Universidad porque iba tarde a clase de economía y chocó con Jennie; ese día el mundo de ambas cambió y no solo sus ojos conectaron, también conectaron sus almas. Lisa quedó hipnotizada con su menor, sus curvas, sus labios, toda ella la enloqueció desde el primer instante, así que no dudo en disculparse, ser amable y cortejarla, por su lado, Jennie cayó rendida ante la amabilidad, la sensualidad y el erotismo que desprendía Lisa naturalmente.

─¿Dónde estabas? ─preguntó Jihyo encendiendo la lámpara de la sala, iluminando el lugar. Tzuyu pegó un pequeño saltó por la impresión y se llevó una mano al pecho al acto. Jihyo recorrió con la mirada el cuerpo de su esposa en busca de más evidencia de sus fallas. ─¿Dónde estabas a esta hora, Tzuyu? ─repitió su pregunta, ya era pasada la media noche y su esposa apenas iba entrando a casa. Jihyo se preocupó mucho por su ausencia, no pudo conciliar el sueño y decidió esperarla antes de irse.

─B-Bueno... estuve en la empresa, y luego fui a ver a mi madre. ─se justificó rápidamente con nerviosismo. ─¿Q-Qué te pasa? ¿Qué es ésto, cariño? ¿Un interrogatorio? ─dijo Tzuyu acercándose a su esposa. Jihyo identificó sus intenciones y se puso de pie cruzada de brazos, alejándose de la más alta a propósito.