Gay Panic |Chaesoo| Editando.

CAPÍTULO 79

Evidentemente por nuestro estado no volvimos conduciendo, así que el auto que llevábamos nos siguió conducido por uno de los guardias de mi hermana. En el transcurso del camino nadie mencionó una palabra, excepto mi cuñada, quien explicó rápidamente la razón por la que estábamos ahí, sin miedo y con valentía. Era lo mejor, debíamos ser honestas. Mi hermana continuó en silencio como nosotras y Lisa se recostó en su hombro en contra de la voluntad de Jen, yo veía a mi Chaeng concentrada en el paisaje, viendo por la ventana. Me rompió el corazón y sentí ganas de llorar, no pude evitarlo y pasé mi brazo por su cuello acercándola a mi cuerpo y con la otra comencé a acariciar su barriguita. No estaba muy enojada, porque descanso su cabeza contra mi pecho y rodeó mi cintura con sus brazos. Cualquier distancia me hacía sufrir, pero por suerte no pasó. En cuanto llegamos a casa, Jennie nos dio las buenas noches y Chaeng me llevó de la mano hacia nuestra casa. Pude ver qué Lisa subía las escaleras detrás de mi hermana cabizbaja y triste, pero no podía hacer nada al respecto, suficiente habíamos hecho ya y pronto podríamos hablarlo más cómodamente.

En cuanto entramos a nuestra habitación, Chaeng se sentó en la cama y me pidió que me diera un baño para que se me bajará un poco la ebriedad, y eso hice mientras ella hacia su rutina nocturna y se ponía el pijama. Me di una ducha completa, lavé mis dientes y cuando volví con ella; ya estaba acostada y bien abrigada, sin embargo, aún seguía despierta, palmeo la almohada del lado derecho un par de veces invitándome a acostarme y eso hice, con lentitud y delicadeza. Ella suspiró hondo sin apartar su mirada fija en mí, me mordí el labio inferior por los nervios y luego dije.

─Mi amor, lo siento mucho... n-no quería hacerte sentir incómoda, ni mucho menos agobiarte en tu espacio. Perdóname, por favor. ─mis ojos se aguaron y ella se acercó a mí, comenzando a acariciar mi mejilla izquierda. Su tacto era tan delicado y suave, se sentía como la caricia de la patita de un gatito. Eso me hizo sentir peor de culpable. ─Arruine tú salida.

─Sé que fue idea de Lisa, así que está bien. Lo entiendo. Fuiste a hacerle compañía y no la dejaste sola... en cierta medida, fue lindo que la apoyarás. ─sonrió un poco. ─Todo está bien, mi vida.

─Si fue su idea, pero ella no es la única responsable, yo también lo soy. Al principio no quería seguirlas, pero luego me llené de celos cuando te vi con esa mujer... Ahí no pude resistirme y fui más persistente. También es mi culpa, mi amor. ─se me hizo un nudo en la garganta. ─Sé que no tengo que dudar de ti o de tus sentimientos, pero no pude evitarlo. No me gustó como te miraba esa mujer, no me gustó lo cerca que estaba de ti... y odie que te tocará. ─aparté la mirada y trague fuerte, si seguía mirándola seguro lloraría. Esas pequeñas cosas me dolieron mucho, me ardió el pecho, fue horrible, horrible.

─Aww, mi amor. ─tomo mis mejillas y pego su frente con la mía. ─Lo siento mucho sí te hizo sentir mal y te provocó inseguridad. Te entiendo perfectamente ¿de acuerdo?... Ella fue muy pegajosa, tienes razón en eso y justamente cuando me tocó y sobrepasó los límites, me enojé al momento y me aparté. Ahora debe tener muy claro que estoy contigo y de que eres mi pareja... y que te amo mucho, mucho. Le dejé claro que no estoy disponible, si es que no es completamente evidente ya. ─soltó una risita y la abracé por la cintura. La amo.

─Fue muy doloroso de ver. ─me escondí en el hueco de su cuello. ─Ustedes son mi mundo entero, amor, no quiero que nadie más esté en medio, no me gusta nada... la situación de Lisa y mi hermana es distinta, porque ellas son esposas y... ─me dio un piquito silenciándome y luego se dispuso a sentarse lentamente; se quedó mirándome un par de segundos a la vez que apachurraba mis mejillas, acaricié su pierna derecha y unos segundos después se levantó de la cama para dirigirse al vestidor, me quedé muy triste y confundida en su espera, muy expectante por sus movimientos repentinos, pero al cabo de unos cortos minutos regresó algo sospechosa y muy sonriente, se volvió a acostar justo dónde estaba antes y luego dijo.