Lazos Malignos

By JessRe

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«Dentro de cada uno de nosotros existe la semilla del bien y del mal» More

Sinopsis 💚
Prólogo ✴
Capítulo 1 ✴
Capítulo 2 ✴
Capítulo 3 ✴
Capítulo 4 ✴
Capítulo 5 ✴
Capítulo 6 ✴
Capítulo 7 ✴
Capítulo 8 ✴
Capítulo 9 ✴
Capítulo 10 ✴
Capítulo 11 ✴
Capítulo 12 ✴
Capítulo 13 ✴
Capítulo 14 ✴
Capítulo 15 ✴
Capítulo 16 ✴
Capítulo 17 ✴
Capítulo 18 ✴
Capítulo 19 ✴
Capítulo 20 ✴
Capítulo 21 ✴
Capítulo 22 ✴
Capítulo 23 ✴
Capítulo 24 ✴
Capítulo 25 ✴
Capítulo 26 ✴
Capítulo 27 ✴
Capítulo 28 ✴
Capítulo 29 ✴
Capítulo 30 ✴
Capítulo 32 ✴
Capítulo 33 ✴
Capítulo 34 ✴
Capítulo 35 ✴
Capítulo 36 ✴
Capítulo 37 ✴
Capítulo 38 ✴
Capítulo 39 ✴
Capítulo 40 ✴
Capítulo 41 ✴
Capítulo 42 ✴
Capítulo 43 ✴
Capítulo 44 ✴
Capítulo 45 ✴
Capítulo 46 ✴
Capítulo 47 ✴
Capítulo 48 ✴
Capítulo 49 ✴
Capítulo 50 ✴
Capítulo 51 ✴
Capítulo 52 ✴
Capítulo 53 ✴
Capítulo 54 (Final parte 1) ✴
Capítulo 55 (Final parte 2) ✴
Epílogo ✴

Capítulo 31 ✴

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By JessRe

Allie.

Un dolor crudo como nunca antes he sentido se abre camino en mi pecho y el ácido se cuela en toda mi garganta. Quiero vomitar. Estoy asqueada, horrorizada, triste, indignada.

Me siento profanada.

El malestar me atraviesa profundamente como un cuchillo caliente en mantequilla. ¿Qué más hará conmigo esa bruja? Posee mi cuerpo cuando quiere, invade mis pensamientos, su veneno se encuentra en mis venas y ahora me quitó la posibilidad de elegir ser madre o no.

Me arruinó por completo.

Esto duele demasiado. Quiero que pare, quiero despertar en mi cama y darme cuenta que todo se trata de un horrible sueño. Por favor, necesito que este sufrimiento se detenga. No puedo respirar, no logro ver nada a través de la neblina de lágrimas. El sollozo que escapa de mis labios es incontenible.

Duele.

Oh, hay más tragedias. Está matando a mi loba y probablemente no sobreviviré al cambio de forma. Mi pecho se aprieta y parpadeo para mantener a raya las lágrimas resentidas. Estoy enojada, herida, humillada.

—Déjenme sola —imploro, mi voz desbordando solo sufrimiento —. Váyanse todos, salgan de aquí. No necesito escuchar nada más. ¡Quiero estar sola!

—Allie... —Mila abre la boca, pero meneo la cabeza.

Basta.

—¡No! —grito —. ¡Ya no sigas!

Mila y el abuelo respetan mi decisión. Mis padres, por el contrario, se mantienen firmes. No tolero esa mirada en los ojos de mi madre, no soporto que papá esté observándome como si fuera frágil. Estoy rota, lo sé, pero pronto voy a recomponerme por mi cuenta. Solo necesito respirar y poner en orden mis pensamientos.

Respira, Allie.

Respira.

—Estamos aquí, cielo —susurra mamá —. No tienes que ocultarte de nosotros.

Furia fría y helada me envuelve en su gélido agarre. No respiro cuando las luces de mi habitación se apagan y los muebles tiemblan sutilmente. Estoy frenética, mis emociones heridas no permiten que piense de manera racional.

Quiero estar sola.

Necesito estar sola o voy a desquitarme con ellos.

—Adiós, mamá —digo, la cólera gotea de cada palabra —. Váyanse los dos, háganlo antes de que cometa una estupidez.

Mamá lleva una mano a su pecho, observándome con los ojos inundados de lágrimas. Esta es la primera vez que levanto la voz y le hablo mal. Jamás fui irrespetuosa con ellos, pero últimamente no puedo controlar mi boca.

Hablo sin pensar.

¿Podría el universo darme un descanso por una vez en mi vida? ¿Es mucho pedir? ¿No lo merezco?

—Bonita... —Mi padre suspira —. Ven conmigo.

Mamá se niega a acatar mi orden. En cambio, mantiene su postura petulante. Oh, Dioses. ¿Por qué no escucha? ¿Acaso no ve que estoy perdiendo la cabeza? Haré algo que me arrepentiré después.

—No iremos a ningún lado —sentencia con determinación y limpia sus lágrimas —. No está bien que reprima sus emociones cada vez que se siente mal.

Papá carraspea, él sabe que esto terminará mal si no se retiran. ¿Por qué mi madre es tan terca? Es una Laroux, claro que sí. La terquedad debería ser su segundo nombre.

—Arianne... —insiste papá —. Vámonos.

Nada, a mi madre le importa un reverendo rábano mi furia. No me teme, nunca me temerá. Es la única persona capaz de decirme las verdades en mi cara a pesar de que estoy muriéndome por dentro. Mamá no se reprime nada, ella es demasiado transparente.

Eso la hace muy distinta a mí.

—También estuve en el infierno como tú —Mamá me mira con pesar —. Me hundí miles de veces, pero logré regresar al cielo. ¿Sabes cuál es el secreto? Rodearte de las personas que amas, no alejarlos porque eso lo hace peor. No puedes perderte en la oscuridad, Allie.

Mis manos están temblando al igual que mis labios. El poco control se desmorona.

—Sal —repito —. Vete.

Mamá no está intimidada por mi actitud, mucho menos cuando las luces amenazan con estallar. El miedo jamás le impedirá actuar o decir lo que piensa.

—No es bueno que te reprimas o explotarás —continúa —. No tiene nada de malo que te apoyes en tu familia. Estamos aquí para ti, cielo. Te amamos.

La fuerza de mi energía es veloz cuando empuja a mi madre contra la puerta y la obliga a retroceder. Sus ojos verdes se abren de par en par, su cara llena de incredulidad. Papá tampoco oculta su asombro.

Es la primera vez que uso mis poderes en ellos.

Hoy tuve varias primeras veces.

Me pican los ojos, mi cuello arde como mis venas. Tengo muchas frustraciones que hierven a fuego lento por dentro, solo esperando que alguien me sacuda al igual que una lata de gaseosa y vea el caos que habita en mí.

Soy una bomba de tiempo.

Explotaré tarde o temprano.

—Váyanse —sollozo y agrego —: Por favor... ¡Váyanse!

Mi cerebro está volviéndose insensible, ni siquiera me importa lo que acabo de hacer. Necesito soledad y silencio.

Solo silencio.

Mi padre tiene que sujetar a mamá para evitar que ella caiga. El horror y la indignación muy notable en sus facciones. ¿Sigue creyendo que soy un ángel? Lastimé a la persona más importante de su vida.

Lastimé a mi propia madre.

A su bonita.

—Papá, por favor... —musito, el nudo en mi garganta es insoportable.

Él asiente sin soltar a mi madre. Un tic en su mandíbula se mueve.

—Estaremos cerca —Papá saca a mamá de mi habitación.

La puerta se cierra y ahogo mi cólera. La tristeza se desvanece mientras una intensa furia me supera. Esto es humillación en su máxima expresión, incluso violación. La siento en cada parte de mí como un virus defectuoso.

Sus huellas están en mi piel.

Me pongo de pie y voy hacia el espejo de mi armario. Tengo profundas ojeras y mi rostro está pálido. Luzco enferma, patética y frágil. Mi sangre druida no puede hacer mucho contra una toxina maligna.

Estoy sucia, contaminada.

Muerta. Vacía. Afectada. Ida.

Me siento derrotada emocionalmente y estoy agotada. Ya no quiero ser esta Allie.

No, no.

Rebusco en los cajones mis mejores maquillajes y retoco mi rostro con lo necesario. No soporto lucir de una manera tan enferma, odio saber que ella es la causante de mis lágrimas. La odio porque nunca quise darle nada de mí.

Ni siquiera mi tristeza.

Annie ronronea suavemente desde mi cama y me mira con ojos curiosos. Apuesto a que ella también siente lástima por mí. Ya no soy la misma de antes, he cambiado y seguiré cambiando. No para bien.

Todo el efecto ha sido malo.

—Sigues siendo la misma chica fuerte que conocí en su fiesta de cumpleaños —Ronan está apoyado contra el marco de la puerta —. Ahora te sientes vulnerable, perdida y frágil. Es normal, amor.

Guardo el labial en su lugar y me cruzo de brazos. La palabra «amor» me desarma, pero fingiré que no.

—¿Tú también vas a venir con el discurso de que soy fuerte y puedo con todo? —Frunzo los labios —. Estoy cansada de escuchar la misma mierda. Son simples palabras y es muy fácil de pronunciarlas. Nadie sabrá nunca cómo se siente ser yo.

Hoy no tengo ganas de contenerme, ni fingir que lo superaré. A la mierda. Estoy muy enojada y tengo derecho.

—¿Recuerdas que tenemos un lazo que nos une? —Ronan camina hacia mí y se detiene a centímetros de mi cara —. Tengo una idea exacta de cómo te sientes, entiendo mejor de lo que piensas.

La amargura se arrastra en mi corazón.

—¿Sabes cuál es la diferencia? —Hago un ademán hacia mi cuerpo —. Ella vive dentro de mí y controla mi cabeza. ¿Sucede lo mismo contigo? Mmm... no creo, cariño.

Las comisuras de su boca se levantan en una impresionante sonrisa.

—Acabas de usar la palabra.

Ruedo los ojos.

—¿Cariño?

Su proximidad le está haciendo cosas a mi sensible corazón. Huele muy bien, podría drogarme en su aroma.

—Sí. Me encanta cuando lo dices.

Le doy la espalda y vuelvo a mirar mi reflejo en el espejo. La depresión se ha ido, mis mejillas se tiñen de rosa. Ahí estoy nuevamente, mis cambios de ánimos apestan.

—¿Nuestro plan de visitar a tu madre sigue en pie?

Ronan asiente. ¿Pensó que me encerraría aquí todo el día y lloraría? No. Eso significaría darle otro triunfo a Catalina y yo soy una ganadora. Necesito sacar mi cabeza del fango y volver a ser la jugadora calculadora que soy.

Necesito que mi familia vea que no soy una mujer destrozada.

Soy una tormenta incontrolable.

—Claro. ¿Por qué no?

—Bien —contesto y me dirijo al armario para buscar un poco de ropa cómoda.

Nada pasó aquí, no me afectó el hecho de que no pueda tener lobitos. No me afectó que Logan vivirá en la Fortaleza y traté mal a mis padres. No me afectó nada.

—Mila se reservó algunos detalles —Ronan aclara su garganta —. No todo está perdido.

Obviamente él sabe lo que pasa por mi mente. Ya cada miembro de mi familia lo sabe y se pondrán de acuerdo para tratarme como si fuera una criatura frágil.

Esto es agobiante.

Me desnudo sin un gramo de decencia frente a Ronan. Escojo un pantalón ajustado negro, suéter verde oscuro. Estar en pijama manchada con mis lágrimas empeora mi penosa situación. Parezco la llorona. ¿Por qué mi familia no lloraría conmigo?

Deprimo a cualquiera, hasta a mi pequeña gata.

—Por favor, no hablemos sobre Mila o cualquier mierda relacionada a mi maldición —espeto y aparto el cabello de mi cara—. Harás que sea peor.

Ronan suspira.

—Lo que debo decirte no es malo.

Alzo los hombros con indiferencia. ¿Cambiará algo lo que diga? No creo.

—Ya no quiero escuchar, además aún debemos hablar —Mi voz se tambalea —. Lo de Catalina no es el único asunto importante.

Las manos de Ronan se tensan en mis hombros.

—¿Cómo tu ex novio? Sé que estará aquí en unas horas.

Jodido sabelotodo. Por supuesto que ya está al tanto del asunto. Mientras yo escalo la montaña, Ronan está en la cima.

—Eh... sí —balbuceo —. Mi tío Ashton y Raven irán por él.

Mantiene su rostro indiferente. ¿Qué pasa por esa cabeza? Su mente es una hoja en blanco.

—Lo sé.

Trago saliva.

—¿Y no te afecta?

Ronan se acerca a Annie y toca la cabeza de mi adorable gata. Ella está encantada con la muestra de afecto. La tengo muy abandonada, mi pobre bebé. Mamá se encarga de alimentarla por mí.

—Quiero hablar contigo, lejos de tu familia —masculla Ronan —. No aquí.

Entiendo totalmente sus deseos de privacidad. Nadie en esta casa es discreto, ellos sabrán con detalles cualquier palabra de nuestra conversación. Además, hablaremos sobre Logan. Será más incómodo para Ronan.

—De acuerdo —musito.

Ronan regresa a mí y examina atentamente mi rostro sonrojado. Su dedo traza mi labio húmedo, su cabeza se inclina, cierra los ojos y traga. El movimiento agita su nuez de Adán. Su colonia me deja embelesada.

—No todo está perdido cuando se trata de ti —dice —. Ten eso presente, Allison.

Presiona su frente contra la mía, ambos suspiramos al unísono.

—Espérame en el garaje —pido.

—Te veo luego.

Observo mi reflejo durante mucho tiempo cuando abandona la habitación. Mis ojos se ven vacíos. Mi respiración está agitada, mi pecho sube y baja.

—Imagino que estás muy feliz —Le hablo a mi reflejo, el color de mis ojos ha cambiado a rojo —. Veremos hasta cuándo durará tu felicidad. Pronto será mi turno de consumirte completamente, Catalina. Este juego recién ha empezado, no cantes victoria porque jamás ganarás.

💚

Ronan.

Ubico el amuleto alrededor de mi cuello y guardo en la mochila los objetos necesarios: mi cámara, el celular que no he usado en días y el diario de mamá. Tengo intenciones de leerlo hoy mismo, no importa lo que encuentre en él.

Ya no puedo postergar un momento tan importante.

Sé que cuando descubra mis verdaderos orígenes, seré capaz de ayudar a Allison sin ninguna barrera. No tengo intenciones de continuar en la ignorancia. Quiero ayudarla a cualquier costo, no me interesa recurrir a lo más bajo.

No permitiré que vuelva a derramar ni una sola lágrima por culpa de esa bruja. Ahora está perdida, pero la ayudaré a encontrarse de nuevo. También a reconstruir y recuperar lo que Catalina le robó. Luego le daré todo lo que se merece.

Voy a demostrarle que Catalina está muy equivocada sobre mí. No soy el malo en esta historia, me niego a aceptarlo. La diosa luna nos unió por una razón poderosa, no creeré lo contrario.

Ambos nos necesitamos.

Somos muy buenos juntos.

Catalina no destruirá lo que hemos construido. La noticia de que es estéril la ha destrozado, pero pronto sabrá que ella no está contaminada completamente. Aún hay posibilidades. ¿Respecto a Logan? Mi inseguridad no se ha ido, pero debo confiar más en Allison. Ella me demostró de muchas maneras que desea estar conmigo.

Logan forma parte de su pasado, me toca superarlo de una vez.

Pongo la mochila sobre uno de mis hombros y abandono la habitación para encontrarme con Allison. Hoy será un largo día. Llamaré al hospital porque iremos en la tarde, antes leeré el diario.

—Miren quién está ahí —Se burla Asa al verme bajar las escaleras —. El borrachito de la Fortaleza.

¿Desde cuándo el rarito hace bromas? El resto de los hombres que se encuentran en la sala sonríen burlonamente. Intenté evitar esta embarazosa situación cuando no me presenté en el desayuno. Mis súplicas fueron ignoradas por los mismísimos dioses.

—¡Ronnie! —Ellie me ve como si fuese un payaso infantil —. Debo decirte que cantas muy bien cuando estás ebrio, incluso igual que Freddie Mercury.

¿Qué tan vergonzoso fue mi papel de borracho? Uh, ni deseo recordarlo.

—No ofendas a un dios como Freddie de esta manera —bufa Melissa —. Él se sentiría muy ofendido desde su tumba. Ronan parece un gallo a punto de ser sacrificado cuando canta.

—Estuvo buena —La felicita Asa.

Caray. ¿Tan mal lo hice? La ronda de risas trae más calor a mis mejillas.

—Yo... quiero disculparme por lo sucedido anoche —Mi cara nunca estuvo tan roja como ahora —. Me pasé con las copas y no estuvo bien de mi parte. Lamento si llegué a incomodarlos.

Melody se ríe con su esposo.

—Eres un borracho muy tierno —me dice.

Roy sacude la mano.

—Hombre, descuida —espeta —. No fue una molestia, fue sumamente gracioso.

Mi vergüenza es cada vez mayor. Debí saltar por la ventana, cualquier cosa que me salve de las burlas. Nunca más voy a beber hasta perder el conocimiento, lección aprendida. El alcohol tampoco le cayó bien a mi estómago y trajo un episodio en mi vida que detesto.

Malditas parálisis de sueños. Las voces me hacen estremecer, sus burlas en mi cara. Los fantasmas de mi pasado regresaron a atormentarme y yo no podía moverme.

—No volverá a repetirse —prometo —. Hablo en serio.

Andrew Karlsson no reprime su carcajada.

—Relájate, vimos cosas peores e incómodas.

—¿Cómo la vez que te desmayaste cuando revivieron a Josh o viste un demonio? —agrega Axel —. Hermano, eso fue inolvidable.

El pequeño Adam ríe en el regazo de su padre. Hasta el niño encuentra divertida la situación menos yo.

—No me jodas, Axel. Tú también te cagaste cuando viste a Meredith.

¿Eh? Esta familia es un caso turbio, pero chistoso. Acepto que me río bastante con ellos y disfruto mi estadía en la Fortaleza. No tengo ni la más mínima ganas de regresar a mi tenebrosa casa. No extraño a mi padre, Georgie, menos el sótano. Solo a mamá y a mis amadas mascotas.

—Ustedes nunca van a cambiar —suspira la señora Emmie —. Siguen siendo los mismos infantiles de siempre.

Arianne aplaude y la sala se queda inmediatamente en silencio. La mujer resuma una autoridad que cualquiera respeta.

—El próximo que diga algo más sobre Ronan, tendrá mi puño en su cara —amenaza.

Sonrío, Axel y Andrew ya no sonríen. El chupete de Amy cae al suelo.

—Gracias, Arianne.

Me guiña un ojo.

—Descuida, tú también eres mi protegido.

Los zapatos de Allison contra las escaleras de mármol interrumpen las bromas de mal gusto.

La he visto arreglarse en su habitación, pero ahora luce espectacular. Ella actúa como si nada hubiera pasado. Es un ave de fénix que resurgió de las cenizas. Estoy sin palabras, mi boca se seca. Belleza, elegancia, sensualidad. Todo en un mismo paquete.

Es una magnifica imagen de la perfección.

Su oscuro lápiz de labios rojo sangre acentúa sus grandes labios. He probado tantas veces esa boca y me he vuelto adicto. Sus ojos verdes son amplios, sin rastro alguno de las lágrimas que derramó hace minutos. Esta es la Allison Karlsson que conozco. Un oponente digno en este juego que llamamos destino y vida.

Es mi chica, mi compañera en esta misión.

—Ronan y yo estaremos fuera todo el día —informa ella —. No se preocupen por nosotros.

Nadie contradice. Genial.

—¿Llevas tu celular? —pregunta Arianne.

—No —responde Allie.

Aclaro mi garganta.

—Yo sí —Le sonrío a Arianne —. Raven, Melissa y Ellie tienen mi número. Avisaré cualquier cosa.

Mi suegra me da una sonrisa agradecida.

—Gracias, Ronan. Tengan una buena tarde.

Eso espero, ya esta mañana fue una mierda.

Allison entrelaza su mano con la mía y juntos abandonamos la sala. Ella camina como si portara una corona y no quiere que se caiga. Sus hombros están encorvados, espalda recta y expresión dura.

Asher y Aden están jugando al básquet cuando pasamos por el patio. El hermano de Allie ríe mientras su padre le enseña cómo lanzar el balón. Me alegra verlo sonreír, fantasmas como Mary son capaces de borrarles la sonrisa a cualquiera.

—Iremos a la biblioteca del pueblo —Allie observa a su padre —. Llegaremos tarde.

Asher la evalúa de pies a cabeza, frunciendo el ceño. No cree que su hija se encuentre maravillosamente bien. Yo también estoy sorprendido de su fuerza, esta chica es de acero.

—¿Segura?

Allie revuelve el cabello de su hermanito y besa su mejilla.

—Más que segura, recuerda lo que hablamos esta mañana —musita —. Diviértete también, papá.

Se dirige al garaje mientras yo permanezco de pie y me rasco la nuca. Allison es impredecible. Cuando pienso que va a derrumbarse, ella se levanta dispuesta a todo.

—Voy a cuidarla —Le aseguro a Asher —. No tienes que angustiarte por ella, está a salvo conmigo.

Él no deja de mirar hacia la dirección por donde desapareció su hija.

—Gracias, Ronan. Sé que así será.

—¿Seguimos? —pregunta Aden, ilusionado. Asher asiente con una sonrisa —. ¡Voy a ganarte, papá!

—¿Cuánto quieres apostar? ¡Tengo cien dólares!

Me reúno con Allie en el garaje. La Bugatti está encendida, lista para partir. El modo descapotable se encuentra activado así que lanzo mi mochila en el asiento antes de sentarme. Allie tiene las manos en el volante.

—Sube —indica —. ¿A dónde iremos?

Cierro la puerta y después me pongo el cinturón de seguridad.

—Primero pasemos por la biblioteca de mi madre —murmuro —. Quiero leer el diario en silencio y privado.

Eleva su ceja.

—Bien.

Toca la palanca de cambios y nos saca del garaje. Asher nos observa irnos mientras abandonamos la Fortaleza. Sé que vive preocupado por su hija, pero debe tener en cuenta que no puede proteger a Allison siempre.

No con esa amenaza en su hija, sucederán cosas que no podrá evitar.

Un escalofrío de inquietud me recorre la espina dorsal cuando recuerdo mi conversación con los padres de Allie. Mi pobre chica no sabe muchas de las cosas viles que ha hecho Catalina. Entiendo que sea un secreto.

Ella se sentirá muy culpable si se entera.

—¿Qué tal si comemos en el restaurante de Rodrick y Bea? —inquiere —. Te hará bien verlos, pasas mucho tiempo en la Fortaleza.

Sonrío, piensa en mí a pesar de tener millones de problemas.

—Se me antoja una pizza caliente —murmuro —. Y una Pepsi.

Allie me mira un segundo.

—A mí también —Luego añade —: Vegana, por supuesto.

Agito la cabeza sin dejar de reír. La aclaración no podía faltar.

—De acuerdo, la comida de ellos jamás decepciona.

—Yo tuve el placer de comprobarlo —expresa —. ¿Qué hiciste ayer? Desapareciste durante horas.

¿Quiere explicaciones? Mmm sí, pero no las tendrá. No voy a decirle que fui a mi casa por un retrato, muchos menos sabrá que vi a Georgie. Allie está muy agobiada, aunque intenta fingir que nada le afecta.

—Pasé el día con mi madre —respondo —. El médico me puso al tanto de sus tratamientos.

—Oh —dice —. ¿Ella estará bien?

Mi corazón se comprime.

—No tengo idea —admito —. Ni siquiera mis dones me prepararon para esto.

Allie toca mi muslo.

—Lo siento, cariño.

Cinco minutos después, detiene la Bugatti frente a la biblioteca de mi madre. Rebusco las llaves en mi bolsillo e ingresamos. El polvo me incómoda un poquito y pienso en llamar nuevamente a Debby. Este lugar necesita mantenimiento, mi madre lo ama. No le gustaría verlo así.

Cierro la puerta, toco el interruptor y las luces se encienden. Mi sonrisa viene fácilmente al ver tantos libros. Allie mira maravillada. Tenemos en común nuestro amor hacia los libros.

—¿Por qué quieres leerlo solo en mi presencia? —cuestiona Allie —. ¿Hará alguna diferencia?

Dejo la mochila sobre la mesa y busco el diario. Mis manos impacientes tocan la tapa y me tenso. Siento la oscuridad en mis palmas, la tensión formándose como espirales en mi columna. En estas páginas viejas encontraré los secretos más oscuros de la familia Dumont.

—Hará toda la diferencia —aseguro —. Somos más fuertes cuando estamos juntos y el dolor es menos. El contenido de este diario me destrozará y no quiero hacerlo solo.

Allie se sienta sobre la mesa y muerde su labio.

—Creí que era una excusa para estar a solas conmigo.

Regreso el diario en la mochila para acariciar sus piernas.

—Bueno, eso también —acepto—. Parece que pasó una eternidad desde que estuvimos juntos.

Recorre la punta de su dedo por mi cuello y escalofríos de placer me recorren. Es como si su dedo estuviera cubierto de plumas, la deseo tanto.

—¿Me extrañas? —inquiere con una sonrisa inocente.

—¿Esa pregunta es necesaria? Estoy hambriento por ti, Allison.

Agarro su rostro con ambas manos y la beso. No soy tímido en absoluto, domino sus deliciosos labios y sumerjo mi lengua en su boca. Disfruto su sabor, gimiendo en puro éxtasis.

—Ronan...

El aire me abandona, mi cerebro no piensa en otra cosa que no sea su boca y la beso más fuerte. Pequeñas manos se curvan en el cuello de mi camisa mientras me devuelve el beso con la misma intensidad. Nuestros labios hacen ruidos cuando chocan y sonrío como un tonto.

La extrañé mucho.

Sus piernas se envuelven alrededor de mi cintura, sus senos se frotan contra mi pecho. Sabe cómo el cielo, el mismísimo paraíso. Mi Allie.

—Espera... —me aparta un segundo y ríe con las mejillas encendidas —. Estamos aquí para otra cosa —Señala el diario.

Suelto un gemido frustrado y paso una mano por mi cabello. Tiene razón, pero quiero mucho más. A ella, cada parte de su cuerpo.

—Tú tienes la culpa —Arrastro mi mirada a través de sus labios y luego miro sus profundos ojos verdes —. Me tientas con un par de palabras.

Su boca se levanta en una sonrisa.

—Y tú eres muy débil cuando se trata de mí.

Toco los botones de su suéter verde.

—No voy a fingir que no es así.

Niega con la cabeza y saca mi cámara de la mochila.

—¿Será necesaria?

Recuerdo que le saqué una fotografía a mi casa. Me pregunto si encontraré alguna sorpresa.

—Muy necesaria. Esta cosa... —Trato de controlar mi respiración y el bulto que empezó a formarse en mis pantalones —. Capturó cosas de mi casa que no puedo ver, mamá me lo regaló por una razón.

Allie arregla su cabello alborotado.

—El diario y ahora la cámara —Eleva una ceja —. ¿No crees que tu madre estuvo preparándote?

Froto mi mandíbula.

—Yo pienso que toda mi vida quiso protegerme.

—¿De qué o quién?

Dudo mientras mi mente conmemora mi encuentro con Georgie la noche anterior, sus palabras.

—¿Y qué soy?

—Ya lo sabes, pero no quieres admitirlo.

La tensión se siente sofocante en la biblioteca. ¿Qué mierda no sé? Me frustra no descubrir el rompecabezas.

—Espero descubrir los misterios hoy mismo —murmuro.

—¿Tienes miedo?

Cierro los ojos un segundo.

—Un poco.

La mano de Allison toca mi pecho.

—Estoy aquí. ¿Por dónde quieres empezar?

Esa es la cuestión. Hay tanto para explorar, páginas del diario que leer.

—¿Qué tal si rompemos esta tensión? —pregunto —. Quiero relajarme.

Sus ojos parpadean con sospecha.

—¿Cómo?

Llevo mi cámara hacia su rostro y capturo su belleza.

—Déjame apreciarte.

El fondo es simple con muchos libros y paredes cubierta de telarañas. ¿Es espectacular? No, pero me da igual. Allison es el único arte que me interesa. Ella hace que cualquier lugar luzca mejor que Venecia.

Levanto de nuevo la cámara y enfoco, antes de presionar el obturador.

—Ronan, hoy no me esmeré con mi ropa. ¿Me has visto?

¿Habla en serio? La veo perfectamente bien.

—De hecho, tú no necesitas ninguna ropa para lucir perfecta —Hago una pausa para revisar la foto. Es improvisada, pero se ve preciosa —. Quédate ahí, sobre la mesa.

Allie intenta arreglar los mechones sueltos de su cabello. Tomo unas cuantas fotos más, acercándome y luego retrocediendo. Me muevo a un lado y sigo fotografiándola. No quiero perderme ningún ángulo. Mi novia es perfecta.

—¿No crees que es suficiente? —cuestiona —. ¿Qué harás con tantas fotos? Cualquiera creerá que estás obsesionado conmigo.

Sonrío y recuerdo la colección que Georgie destrozó en mi casa. Fueron años de dedicación y esa niña arruinó todo en un minuto.

—Cubriré las paredes de mi habitación y el techo con ellas —respondo —. Serán como las estrellas y voy a contemplarlas todas las noches.

Una sonrisa ilumina su rostro.

—Eres muy bueno con las palabras. ¿Alguna vez te lo dijeron?

—No, tú eres la única.

Hago una observación de las fotos que capturé, deteniéndome en una donde sus pechos se agitan. Los botones de su suéter ruegan ser arrancados. Allie aguanta la respiración porque escuchó mis sucios pensamientos.

No puedo controlarlos cuando estoy excitado.

—Deberías quitarte ese suéter —mascullo —. Hace calor aquí.

Sus dedos van a los tres primeros botones y trago saliva.

—Pensé que tú podrías quitármelo —coquetea.

Mierda... Una sonrisa se extiende por mis labios como si fuera la mañana de Navidad.

—Lo haré —aseguro —. Te quitaré todo hasta que quedes desnuda y solo para mí.

Hay un brillo perverso en sus ojos cuando me acerco y la ayudo con su suéter. Tiro la tela en una esquina y observo sus pechos cubiertos por una sensual lencería. Mi sangre se calienta, mi erección suplica atención.

—La forma en que me miras... —balbucea.

Aclaro mi garganta.

—¿Qué?

—Haces que me sienta la chica más hermosa del mundo.

—Es porque lo eres. Me vuelve loco cada parte de ti.

Clic, clic.

Capturo más imágenes de mi novia en sujetador. Allison se remueve en la mesa, haciendo poses sensuales. Estas fantásticas sesiones ganarían cualquier concurso de fotografía. El retrato de Allie merece estar en los mejores museos.

Su belleza debe ser apreciada por cada habitante de este mundo. Ella interpreta muy bien el papel de tímida, sensual, dulce, cautivadora. Ella es... fascinante.

—¿Desea algo más, señor Dumont?

Mi ritmo cardiaco se dispara mientras la veo jugar con el cierre de su pantalón. Esa prenda tiene que irse también.

—Quítate el sujetador —ordeno. Mi voz es ronca —. También la ropa, te quiero desnuda.

La mirada de Allie permanece en mí. Después de un segundo, decide quitarse el sujetador sin objeciones. Todo el aliento sale de mis pulmones ante la vista de sus pechos desnudos, sus pezones endureciéndose, su cabello negro cayendo como la seda.

—Carajo —muerdo mis nudillos y dejo a un lado mi cámara —. Jamás voy a superarte.

Ella agita sus largas pestañas.

—Esa es la idea, cariño.

¿Quiere matarme? Definitivamente.

Termino la distancia entre nosotros y la beso desesperadamente. Ella jadea, su cuerpo suave se presiona contra mí, sus dedos se enredan en mi pelo. Sus senos se frotan en mi pecho y puedo sentir sus pezones a través de mi camisa. Mi cabeza da vueltas con la sensación y el sabor de ella.

—Te necesito dentro de mí —suplica.

Nuestras bocas nunca se apartan.

—Soy todo tuyo, hermosa.

Sus manos descienden por mi estómago y luego caen en mi erección. El calor de su contacto quema mi piel. Retrocedo un paso para darle espacio y ella desabrocha la cremallera de mi pantalón. Tira de él hacia abajo y sigue mi ajustado bóxer gris.

—Maldición —me quejo.

Cuando cierra su mano alrededor de mi erección, mi cabeza casi explota. Primero me acaricia lento, despacio, con mucho cuidado. El primer apretón tiene seca mi boca. Está torturándome, no aguanto más.

—Espera —Me quito la camisa y la coloco en el suelo —. Déjame tocarte también.

Recorro mi mano por su cuerpo y trabajo en la última prenda. Ella me ayuda con su pantalón y ropa interior. Cuando ambos estamos desnudos, mis palmas rozan sus costillas, luego se deslizan hasta su trasero. La levanto y gimo cuando ella extiende sus piernas para permitirme estar donde ambos sabemos.

—Te quiero ahora —protesta.

—Shhh... te daré lo que quieres.

Su espalda choca contra el estante de libros y ataco su boca con la mía. Mi pulgar toca el costado de su cuello, deleitándome por forma en que su pulso se vuelve frenético bajo mis caricias. Su gemido es necesitado, una dulce suplica que la haga mía de una vez.

Esta chica será mi muerte.

—Eres mi religión favorita, Allison Karlsson—susurro, mis dientes chupan su labio, luego su mentón —. Quiero adorarte cada segundo de mi vida.

Gime, mis palabras la envían al límite. Está jadeando, retorciéndose de placer. Empuja sus pechos hacia mi cara y tomo la oferta de chuparlos en mi boca. Mis pulgares tocan sus pezones y mi lengua lame cada parte. Escuchar sus gemidos me hace sentir tan satisfecho.

—No seas amable —suplica —. Hoy no, Ronan. Hoy no.

Aparto mis labios de sus pechos para observarla atentamente. Sé lo que quiere, ella desea olvidar las dolorosas revelaciones de hoy. Quiere perderse en mí y yo voy a complacerla. Ni siquiera recordará a Catalina o cualquier otra mierda.

Solo me tendrá presente a mí.

—Tú lo pediste.

Mis manos exploran su clítoris y lo masajeo mientras introduzco mi lengua de nuevo en su boca. Allie gime contra mis labios, pero pronto la escucho gritar cuando entro en ella. Mi empuje es rápido y tan violento que hace caer los libros del estante junto a nosotros.

Carajo.

—Oh, dio... —Pongo mi dedo sobre sus labios hinchados.

—Hoy solo dirás mi nombre. ¿De acuerdo?

Sus ojos se entrecierran mientras me mira.

—Me encanta que seas dominante.

Salgo un momento y luego entro de nuevo. Ella es tan intoxicante que no logro controlar mis gruñidos de placer. Nos besamos ansiosamente mientras me muevo. Sus uñas rasgan la piel de mis brazos, su espalda se arquea y me sigue el ritmo.

Allison Karlsson es... alucinante, la mejor droga que he probado en toda mi vida. Aparto mis labios de ella para contemplar los gestos que hace con cada uno de mis empujes. Su piel brilla por el sudor, su cabello oscuro está en todas partes y su boca abierta por los jadeos.

—¿Dónde está mi cámara? —pregunto con la voz rasposa —. Esta imagen vale millones.

Sus manos aprietan mi trasero para atraerme más cerca de ella, mis músculos se tensan. Siento un picor en mi espalda, ella rasguñó mi piel como una salvaje.

—Cállate y fóllame, cariño.

Jesucristo. Acaba de usar la palabra más sucia y que me condenen en el infierno, pero eso sonó tan sexy. Sostengo sus piernas alrededor de mis caderas y muerdo sus pezones. Ella se remueve en mis brazos, cada movimiento de su cuerpo coincide con mis empujes.

Esta chica me está haciendo pedazos: el sabor de sus labios, la sensación de ella a mi alrededor, la mirada en sus ojos verdes cuando se pierde por completo.

—Ronan... —gimotea —. Yo... oh...

Empujando dentro de ella y mi lengua enredada con la suya, trabajo en nuestro placer más rápido. No pienso en nada excepto darnos a los dos lo que deseamos. Sus piernas se aprietan alrededor de mi cintura, sus pechos rebotan y mis ojos ven borroso cuando sus dientes muerden mi cuello.

—Mierda... —maldigo con un gruñido y mis puños golpean el estante detrás de su espalda. Estoy empezando a perderme, dudo que soporte un segundo más. Allison lame mi cuello antes de observarme con una maliciosa sonrisa.

—Sabes muy bien.

Le quito el pelo de la cara y beso su frente.

—No tanto como tú—Su cabeza cae hacia el estante, sus manos vuelan a su boca para tratar de reprimir los gritos desquiciados, pero me niego a que se controle. No me va a privar del sonido más hermoso y sexy —. Quiero escucharte, Allison. No te contengas.

La estoy llevando al precipicio. Enrollo mi puño en su cabello y tiro, obligándola a mirarme. Su cuerpo se relaja y luego tiembla mientras suelta un grito cargado de placer. Apuesto a que todos en el pueblo escucharon, pero no me importa. El orgasmo la golpea y causa un efecto dominó con el mío.

Empujo dos veces más antes de parar y culminar en su interior. Esto es algo de otro mundo. Jamás me sentí vivo y drogado al mismo tiempo.

—Ronan.

Alejándome, miro fijamente sus ojos verdes. Su rostro melancólico destella solo satisfacción. Mmm... la dejé saciada.

—Allison.

No me molesto en salir. Los dos respiramos pesadamente y se aferra a mí como si nunca quisiera soltarme.

—¿Acaso tendremos suficiente? —pregunta —. Cada vez se siente mejor que la anterior.

Recojo su cuerpo en mis brazos y me muevo para depositarnos en el gran sofá de la biblioteca. Hay varios libros tirados en el suelo, pero ya los recogeré después. Ahora solo deseo sentirla. Nos acurrucamos muy pegados, su cabeza en mi pecho desnudo.

—Tendremos toda una eternidad para descubrirlo —susurro. Mi voz sigue ronca por la emoción.

Estoy extasiado y agotado.

—Extrañaba esto —murmura en mis brazos.

Me río.

—No debimos desperdiciar el tiempo peleándonos.

Allie levanta la cabeza de mi pecho.

—¿Debo recordarte quien empezó con esto?

—Tú me seguiste la corriente.

—¿Y qué esperabas? —bufa —. ¿Qué me arrastre a ti y suplique por tu atención?

—No se trata de eso.

—¿Entonces de qué?

Enredo un mechón de su cabello entre mis dedos.

—Quiero ser ese refugio que siempre buscas cuando estés perdida. No huyas de mí, Allison.

Una pequeña sonrisa de felicidad cubre sus labios.

—Tú también huyes de mí, Ronan.

—Lo hice una sola vez, pero entendí que estar lejos de ti es doloroso.

—Aprendimos la lección —musita —. A partir de hoy iremos directo a la reconciliación.

Mi mano baja hasta su calor y lo froto. Ella sigue sensible, pero todavía dispuesta. Esta chica es insaciable.

—Maravillosa jugada, hermosa.

💚

Raven.

Mi padre conduce hacia el pequeño aeropuerto de New Hope. El vuelo de Logan llegó hace minutos y tendremos que recogerlo. Somos los únicos a quienes conoce. ¿En qué lío me he metido? No quisiera estar en el lugar de Allie.

Vivirá en el mismo lugar de dos chicos que están locamente enamorados de ella. ¿Habrá tensión? Muchísima, sospecho que también peleas. Ronan no es feliz con la noticia. ¿Y quién lo estaría en su lugar? Nadie.

Logan vino al pueblo para darnos con más detalles la noticia, su propia familia atentó contra él, pero se arriesgó por Allison. Él la ama incondicionalmente. No tiene malas intenciones, solo amor para ofrecerle a alguien que ya no lo quiere. Me hace sentir mal imaginar su expresión cuando vea a la chica que adora con otro.

Auch, tampoco deseo estar en el lugar de Logan.

—Ava está más misteriosa de lo normal —comenta mi padre —. Pasa mucho tiempo meditando y encendió algunas velas. ¿Sabes qué le sucede? Estoy un poco nervioso.

Bebo mi refresco de naranja mientras veo pasar las calles. Hoy ha sido un día lleno de revelaciones y dramas. La noticia que Mila le dio a Allison fue dolorosa. ¿Cuánto más soportará mi prima? Ella es muy valiente, yo no podría levantarme fácilmente.

—Invocaremos a un fantasma pronto —contesto con simpleza —. Las velas son una señal de respeto y muestra de confianza. Quiere que Mirabella confíe en ella.

Mi padre suelta una exhalación brusca.

—¿Invocarán a un espíritu?

—Sí —Me relajo en el asiento del auto —. El señor de las sombras sabe ocultarse muy bien en la oscuridad. La madre de Ronan no compartirá información y las cámaras que instalaron en el bosque tampoco fueron de mucha ayuda. Alguien que vivió lo peor en esa casa será la mejor opción.

Mi padre me observa intrigado.

—Soporté los episodios paranormales de tu madre desde que la conozco —Niega con la cabeza —. Ahora lo viviré con mis hijos.

Aww. Amo a este hombre.

—Nos amas de cualquier forma —Apoyo mi cabeza en su brazo mientras él conduce —. Estos dones fueron cedidos a nosotros porque lo usaremos de la manera más adecuada. Somos los guardianes de New Hope. Estamos destinados a proteger el pueblo de cualquier amenaza sin importar lo que pase.

Papá toca mi cabeza con cariño.

—A veces quisiera ser lo suficientemente valiente y largarme con mi familia —admite —. Estoy aterrado de que algo malo les suceda.

Mi corazón da un vuelco.

—Tenemos a los dioses de nuestro lado —musito —. Además, todos debemos cumplir un deber en este pueblo. ¿Cómo va tu campaña para las elecciones? ¿El contrincante es duro?

Mi padre va a postularse para ser el nuevo alcalde de New Hope. Mi abuelo estuvo en el puesto durante décadas y llegó la hora de jubilarse. La gente empezó a cuestionar muchas de sus decisiones y las sospechas son incontrolables.

—Hay cinco partidos, pero confío en que lideraremos muy bien —asegura con una sonrisa —. Nuestra imagen se ha mantenido intacta y tu madre prometió ayudarme.

—Mamá será la primera dama.

—El título le queda muy bien —murmura.

—Ambos harán que el pueblo sea aún mejor.

—Eso espero.

No puedo dejar de sonreír.

—Te amo tanto, papá.

—Y yo a ti, Raven.

Cinco minutos después, estamos expectantes dentro del aeropuerto y sostengo un cartel con su nombre. ¿Nerviosa? Claramente. Agradezco que Allison no me odie, mucho menos esté enojada. Soy la responsable de que su ex vivirá en la Fortaleza a partir de hoy hasta que el caos pare. No era asunto mío, pero me vi obligada a involucrarme.

El secreto de la familia está en peligro. Los Michaels quieren a Allison como sacrificio para alimentar al dios que adoran. Mi prima es oscuridad, alguien irresistible para esta "deidad".

—¿Qué sabes de él? —pregunta mi padre mientras entramos al aeropuerto.

—Tiene dieciocho años, viene de una familia muy adinerada y estudia derecho —manifiesto, sincera —. No es una mala persona, solo cometió el error de enamorarse de alguien prohibida. Allison jamás podrá corresponderle.

—Siento lástima por el chico —dice papá.

—Yo también.

El pequeño aeropuerto de New Hope no es la gran cosa, pero eso no impide que haya muchas personas en la zona. Mis ojos rastrean en busca de cierto rubio y levanto mi cartel con el título "Logan Michaels"

Hay un movimiento en mi visión periférica, luego alguien toca mi hombro y me volteo. Soy golpeada por su aroma masculino, loción de hombre y crema de afeitar.

—¿Raven Karlsson?

Mi boca se seca cuando examino al rubio frente a mí. Cabello dorado, ojos azules y una amable sonrisa me dan la bienvenida. Es increíblemente apuesto, no lo niego. Allison tiene buenos gustos.

—La misma —digo —. Hola, Logan.

Me quedo congelada cuando sus brazos me envuelven. Papá está igual de confundido que yo mientras observa el intercambio de afecto inesperado.

—Es un placer conocerte en persona —sonríe Logan, apartándose —. Prometí abrazarte, ¿lo olvidaste?

Es lindo, sin dudas. Hago un esfuerzo para sonreír.

—Claro que no, también es un gusto verte. ¿Estás bien?

Me da un asentimiento.

—Asustado, pero bien. Estoy agradecido con el señor Brent —Sus ojos miran a mi padre —. Soy Logan Michaels —Se presenta.

Papá acepta la mano que ofrece y lo sacude brevemente.

—Ashton Karlsson, es un gusto conocerte.

—Supongo que en la familia están muy confundidos y lo comprendo. Soy un desconocido.

Carraspeo.

—Un desconocido que sabe nuestro secreto.

—Sí, pero está a salvo conmigo —promete —. Lo que menos deseo hacer es perjudicarlos. Miren, no es mi intención arriesgarlos ni incomodar a nadie. No me sentía seguro enviando la información por correo, mis padres tienen contacto en casi todo Canadá. Ellos sabrían de mis intenciones.

—Vamos a darte un voto —masculla papá —. Tendrás la oportunidad de explicar muy bien que está pasando.

La cara de Logan se relaja con puro alivio.

—Gracias, señor Karlsson.

Mi padre lo ayuda con su maleta. No es grande, ni pequeño. El tamaño perfecto. Rogaré para que su estadía en la Fortaleza no sea eterna. Me preocupa que complique la relación de Allie con Ronan. Ambos no están en un buen momento.

—Necesitas saber algo sobre Allison —murmuro. Los ojos azules de Logan me observan con cautela.

Mi padre finge que no oyó nada y se adelanta hacia la salida. Gracias, papá.

—¿Qué puede ser esta vez? Ya me has dicho tantas cosas, Raven —sonríe, nervioso.

No encuentro el valor de observarlo.

—Ella está con alguien más —respondo con pena.

💚

Allie.

Mi cuerpo sigue agitado, mis labios duelen por las veces que Ronan y yo nos besamos. Pasamos las últimas dos horas teniendo sexo en cada parte de la biblioteca. No estoy cansada, pero él sí. Me veo en la obligación de recordar que es humano, su fuerza no es la misma que la mía.

—Me gustan mucho tus fotos —comenta él —. No era una broma, ¿sabes?

Mi cabeza está oculta en el hueco de su cuello, uno de sus brazos me rodea. Mi plan de olvidar esta mierda de día funcionó perfectamente. Ronan es el único ser existente en mi mundo.

—¿Qué cosa?

—Decorar el techo de mi habitación con tus fotos —murmura —. Eso sucederá cuando tengamos nuestra propia casa. No lo haría en la Fortaleza.

Mi pecho se siente ligero por su comentario. Él es tan lindo.

—La Fortaleza es nuestra casa —Le recuerdo.

Ronan recorre mi espalda desnuda con su mano.

—No es lo mismo.

—¿Entonces...?

Se encoge de hombros y continúa su exploración en las fotografías que tomó.

—Algún día tendremos un espacio solo para los dos. ¿No te gustaría eso?

Vivimos más que los humanos y no me agrada la idea de dejar a mi familia, pero entiendo lo que trata de decir. Somos una pareja, merecemos privacidad.

—Claro que me encantaría.

—Te veo presente en mi futuro, Allison —sonríe.

Una punzada de tristeza me recorre y me incorporo en el sofá.

—No tendremos hijos —susurro con dolor.

Ronan suspira.

—Tengo casi veinte y tú dieciocho. ¿No es muy rápido pensar en esa opción?

Cubro mis pechos con los brazos y me estremezco de dolor. Mi poca felicidad acaba de evaporarse y recuerdo las palabras de Mila.

—Esa opción está descartada de cualquier forma —musito.

—Amor... —Ronan hace una pausa y me lleva a su pecho —. Te dije que nada está perdido y no quisiste escucharme.

Frunzo el ceño.

—¿De qué hablas?

—Tu cuerpo está invadido por el veneno de Catalina, pero estará limpia cuando ella desaparezca. Llevará su tiempo, sí, pero eres druida. Vas a sanar, el cambio de forma ayudará.

La emoción se propaga en mi pecho, pero me obligo a mantener la calma. No voy a ilusionarme, no tendré esperanzas que serán destruidas.

—¿Estás seguro?

Arruga la nariz, ofendido por mis dudas.

—Por supuesto que sí —afirma con una sonrisa —. ¿Olvidas con quien hablas?

Beso su cuello y él está riéndose. Su sonrisa es real e impresionante. Se me sale el corazón del pecho. Ronan me tiene tan tonta.

—Me puse dramática con el tema de los bebés —admito, avergonzada —. Somos jóvenes para pensar en eso. No es tan importante cuando tenemos problemas mayores.

—Tranquila, no tiene nada de malo que te preocupes por eso. Me siento halagado de que desees tener bebés conmigo.

Trato de golpearlo en el pecho, pero Ronan sostiene mi mano y besa mis dedos.

—Haces que me sienta ridícula.

—Nah, eres hermosa —Sus ojos marrones tienen un brillo jovial que me encanta —. Me prometí a mí mismo que la mataría por ti, Allison. Voy a sacarla de tu cuerpo.

Trago el nudo que se ha formado en mi garganta.

—No es tu obligación.

—Claro que sí, fui creado para protegerte así como tú a mí —Le echa otro vistazo a la cámara —. Seré más fuerte cuando descubra quien soy.

Los vellos de mi brazo se erizan como si viniera una tormenta. Puedo sentir la carga en el aire cuando Ronan se queda mudo y suelta la cámara. El objeto cae al suelo.

—¿Pasa algo? —pregunto —. ¿Ronan?

Está pálido, el color se drena de su rostro. Cuando miro hacia su penetrante mirada, veo miedo.

—Mira la foto y dime que ves —masculla.

La incertidumbre me cubre cuando recojo la cámara y veo la imagen que perturbó a Ronan. Al principio, es una foto normal de su casa. No hay nada fuera de lugar. Se encuentra oculta entre las sombras, incluso veo el columpio turbio.

—Yo... no veo nada.

—Sigue mirando —manda él.

Vaya, hoy amanecimos mandón, ¿eh? Hago lo que me pide, observo con más concentración la imagen y poco a poco empieza a tener sentido.

La ventana de su habitación.

Ahí, justo en la ventana de su habitación, veo la sombra de un hombre trajeado. Su rostro no es visible, pero la silueta sí. Mi pecho se contrae y el miedo estruja mi corazón.

Es el señor de las sombras.

Las palmas de mi mano me sudan, mis ojos están amplios por la conmoción.

—Mierda... —digo —. Esto es de terror.

Ronan aparta suavemente mi cuerpo y va directo hacia el diario de su madre. Mis ojos de inmediato caen en su culo, la forma en que su espalda se flexiona con cada movimiento. Cálmate, Allie.

El quejido inesperado de Ronan me pone rígida. Sus ojos están clavados en una página, sus hombros tiemblan.

—¿Cariño?

Una ola de dolor más fuerte que las demás me golpea, sacándome el aire por completo. Siento sus emociones, su sufrimiento, su pesar.

—Mi madre fue violada por él —susurra —. Ese monstruo violó a mi madre.

💚

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Twitter: JessiRivas17

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