Capítulo 22 ✴

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Ronan.

El estrés se pone en marcha, haciendo que mi cabeza duela por las constantes pulsaciones en mis sienes. Ya no sé qué esperarme. Muy pocas cosas hacen que me estremezca, pero esto fue... impactante. Mi familia es cualquier cosa menos predecible. La forma en que Raven habló de ellos me provocó miedo e indignación. Sé que fue sincera y eso me aterra.

«He visto a personas siendo asesinadas en tu sótano. Tus padres son cómplices, Ronan. Ellos sirven al señor de las sombras».

¿Mi dulce madre también? ¿La mujer que durante años sostuvo un paño en mi frente cuando tenía fiebre? Ella me acompañó durante mis pesadillas y limpió mis lágrimas más de una vez. No quiero ensuciar esa imagen.

Olenna Dumont no es un monstruo, es mi madre. Tiene que haber una explicación para todo esto. No pensaré en lo peor. Mantendré mis esperanzas intactas hasta que ella misma demuestre su inocencia y diga que los Karlsson están equivocados.

—Mierda... —susurro y termino de ponerme los zapatos deportivos.

También están los problemas de Allison y Catalina. Esa bruja la atormenta, no será la primera vez que ataque. Me preocupa que Allison no hable con sus padres sobre el tema. Sé que odia mostrarse débil, pero ocultarse no es una buena opción. Tendré que hacerlo yo si no cede. Es por su seguridad.

Peino mi cabello y después abandono la habitación. No me gusta ser invasivo con su cabeza así que enfoco mi mente en otra parte. Allie desapareció hace minutos con su prima y no escucharé la conversación. La respeto demasiado.

Cabe destacar que mi cabeza solo piensa en las revelaciones de ayer. Es como un disco viejo que gira y gira. Pronto tendré que volver a casa para registrar a mis mascotas. Mamá tampoco volvió a hablarme y es raro. Ella siempre está pendiente de mí.

¿Casualidad? No lo creo.

Estoy a punto de cruzar el siguiente pasillo cuando me cruzo con Asa. Tiene un vaso de sangre en la mano y su cara palidece al verme. Mal momento.

—Uh... hola —me rasco la nuca —. ¿Has visto a Allison?

—Probablemente está con Melissa y los demás —contesta.

Trata de pasar por mi lado, pero lo detengo. Sus fosas nasales se dilatan y luce amenazante. Es como si mi toque le provocara ansiedad y pavor. Entonces recuerdo que Melissa mencionó cuan peligroso es su hermano.

Debería cerrar la boca y alejarme de una vez.

—Tú y yo podemos ser grandes amigos —murmuro, soltando su brazo —. No tengo problemas en que entrenemos juntos. Espero que a ti tampoco.

Asa se voltea con una sonrisa y lame la gota de sangre que hay en sus labios. Sus ojos avellanas se oscurecen poco a poco.

—Se nota que eres muy ingenuo —me enseña el vaso con sangre —. Mi familia se encarga de que nunca falte sangre en nuestro refrigerador, pero yo siento que no es suficiente. Siempre quiero más, mi apetito no tiene control.

Trago saliva.

—¿Corro el riesgo de que me muerdas?

Su sonrisa se hace más pronunciada y un hoyuelo se forma en su mejilla.

—En realidad, corres el riesgo de que te drene —asegura —. No soy como los vampiros que habrás visto en televisión. Mi parte demonio hace posible que pueda caminar bajo el sol, pero también soy jodidamente hambriento. Prefiero la sangre que viene de tu cuello.

Retrocedo por instinto y él sonríe.

—Bueno...

—No intentes ser mi amigo, Ronan —me interrumpe —. No funcionará.

Lazos MalignosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora