CAPÍTULO 94

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El primer copó de nieve cayó esa fría mañana en la ventana de la habitación de Jisoo mientras se recuperaba, y con él, muchos copos más dando apertura al inicio del invierno un once de diciembre y junto a él; el frío, pero no uno cualquiera, sino ese que te hace tiritar el cuerpo y que ocasiona que tengas una nariz similar a la de Rudolf el reno. Un ambiente helado, triste, melancólico y atribulado opacaba el corazón de todos los presentes. En está ocasión la vida no solo les negaba la posibilidad de volver a compartir con una de las personas más importantes en sus vidas, sino qué también se encargaría de enseñarles a mano dura el sentido del amor amortiguador, porque aunque los años pasen y te conviertan en adulto, jamás dejarás de aprender algo nuevo acerca de la vida.

Seis largos días pasaron desde que la sonrisa más linda de Corea del Sur salió victoriosa de su cirugía y eso era todo lo que podían soportar sus seres queridos, pues ya había sido demasiado tiempo el que pasaron sufriendo su ausencia. Esa mañana todos salieron de sus residencias muy temprano, pues Jeongyeon fijo la hora en la que despertarian a la pelinegra; nueve am. La ansiedad por verla delataba el intento partícular por controlar la emoción de ese momento. Habían sido días difíciles y en vela para Roseanne, días en los que tuvo que luchar con sus demonios internos y con las voces que le gritaban en su cabeza. ¿El único motivo? La pequeña Kim Park, aquel inocente ángel que no solo luchaba por su vida, sino que también era la responsable de mantener la cordura de su mamá. Aquella bebita era la única testigo de la desperación, los gritos, el llanto y la depresión de su madre; Rosé estaba pérdida en una cueva muy oscura y mientras sostenía la mano de su joven esposa, le imploraba al ente del mundo que le regresará esa mirada profunda y cautivadora lo más rápido posible. En silenció, y con una punzada persistente en su pecho; imploraba, tanto o igual que Jihyo, la última consumida en el agotamiento ¿Cómo no extrañar a su mejor amiga? Sí ambas habían puesto las manos al fuego la una por la otra incontables veces, jamás se habían soltado de la mano, y la zozobra solo significaba que Jisoo estaba incumpliendo su promesa. Debía quedarse una vida entera y en muchas aventuras más a su lado.

Sin embargo, en cualquier historia siempre hay un perdedor.

─¿¡Qué pasa, Jeong!? ¿¡Por qué no despierta!? Ya han pasado más de tres horas. ─sentenció Rosé muy desperada, llorando a lágrima viva.

─Es normal que tarde, en primera media se retiran los sedantes poco a poco... su cuerpo debe asimilarlo, intenta calmarte, es un proceso normal. ─contestó la cirujana con calma.

─Mi amor, mírame por favor, abre los ojitos, ¿sí?. Estoy deseando que me abraces y me beses como no tienes idea. Estoy ansiosa por oirte llamarme amor de nuevo. ─la rubia tomó por las mejillas a Jisoo a la vez que reposaba su frente en la de la menor. ─Háblame, háblame, mi amor... te lo pido por favor. No lo aguanto más, te necesito, te necesito mucho... ─sus lágrimas empezaron a caer sobre los pómulos de la pelinegra, y Rosé tuvo que limpiarlas mientras continuaba con su pedido desesperado.

Día tras día y hasta que pasó una semana a la misma hora y en el mismo lugar, todos esperaron atentos a que Jisoo despertará, sin embargo, eso no pasó; ella no despertaba y el equipo médico se quedó sin salida o soluciones. La menor de las Kims ya no estaba sedada y su estado físico había mejorado notablemente, no podría ser eso, por lo que comenzó a librarse una batalla aguerrida entre la ciencia y la fé con el objetivo de que ella despertara.

Tan solo faltaban un par de días para el cumpleaños de la pelinegra y no habían respuestas médicas válidas relacionadas al sueño permanente y profundo en el que se encontraba. Los planes no siempre se dan y los sueños que se plantearon con ilusión y anhelo, ya no se iban a cumplir de la manera esperada.

Cuándo el amor se escapa nunca dice adiós.

─Ella no despierta y no sabemos la razón. Sus heridas están sanando bien y, no identificamos anormalidades en su cuerpo o en su cerebro... yo... ─dijo Jeong llena de nervios y entrando en un estado de shock leve. ─Las resonancias que le hemos hecho no arrojan ninguna anomalía y...

Gay Panic |Chaesoo| Editando.Where stories live. Discover now