─Hare lo que me dé la gana, no eres nadie para impedírmelo, Manoban. ─sonrió. ─Continuemos chicos. Por favor, traigan al modelo masculino, quiero acabar estas tomas en la menor brevedad. ─pidió con sorna y Lisa enrojeció.

─El que se mueva, dé su contrato por finalizado, y ¡tú!, no pienses siquiera en ponerle una mano encima a mi esposa o te mato. ─dio un grito fuerte haciendo que todos dieran un pequeño salto. Incluso Joan, el modelo que solicito mi hermana, temió por su integridad y se retiró al camerino a paso veloz. ─No voy a permitírtelo señora de Manoban. ─dijo posesiva quedando muy cerca de mi hermana, quien sonreía con superioridad, estaba disfrutando de sacar a Lisa de casillas. 

─¿A quién le hacemos caso? ─preguntó Harry en un susurro. Lisa y Jennie se retaban con la mirada y ninguna cedía. Mi hermana frunció el ceño y la mirada de Lisa se relajó, parecía como si estuviera en otro mundo viendo a su esposa, de pronto un gran suspiro abandono su garganta. Estaba contemplando a Jennie, era la primera vez que se volvían a ver en persona, desde aquella vez en mi casa.

─Tómense un descanso, les hare saber cuándo debamos continuar. Ayúdame Ryujin. ─ella asintió y fue dirigiendo a todos a la salida. Por mi parte me quede de pie observando todo a una distancia moderada... esperando hasta donde iban a llegar. 

─Te extraño mucho, gatita... no te imaginas cuánto.  ─dijo con voz tierna y puso una mano en su mejilla. Jennie no respondió y apartó la mirada. ─No voy a permitir que otros aprecien a mi mujer, eso jamás. 

─No hare lo que tu digas Lisa, y no me vuelvas a tocar, idiota. ─aparto su mano de golpe.

─No voy a permitir que salgas así. Eres mi esposa... mía y de nadie más, no voy a tolerar que te vean a-así, mucho menos que te rodees de hombres semidesnudos. ¡No, no, y no! 

─Firma los papeles del divorcio y todo solucionado. No voy a cancelar el contrato, por tus estúpidos celos. ─dijo con sarcasmo.

─Eso quisieras. No voy a darte el divorcio nunca, amorcito. Has sido mía desde que éramos unas niñas y, así seguirá siendo hasta que yo abandone este mundo, señora Manoban.  ─le guiño un ojo con una sonrisa amplia.

─Si no firmas, te enviare a la cárcel... "amorcito". ─amenazo y dio un paso al frente, quedando a centímetros de Lisa. ─Deje de ser tuya hace mucho, acéptalo de una vez.

─Jen. ─musite. No podía estar hablando en serio. 

─¡No hables! ─regaño dándome una mirada que me dejo totalmente petrificada. ─Permíteme ser libre... es lo menos que puede hacer una mentirosa, traicionera e infiel como tú. ─dijo con ira muy cerca del rostro de Lisa.

─E-eso. ─balbuceo, recorriendo su cuerpo sin descaro.

─Idiota, tus ojos aquí. No tienes ningún derecho, no seas descarada. ─regaño.

─Claro que los tengo. 

─¿¡Que!? No hables para ti misma, sabes que me molesta. 

─Hmm. ─carraspeo. ─Claro que los tengo, eres mi mía y yo soy tuya. Te repito que no he sido nada de eso, jamás lo seria teniendo una mujer como tú a mi lado. ─dijo socarrona y enredo sus brazos en la cintura de mi hermana. ─Te amo como a nadie, gatita. Confía en mí. ─mencionó muy cerca de sus labios y Jen trago fuerte. 

─S-suéltame. ─bufó. ─¡Maldita sea! ─se removía fuerte intentando soltarse.

─Jamás te volveré a soltar. Se que me equivoque, pero te aseguro que nunca he puesto mis manos encima de otra mujer que no seas tú. ─dijo cerca de su oído y Jennie tembló.

Gay Panic |Chaesoo| Editando.Where stories live. Discover now