CAPÍTULO 12

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Había estado intentando alejar a Haein muchas semanas atrás... Me comportaba fría, lo ignoraba en algunas ocasiones y ponía mucha distancia, pero nada de eso había funcionado, así que decidí rendirme...

Tenía miedo, mucho miedo de todo lo que implicaba empezar una relación, había visto el morbo, la infidelidad, el apego, el maltrato y, sobre todo la expresión del dolor, aquel que casi había quemado vivas a mis amigas. Él había sido tan sensible y caballeroso conmigo que esperaba que eso no me pasará... Estaríamos bien.

Le había puesto varias condiciones a Haein para aceptar salir conmigo, pequeños caprichos que me demostrarían sí le interesaba de verdad; Le pedí cortarse el cabello, cocinar para mí, salir vestido de mujer, entre otras cosas que quería que hiciera y, todas las hizo sin ninguna queja.

Mi último capricho era que debía hablar con mi madre sobre la relación que íbamos a empezar, esa iba a ser la gran prueba, sabía que era una tontería, ella confiaba en mí, pero, quería que apreciará la importancia que tenía mi ella en mi vida.



[...]

Estaba en casa merendando con mi madre, cuando oímos golpecitos en la puerta, me levanté y me dirigí a abrir.

En cuanto la puerta se abrió pude verlo, estaba muy bien vestido, traía unos cuantos globos rojos y un pastel que decía "¿Quieres ser mi novia?''.

─Hola hermosa. ¿Me vas a dejar entrar? ─preguntó con esa sonrisa burlona que me tenía encantada.

Simplemente pude sonreírle y salte a abrazarlo muy fuerte. Estaba muy feliz, él estaba entregándose a mí, hacia cualquier cosa por pertenecerme y porque yo le perteneciera, siempre era muy dulce y no le importaba mostrar completamente sus sentimientos... Era tan distinto a mí.

─¿Vienes a pedir mi mano caballero? ─contesté con sorna. Él se hincó en una rodilla, me mostró el pastel y preguntó.

─¿Quieres ser mi novia, princesa? ─preguntó con la voz entrecortada a punto de llorar.

Jamás había visto a un hombre tan expuesto, tan sentimental y delicado, sentí una punzada en el pecho, podía confirmar que me gustaba.

─Me has gustado desde nuestro primer encuentro y a medida que nos conocimos me enamoré de ti. Te quiero.

Definitivamente, no correspondía ese "Te quiero", no me sentía lista, mi boca no podía articular esas palabras aún.

Nunca he sido muy expresiva respecto a mis sentimientos, las únicas personas con las que tenía alguna pequeña demostración de afecto eran mamá, Jennie y Leo.

─Claro que quiero ser tu novia tonto. ─dije, tome las cosas que traía dejándolas en una pequeña banca, lo agarre del cuello y lo pegue a mi cuerpo.

─Soy tan feliz. ─dijo acercándose a mis labios. ─Te quiero, te quiero tanto. ─finalizó para luego besarme, el roce era suave, sencillo y muy íntimo a la vez, terminó el beso recargando su frente con la mía, suspiró. ─Tengo que entrar a hablar con la señora Irene, pero...─me dio un piquito en la nariz y otro en los labios. ─No me quiero separar de ti y, voy a entrar solo. ─estaba haciendo un puchero, era típico de él.

─Aquí te espero. ─sonreí y lo volví a besar, me abrazó fuerte y entró.

Me quedé sentaba afuera unos 15 minutos, viendo los detalles que había traído, me producía mucha ternura, este idiota se estaba robando mi corazón. ─reí bajito y vi el cielo, me encantaba ver la forma de las nubes.

Gay Panic |Chaesoo| Editando.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora