Capítulo 49 ✴

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Roy.

Un dolor abrasador se adhiere a mis venas mientras proceso las palabras de mi madre. Sadie engendra un monstruo en su vientre. Pequeño monstruo que poco a poco absorbe la vida de un licántropo.

«El mellizo número dos es tu hijo, Roy. Es un licántropo».

Mi corazón deja de latir un segundo, mi entorno se desvanece y me sostengo a la pared cercana. Esto no puede estar pasando.

¿Cómo le explicaré a Sadie que tiene un demonio en su vientre que se desarrolla a una velocidad inhumana? Quiere consumir al feto licántropo y busca la manera de sobrevivir como sea.

No pasará.

Debí suponer que los Michaels nos saldrían con esta repugnante sorpresa. Ellos buscan el perdón de su dios y ofrecer el vientre de Sadie ha sido una gran hazaña. ¿Algo mejor que otro heredero maligno en la tierra?

El señor de las sombras estará encantado.

—El licántropo será consumido por el demonio si no lo evitamos —manifiesta. Mi cuerpo tiembla por la revelación —. Esto no lo podemos solucionar aquí. Una hechicera es lo ideal —prosigue —. Hay que expulsar al demonio de su cuerpo antes de que mate a Sadie también.

Carraspeo, mi voz rasposa:

—Sadie ya tomó su decisión antes y lo voy a respetar.

El rostro de mamá decae. La tristeza se arrastra en sus ojos marrones.

—¿No quieres esperar a que ella despierte? Merece saber lo que está sucediendo con su cuerpo.

Entrelazo mi mano con el de Sadie. Está fría y el púrpura decora su piel. La vida poco a poco escapa de ella por culpa de la aberración. Es injusto. Fue de vacaciones a mi casa con el mero propósito de divertirse y sufrió terribles consecuencias.

—¿Qué le diré? Sabe de alguna forma que un feto es maligno —mascullo —. Ella no está en condiciones de decidir. La has visto. Se volvió loca.

—Hablaré con el médico y sus padres —dice mamá —. Voy a convencerlos de que solucionaremos esto por nuestra cuenta. Necesitamos sacar a Sadie de aquí o tendrá otro episodio aterrador. Y créeme, no será bueno.

Mis ojos empiezan a cerrarse por el cansancio.

—Gracias por venir. No sé qué haría sin ti, mamá.

Me da un beso en la cabeza.

—Te amo tanto, Roy —susurra —. Siempre te protegeré.

Aprieto la muñeca de Sadie mientras mamá nos deja solos. Escucho su suave pulso, toco su estómago dónde una pequeña patada impacta. Me trago el susto o seré el siguiente en enloquecer.

Durante milenios es común entregar ofrendas a dioses a cambio de recompensas: riqueza, salud, fama, cualquier cosa que desees. El precio es muy alto. Me llena de furia e indignación saber que los Michaels tienen el mismo propósito para Sadie.

Un heredero es un gran obsequio para los dioses.

Existe uno en la tierra y es Ronan.

El siguiente no puede nacer.

Aún me pregunto cómo Olenna pudo sobrevivir al parto. Sadie no tendrá la misma suerte debido a tanta oscuridad en su cuerpo. No está lista. Nunca me perdonaría si ella no logra salir adelante. Tengo que salvarla ante cualquier pronóstico.

La puerta vuelve a abrirse y miro sobre mi hombro para notar a la madre de Sadie. El parecido con su hija es mínimo. Mientras Sadie tiene el cabello castaño, su madre lo tiene rojo. Comparten los mismos ojos grises.

Lazos MalignosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora