CAPÍTULO 47 - "Where Do Broken Hearts Go"

161 19 24
                                    


“Adónde van los corazones rotos”

Canción: One Direction

-

Ocho meses antes…

Mon-El

Lo que nadie te dice de convertirte en adulto, es que los problemas, el dolor y la perdida nunca desaparecen, solo permanecen contigo el tiempo suficiente para enseñarte una lección o cargarte de drama los testículos.

En mi caso, lo de los testículos era en el sentido literal.

Por aquel tiempo lo único que veía o podía sentir a mi alrededor era una espesa niebla negra cubrir toda la felicidad en el mundo, eran días horribles en los que incluso levantarse de la cama me resultaba una tarea agobiante de solo pensarlo.

Los malos días solo seguían y seguían.

Mientras más tiempo pasaba, más parecía que mi vida se había convertido en la narrativa deprimente de un adolescente con crisis de la pubertad.

Porque me era imposible ver el lado bueno a cualquier cosa sin antes abrumarme y pensar en lo que había perdido y lo horrible que era el mundo, estaba convencido que mi vida perdió sentido y jamás volvería a recuperar la alegría de vivir.

Todo comenzó la noche que discutí con Imra y salí de casa.

Fui a casa de mis padres, solo para alivianar un poco la carga en la que en ese instante parecía ser nuestro matrimonio, esperaban encontrar algo de paz para mí mismo, pero lo que me encontré fue a mi padre con su discurso de “Un hombre tiene que hacer lo que tiene que hacer” y también eso de “Tu eres el más sensato, tú ya sabes lo que es correcto”.

Quizás así era, creía estar convencido de que siempre todo lo que hice era lo correcto y a la final igual me había quedado sin nada.

En parte así fue como me di cuenta de que los consejos de mi padre solo servían para perpetuar mis inseguridades.

¿Por qué todos querían que tuviera todo resuelto?

Imra, quería que nos casáramos prácticamente desde que salí de la escuela, el padre de Imra quería que cuidara de ella, incluso mi propio padre parecía más preocupado por el bienestar de Imra que él mío.

Yo hice todo bien, conseguí un excelente trabajo, rente una de las mejores casas en la ciudad, deje que Crush y Ella arruinaran más de las alfombras que podía contar en casi seis años, viaje con mi esposa y la llene de atenciones.

¿Todo para qué?

Regresar a casa de mejor humor, dispuesto a darle la razón como siempre y hacer lo que ella quería; esperando arreglar las cosas con mi esposa y lo único que termine recibiendo a cambio fue un guardarropa vacío, un departamento deshabitado y por supuesto una nota.

Ni siquiera una carta con una explicación lógica que pudiera justificar tan terrible acto de escapismo protagonizado por la mujer con la que siempre había soñado tener un futuro.

Tal vez nuestra vida no era un cuento de hadas, pero siempre pensé que por lo menos la mayor parte de nuestra relación habíamos sido felices y que por esa misma razón Imra estaba tan aterrada de involucrar niños, y que eso rompiera nuestro equilibrio.

Aun así, lo único que al parecer ella pensaba que yo merecía, era una nota junto con la alianza de matrimonio sobre la mesilla de noche que decía:

“No es tu culpa, pero no puedo ser lo que tú necesitas”

Wake Up With Me!Where stories live. Discover now