Capítulo 40 ✴

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Ronan.

Asher acude a mi ayuda cuando oye mis gritos. Estoy temblando tan fuerte que apenas tengo fuerzas para sostener a Allison en mis brazos. Su cuerpo es más ligero que una pluma y el adorable rubor que vi en sus mejillas hace minutos desapareció. Su brillo fue apagado y ahora la oscuridad rodea la habitación. No siento su pulso, no oigo su respiración. Mi corazón bombea más duro, el miedo hormiguea en la parte trasera de mi cuello.

Estoy en shock.

La vida poco a poco se escapa de ella y no encuentro la forma de ayudarla. Mi corazón salta en mi garganta al ver a sus labios teñidos de azul. Tengo que hacer algo, cualquier cosa.

—Abre tus ojos, por favor —Le digo al borde del colapso —. Abre tus ojos, hermosa.

Quiero ayudarla, pero tengo miedo de moverme. Su cabeza cae a un lado y más líquido negro fluye de su nariz. El grito crece dentro de mí, luchando por salir. Mi garganta se cierra, el pánico es impetuoso y compite contra el oscuro terror que sofoca mi estómago.

No puedo perderla.

—¿Qué diablos sucede? —Asher observa aterrado a su hija medio muerta en mis brazos.

La mayor parte del tiempo da miedo como el infierno, pero cuando se trata de Allison es un hombre vulnerable. Ahora luce asustado, sus ojos abiertos por la conmoción.

—Escuché quejidos y la encontré así —explico —. Ella...

Levanta una mano, frena cualquier otra palabra equivocada que pueda decir. Allison no morirá. Ella es invencible, fuerte.

—¡Llamen a Arianne! —exclama Asher —. ¡Traigan a Arianne!

Me pongo de pie con mucha fuerza de voluntad y llevo a Allison en nuestra cama. La misma cama que compartimos hace horas mientras disfrutaba ver cómo dormía. Mi tristeza es inmensa y me pregunto en qué momento cambió todo drásticamente.

Estaba convencido de que había mejorado. ¡Mi toque no volvió a herirla! ¿Cómo Catalina pudo tener este alcance en ella? ¿La influencia cuando se extendió? Asher está a punto de arrancarse los pelos, Arianne entra a la habitación acompañada de Mila y Reynard. Su tristeza casi opaca la mía, pero logra controlarse. Alguien debe estar cuerdo por todos.

Yo enloqueceré.

Algunos espectadores están en los pasillos, pero Reynard pide que todos se retiren y se va con ellos.

—Necesito que contengan el líquido de su nariz y mantengan la calma —Habla Arianne —. No pierdan la cabeza. Ella estará bien.

Asher se muerde los nudillos mientras limpio los bordes de mis ojos. Capto a Aden parado en la puerta, sus ojos avellanas inundadas por las lágrimas. La pequeña Amy está en sus brazos sin tener idea de qué sucede. Espero que su hermana pronto despierte y la consuele. Annie permanece en la ventana, la mirada atenta en Allie. Una vez más estoy confundido sobre qué pensar de la gata.

—Es muy evidente lo que sucede aquí —masculla Mila —. La bruja está tratando de matar la parte más importante para desligarla de su cuerpo. Mi pócima no ayudará mucho, el veneno se encuentra en las venas de Allison. Es... tarde.

Mi malestar es más violento, como un sabor agrio en mi boca. Lo siento en cada parte de mi cuerpo, esta vez acompañado de una profunda tristeza. Una melancolía que está conectada a Allie y sufro con ella. Me destroza saber que puede perder la batalla.

Tiene que haber una forma de ayudarla.

Mila me tiende un pañuelo mientras Arianne toca a Allison. La luz que cubre el cuerpo de su hija es más potente esta vez. Se encuentra al borde de la desesperación como yo. Limpio la nariz de mi chica, muy aturdido para hablar. Mis pensamientos son caóticos, un escándalo sin fin de culpabilidad, shock y absoluta incredulidad. Si yo no me hubiera alejado cuando fue a verme en el gimnasio esto quizás pudo haberse evitado.

Lazos MalignosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora